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Productora Ejecutiva: Blanca López
Co-Productor: Jaime Rosales
Co-Productor: Román Rangel
Co-Productor: Titus Bondi
Co-Productor: Juan Espíritu
Agradecimiento especial a nuestros Patreons: Álvaro Vázquez, Daniel Krauze, Fernando Teodoro, Edith Sánchez, Alejandro Alemán, Fernando Alonso, Luis Macías, Lau Bermejo, Lulú Petite, Adriana Fernández, Enrique Vázquez, Arturo Aguilar y Jorge I. Figueroa, Jessica Zermeño, Logan Mayer, Miguel Huesca , Ernesto Diezmartínez, Luiso Uribe, Arturo Manrique y le damos la bienvenida a Jorge Eduardo López
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Hay momentos en que lo más importante acerca de una obra no es la obra misma, sino todas las discusiones que ocurren alrededor, inspiradas por ella. Este es el caso de la cinta de Joker (Guasón) recién estrenada en salas comerciales.
La historia es sencilla: Arthur Fleck (interpretado por Joaquin Phoenix) es un payaso de medio pelo, incapaz de provocar risas excepto en él mismo, debido a una enfermedad que hace que ría de manera incontrolable cuando se siente alterado. Viviendo más cerca de la pobreza que de la felicidad que busca provocar en los demás, sus circunstancias empiezan a cambiar hasta que se orilla a sí mismo a ser algo más: alguien que recibe la atención que siempre le fue negada.
La interpretación de la historia también es sencilla: las aspiraciones de las tres personas envueltas en el desarrollo de la cinta (Todd Phillips, director y quien coescribe la historia junto con Scott Silver, y el mismo Joaquín Phoenix quien interpreta al personaje) no es mayor a la realización de un estudio de personaje. No hay mensajes sociales ni políticos ni mucho menos económicos.
La reacción a la cinta es… lo más interesante cuando hablamos de Joker, cinta en la que se proyectan los miedos más profundos de una sociedad que se puede sentir aludida (o ignorada) y que curiosamente refleja el simbolismo del personaje estelar, algo que es sobre interpretado y utilizado como excusa para tintes personales del espectador.
Joker se presentó en la Bienal de Venecia, como parte de la Muestra Internacional de Cine de la ciudad, rompiendo varios estereotipos ya que nunca se ha presentado en uno de los tres festivales más grandes de cine (Berlín, Cannes y Venecia) una película de estudio hollywodense en competencia y mucho menos una relacionada con personajes de cómics, y además se presentó después en el Toronto International Film Festival, logrando algo nunca antes hecho por el cine comercial de mallitas: la aceptación del público y la crítica en dos de los lugares más cerrados a lo mainstream y la cultura popular.
Con estos antecedentes a su estreno, curiosamente se formaron varios prejuicios en el público en general y el especializado (los cinéfilos y crítica de caché). Aquellos que siempre desdeñan el cine salido de los cómics coloridos de DC o Marvel y lo juzgan más como espectáculo que como narrativa, quedaban un poco desarmados ya que gente con más autoridad en el medio serio, validaban a la cinta, la cual se puede considerar de bajo presupuesto (35 millones presupuestados originalmente, más otros 20 para promoción), la cual en su repertorio tiene a un actor consagrado y menospreciado por la academia (Joaquín Phoenix, con 3 nominaciones al Óscar por cintas tan importantes como The Master o Walk the Line) y que se atreve a hacer algo más que “el evento del verano para recaudar taquilla”, ese que es criticado por el mismo Scorsese, y curiosamente es gracias al director a quien debemos esta obra.
En la cinta de Yesterday, el personaje de Jack Malik (interpretado Himseh Patel) se encuentra en un mundo sin los Beatles. Al buscar si otras bandas o interpretes famosos habían desaparecido, ve con agrado que tanto los Roling Stones como Childlish Gambino seguían existiendo, pero Oasis no tenía cabida en ese mundo. De manera similar es imposible que hablemos de la obra de Todd Phillips sin la existencia de Scorsese. Las referencias son claras y mencionadas por el mismo director, de Taxi Driver a The King of Comedy, en donde Robert De Niro parece continuar la historia de su personaje de aquella cinta en la del Guasón, aunque su interpretación le debe más al Jake La Motta de Raging Bull, quien busca más ser enaltecido no por sus capacidades, sino humillando a los demás. Pero regresando a la cinta de Yesterday, Joker es un cover bien intencionado del cine del tío Marty, con la peculiaridad de que no recuerda precisamente todas las palabras y parece no haber entendido completamente la intención del autor original, quien en su carrera nos ha ofrecido películas que son una fotografía cruda y real de la sociedad en su momento, pero que ahora, con la mano de Phillips, son más cercanas a una imagen de Instagram que busca emular la foto al agregarle filtros y elementos estilísticos más cercanos a un estilo que a una realidad. De igual manera hay referencias a Tiempos Modernos de Charles Chaplin, pero usados de manera más cosmética (la canción de Smile en el teaser, una proyección de la cinta en una escena) que como homenajes que rescatan lo propuesto en dichas obras.
Los amantes de los cómics (o los que se dicen serlo, ya que solo saben de los personajes o historias populares que han sido adaptadas a otros medios, pero rara vez han leído algo puesto en viñetas) pueden estar tranquilos al saber que la historia está fuera de continuidad, aunque por desgracia es obligada a apegarse a algunos elementos para recordarnos innecesariamente en qué universo vivimos. Al ocurrir en el Nueva York de 1981 (o la Ciudad Gótica de siempre), el crimen y la suciedad es el filtro con el que vemos la historia. Referencias al Sanatorio Arkham son orgánicas pero la inclusión de personajes como Thomas Wayne o el mismo Bruce salen sobrando, y el mismo director se quejó de la imposición de estudio para que se incluyeran. Si en lugar de Wayne se usara la figura de un Rockefeller, un Rothschild, un Slim o un Salinas, sería más afortunada la integración de las figuras económicamente poderosas en la trama principal, pero desafortunadamente no es así, de la misma manera de que por enésima ocasión vemos el origen de Batman, sin la belleza visual que le trajo Snyder en Batman v Superman ni la exploración que logra Nolan en el inicio del Caballero Oscuro.
Curiosamente una de las directivas de estudio era que esta cinta no se fuera a hacer. El proyecto no es algo que se buscara pero fue gracias a la insistencia de Todd Phillips, quien hizo el guion siempre con Phoenix en mente, que se llevó a cabo. Aquellos que busquen satanizar a los estudios por culpa de todo y criticarlos por su falta de sensibilidad ante la tragedia de Aurora, en donde un tipo más parecido a Ronald McDonalds que al Joker hizo un tiroteo en donde fallecieron doce personas, están proyectando algo que no es así. En la misma ciudad se decidió no exhibir la cinta en el cine donde ocurrió la tragedia. Curiosamente hasta el momento, la cantidad de incidentes violentos provocados por la cinta nos da un enorme total de cero, el cual es afortunadamente menor a la cantidad de personajes asesinados por el Payaso Príncipe del Crimen en su cinta, que asciende a 6, cifra muy menor a los muertos de Ad Astra, Anna, Midsommar o Rambo: Last Blood, películas que ni de chiste fueron tan comentadas o criticadas por su violencia, esto quizás a que es más fácil pretender que es ficticia debido a que sus personajes no son el villano más popular de los cómics, vestido coloridamente y siempre con una sonrisa en la boca.
Todo esto nos lleva precisamente a la obra y su interpretación por la audiencia. Se puede catalogar en conjunto a Taxi Drive, Fight Club o Matrix en el sentido de que son obras que tienen impacto en la cultura popular pero la mayoría de los que las citan como sus favoritas no entendieron precisamente lo que vieron. No tenemos un trasfondo religioso, siempre presente en el cine de Scorsese, ni la crítica a la ahora conocida como masculinidad tóxica en la cinta de Fincher y menos la asimilación de la transformación física y mental por los que pasaban las ahora directoras de Matrix.
La escena más parodiada de Taxi Driver es la práctica de diálogos que tiene De Niro frente al espejo mientras ensaya como sacar su arma, pero su esencia vive de mejor manera en personajes de cintas como Stuber o incluso Deadpool, donde los taxistas ahí presentes son testigos involuntarios y víctimas de la violencia ocasionada por otros. De la misma manera, hay quienes ven elementos redentores en algo que no pretende ser más que un estudio de personaje y la catalogan como críticas certeras a la sociedad actual, al neoliberalismo opresor, a los recortes gubernamentales de presupuesto en programas necesarios al mejor estilo de la Cuarta Transformación, o a la fórmula a seguir para oponernos a los eternos villanos sin rostro, ya sea la sociedad o los empresarios o quien sea, siempre y cuando sean los demás. En realidad, los caminos tomados por todos aquellos que buscaba inspiración y encontraron justificación en esta obra de entretenimiento están muy alejados de provocar violencia en las calles y más cercanos a volverse estanduperos de dos pesos (o podcasteros de uno), sin gracia, o siempre amenazantes desde sus cuentas de redes sociales pero sin capacidad de acción en la vida real. El peor daño que podrían hacer es seguir el ejemplo del personaje, el cual aparece en prácticamente toda la película fumando, incluso en lugares como hospitales. Curiosamente ya hay sectores de la izquierda que están tomando la cinta como “evidencia de los problemas que tenemos actualmente”, como lo ha hecho el mismo Michael Moore en un post… en Facebook.
El Comodín como símbolo es más poderoso mientras más misterioso es, que cuando se explica a detalle. Son las ambigüedades lo que le sirven y ayudan a provocar discusiones, como ocurre con esta cinta. La poderosa versión presentada por el fallecido Heath Ledger jamás se presenta como símbolo independiente sino como el opuesto a una figura establecida, que es capaz de presentarse como el ladrón de los mil rostros, hacer trucos con lápices que solo él o John Wick son capaces de ejecutar magistralmente, o tener pasados de opción múltiple. De manera opuesta, la versión de Phoenix es un personaje de dos notas que se esfuerza mucho por presentar una visión hueca pero inspirada (y para algunos, inspiradora). Afortunadamente, mientras se hace una exploración a uno de sus posibles orígenes en esta historia fuera de continuidad, no se busca el establecimiento de empatía con un personaje enfermo, que es más movido por las circunstancias que por un motor interno. El Joker nace desde los primeros quince minutos de la cinta, sólo que no se ha dado cuenta mientras busca perfeccionar un acto de nula gracia con el único propósito de lograr reconocimiento al lograr algo que no entiende plenamente (como muchos fans), sin embargo jamás entramos a su psique y la revisión es meramente superficial, cosa que otro villano de la competencia hubiera aprovechado para volverse el héroe de su propia historia y provocar que hashtags como el de #ThanosTeníaRazón surgieran ya que sus acciones estaban justificadas aunque eso implicara la extinción de la mitad de la población universal. Ni la sociedad ni las clases sociales tienen la culpa de las reacciones provocadas en Arthur Fleck y él es el único culpable de cualquier crimen que cometa al reaccionar (o sobre reaccionar) ante los abusos que ocurren a él o a su alrededor.
En la semana del lanzamiento de la cinta en cartelera regular es interesante como hubo crítica ante comentarios de Martin Scorsese, en donde confiesa no haber visto cintas de Marvel y las compara con parques de diversiones. Muchos se sintieron aludidos y criticaban al director sin siquiera conocer su obra o desde qué punto de autoridad podría emitir semejante juicio, o mejor aún, no sabían la frase completa que había dicho: “Honestamente, lo más cercano en donde las puedo ubicar, por tan bien hechas que estén estas películas, con los actores haciendo lo mejor que pueden con las circunstancias que tienen, es como parques de diversiones. No es el cine de seres humanos que tratan de compartir experiencias emocionales y sicológicas a otros seres humanos”. Pero la mayoría reaccionó viceralmente sin molestarse en leer la entrevista o un párrafo completo. Sin entender contexto. Sin conocer al director, simplemente por que tocaba algo que consideran sagrado a pesar de ser simple entretenimiento, y eso mismo es la cinta del Joker, algo con menores aspiraciones a lo que muchos la quieren elevar. Es un cover del cine de Scorsese con filtros vistosos y poca sustancia, con personajes unidimentsionales y un protagonista de pocas capas que se presenta en cines, el cual vale la pena verse, aunque sea para entender de qué se habla, mientras esperamos la llegada de la próxima entrega del director que inspiró indirectamente esta obra, el tío Marty, que curiosamente no se distribuirá principalmente en cines, sino en servicios de streaming, pero que aun en el improbable caso de que sea una obra menor del autor, retará más al espectador que no gusta de ser retado y prefiere interpretar a su gusto cosas que no termina de comprender.