Celso R. García llega a la cartelera con su ópera prima, y mientras su nombre no es conocido fuera de cortometrajes, con el apoyo de gente como Guillermo del Toro en la producción y un cast que es el “quién es quién” del cine mexicano es probable que logre despertar el interés del público nacional.
Esta cinta fue comentada hace rato, por acá.
Tras varios años no precisamente exitosos a nivel económico, Toño (Damián Alcázar) recibe una oportunidad para un mejor trabajo al reencontrarse con un antiguo conocido (Fernando Becerril) quien le ofrece encabezar un equipo para pintar la rayita de en medio de una carretera en medio de la nada. Dedicado, Toño pone en orden a su ecléctivo equipo conformado por un cegatón Gabriel (Joaquín Cosio), el siembre alegre y habilidoso Atayde (Silverio Palacios), un desconfiable Mario (Gustavo Sánchez Parra) y el jovenzuelo que parece estar ahí como parte de un castigo, Pablo (Américo Hollander). Juntos tendrán un recorrido lento en el que descubrirán su verdadera naturaleza frente al espectador.
La ganadora al premio al mejor Guión Iberoamericano, el Premio Especial del Jurado y el Premio del Público a mejor cinta de ficción en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara del 2015 tiene que tener algo detrás de sí para haber acumulado tantos premios. La clave viene en el armado de la cinta. La historia es sencilla y fácil de seguir (tan fácil como línea en la carretera… ba da dum) sin embargo son los matices traídos por las interpretaciones de los distintos actores lo que ayuda a enriquecer la trama. Mientras que en el armado se tienen los elementos típicos que cualquier cinta festivalera mexicana (marca registrada) se podrían usar para tener una trama contemplativa con pocos diálogos, las interacciones con los personajes más coloridos como Silverio Palacios ayudan a hacer más vivaz la trama. Curiosamente los personajes rayan casi en la unidimensionalidad ya que no hay grandes trasfondos y a lo mucho tenemos revelaciones predecibles que no terminan de dar forma, pero es el cast maneja una dinámica que provoca la simpatía y la empatía del espectador, razón por la cual llegó el reconocimiento a la cinta.
Otro de los atributos principales de la cinta es que en base a anécdotas pequeñas y un recorrido con circunstancias comunes, logra reflejar de manera efectiva una realidad mexicana tan común pero que se tiende a ignorar en general en el cine nacional. Fuera de los siempre criticados (por mi) miserabilismos pseudodramáticos, el cine de ranchito o el cine de clase alta mexicana, la historia trata sobre un grupo de hombres trabajadores con problemas tan simples como el cómo confrontar una tormenta en medio de la nada o tan profundos como la pérdida de la capacidad para ver e interactuar con el entorno. No hay drama llevado al extremo que en manos de un director chantajista buscaría la compasión más que la empatía del espectador.
Mención aparte tiene la música de mi tocallo Dan Slotnik, quien colabora haciendo composiciones que sirven para adentrarnos en este recorrido que marcha a una velocidad de un kilómetro por hora o puede arrullarnos de manera apacible, como para descansar a la sombra de los huevos de un toro.
A final de cuentas La Delgada Línea Amarilla es de esas raras cintas que a pesar de iniciar su recorrido en el circuito festivalero nacional e internacional, cuenta con un manejo que la vuelve atractiva para el espectador ocasional, y ofrece un mejor reflejo sociocultural de nuestro país que cintas más comerciales en donde se le puede echar la culpa a algún niño.
Dirección y Guión: Celso R. García
Fotografía: Emiliano Villanueva
Edición: Jorge García
Producción: Guillermo del Toro, Bertha Navarro, Alejandro Springall
Música Original: Dan Slotnik
Casting: Alejandro Reza
0 Comentarios