Qué huevos, Sofía

Para la mayoría de las audiencias, el cine mexicano es esa mítica bestia reconocible por tener características muy definidas: o es la comedia sosa hecha para molestar a los mártires y exquisitos del cine, o es algo de gran calidad, como lo que hacen los tres amigos o el cine de oro, o es algo que simplemente no le interesa ver, sin importar si es bueno, malo, o todo lo anterior. Con este tipo de apreciación tan fallida (y generalizada) es que hay muy pocas oportunidades para que algo que rompa el molde llegue a las audiencias adecuadas.

Carlos Santos empezó a ganar notoriedad con Señora Influencer, y ahora llega con Qué Huevos, Sofía, cinta que tiene algunas de las mismas características de sus cintas previas, incluyendo una aparición de un personaje que la sitúa en el mismo universo de Chilangolandia, su ópera prima. ¿De qué va y por qué debes de verla?


Sofía (interpretada por Giovanna Romo) es una madre soltera que tiene espera que, con el esfuerzo y dedicación, pueda lograr ese ascenso soñado y merecido, y por el que ha tragado tanta mierda por parte de su insoportable jefe Maciel (Sergio Mayer). Cuando no se lo dan, ya que la chica guapa nueva de la empresa (sobrina de uno de los socios ejecutivos), cuyo mayor mérito es hacer power points coloridos con tips inútiles de cómo tener mejor ambiente laboral al ser positivos, se queda con dicho puesto, pues reacciona de la manera más madura posible: le menta la madre al jefe, y dice que se irá a hacer su propia fábrica de pasteles, con juegos de azar y mujerzuelas.

El guion de Ingrid de Lasse es una adición bienvenida a Carlos, quien había escrito sus cintas anteriores, y ahora expande su narrativa al enfocarse en su personaje femenino. Sofía está lejos de ser una figura perfecta. Es workohólica y alcohólica, aunque tiene el cariño de su hija, y una relación bastante agradable con su exmarido. El problema es que, cuando llegan los problemas, la botellita de tonayán será su mejor aliado, haciendo que los problemas crezcan a pesar del alivio momentáneo.





De manera similar a Señora Influencer, la publicidad es el punto menos afortunado. Tanto el poster como el tráiler comunican algo que se ve más ligero a lo que ocurre en la cinta. Lejos estamos de la comedia sosa de videocine (las cuales tienen una función en el ecosistema de la exhibición, ya que atraen más audiencia que los dramas contemplativos hechos para los festivales de tres gatos, o tres perros), y de hecho la cinta arranca con un momento detonante, cuando vemos a nuestra protagonista sobrevivir en una oficina de telemarketing en donde busca vender productos chinos con pésima actitud cuando, de pronto, llegan unos asaltantes a buscar dinero. De ahí regresamos a establecer a nuestra protagonista, y eventualmente llegaremos a este punto, pero desde aquí se nota que habrá más claroscuros con la historia que lo que usualmente permite el cine comercial.

Las realidades que refleja Carlos son más reconocibles que lo que vemos en otros lados. Nuestros personajes tienen problemas económicos y deben de coexistir en entornos con ricachones inaguantables y soberbios, pasando por el grupo de amigos variopinto que es diverso pero no como portada de libro de inglés, y reconoce que aunque puede incluir a figuras como Sergio Mayer (perfectamente casteado como el jefe al que le quieres partir la cara), también puede tener influencers (saludos al Rojstar, que ni se ha de acordar de cuando trabajábamos en la corporación sombrilla) los cuales hacen papel más digno que a los que invitan a hacer doblajes de animación cuando no saben ni hablar. Ah, y la aparición de Emmanuel Orenday como el Gusano, nos muestra que estamos en el mismo universo de Chilangolandia. Esperemos no se crucen los canales con Mirreyes y Godínez, aunque la cinta de Sofía también trata de esas diferencias sociales.

Persecuciones, críticas ácidas al entorno godín y corporativo, crimen, castigo y vueltas de tuerca ayudan a tener una cinta dinámica, que, si bien puede ser un poco desigual por momentos, es parte del mismo juego del director, que cambia los tonos en pro de la historia.

Definitivamente una cinta que ayuda a recordarnos que hay propuestas frescas en el cine nacional, ese del que sus mayores enemigos son los prejuicios de las audiencias… y el mal manejo de marketing de sus distribuidoras.

Publicar un comentario

0 Comentarios