Una de las cosas que más disfruto al leer una obra, es cuando los personajes de la misma se vuelven no solo parte activa de la narrativa, sino que reflejan un conocimiento y aceptación de la historia y como esta se lleva a cabo. A veces de manera inconsciente es como el autor se refleja en sus personajes pero no siempre en la forma o en los que él cree.
Para descargar el podcast sobre Batman v Superman - Dawn of Justice (Batman vs Superman, el Amanecer de la Justicia), da click derecho con el ratón selecciona la opción "guardar como" aquí. Para escucharlo, ahí tienes el reproductor de la columna del lado derecho así como el de la parte de abajo. Para suscribirte al podcast via iTunes, da click en este enlace. Para escucharlo o descargarlo directamente en su celular pueden hacerlo a través de Player.fm , Spreaker o incluso en Soundcloud. En caso de que quieran saber a qué demonio vendió su alma Snyder para estar donde está y ser invulnerable a la crítica, dejen su comentario después del click aquí o en Facebook. ¡Ah! Y también pueden escucharnos en Stitcher y en Tune In.
Mientras que la confrontación entre dos de los personajes más icónicos de la cultura popular del siglo pasado es algo que por sí mismo llama la atención y está como punto central en varias discusiones que van de lo banal a lo pseudo profundo, no son los personajes de Batman o Superman los que ilustran la difícil tarea de cumplir las expectativas que se genera el público, sino los personajes de apoyo dentro de la trama, tales como Alfred o Lex Luthor. El Alfred de la película es encarnado por Jeremy Irons, un actor bastante competente, pero más que su interpretación es su voz la que transmite el deseo (y la incapacidad) de ayudar a su amigo y compañero. Su voz es la de Chris Terrio, guionista traído por el actor que encarna al hombre murciélago para dar forma a las ideas propuestas para la cinta y que refleja en un diálogo del fiel mayordomo su sentir al ser parte orquestante de la confrontación entre héroes. ¿Su sentir? "Estoy tratando de encontrar sentido en esto, amo Bruce".
El desarrollo del proyecto de Batman v Superman no es algo nuevo. Es algo que se trató de hacer tras la caída del gusto del público por las aventuras del Murciélago en el cine a finales de los 90’s. David Goyer mencionaba hace una década que el confrontar a Batman y a Superman era "el lugar al que acudes cuando admites que ya agotaste todas las posibilidades". Diez años después y Goyer es coguionista de este enfrentamiento. ¿Es posible que se hayan agotado las posibilidades de contar historias con estos personajes? Especialmente cuando consideramos que la nueva etapa del universo DC Cinematográfico apenas va en su segunda entrega. "¿Te preparas para ir a la guerra?" Pregunta Alfred. "Ese hijo de perra trajo la guerra a nosotros" responde Batman. El conflicto entre Batman y Superman no es tal. Es la respuesta a una batalla que parece adquirir tintes personales debido a que Warner Brothers era el rey de los súper héroes cinematográficos... hasta la llegada de Kevin Feige y el universo Marvel.
Batman v Superman es una obra que tiene que ver más con el expresionismo germano del siglo pasado que con la narrativa estadounidense cinematográfica súper heroica del último siglo. Es el tipo de cinta que si le bajas el contraste hasta dejarla en blanco y negro, le cambias el idioma a alemán y la ves con subtítulos, se convierte en una obra maestra. Usualmente esa es la fórmula que aplico para que cualquier película mala se vuelva una joya, aunque eso no significa que en este caso la película sea mala. Simplemente significa que el mismo tratamiento que tuvo, si fuese con otros personajes, no tendría una recepción tan negativa por parte de la crítica, la cual contrastaba radicalmente con los comentarios de quienes acudieron a las primeras funciones de alfombra roja que tenían opiniones altamente positivas al respecto.
El impresionismo como movimiento plástico se caracteriza, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz y el momento. No importa la identidad, no importan las formas, sino la impresión que éstas dejan en ti. En contraposición tenemos al expresionismo como su respuesta, en donde cuenta más la expresión subjetiva sobre la representación de la objetividad. La realidad se experimenta desde el interior, no desde lo que se capta en el mundo exterior. Colores hirientes y ritmos fuertes son sus características ya que buscan el crear un impacto que no necesariamente debe ser complaciente en el espectador.
En el cine, si simplificamos las fórmulas distintas entre el exitoso manejo de Marvel/Disney y el cuestionado enfoque de DC/Warner, encontramos similitudes en ambos movimientos. La crítica dividida y comentarios en contra de Man of Steel no fueron razón para cambiar rumbo ni enfoque (ni deberían de serlo) y Warner continúa con su exploración que es respuesta, pero en un tono distinto, a su Maravillosa Competencia. Sin embargo, el problema que tiene no viene de mano de la forma y curiosamente tampoco en el fondo, sino en la ejecución de dicha respuesta.
Dentro de la narrativa de BvS encontramos vestigios de tres historias mayores entremezcladas entre sí. La primera parte es la confrontación con las consecuencias de las acciones ocurridas en la aparición original del Hombre de Acero. La confrontación entre el hombre y la realización de mitos súper humanos es inevitable, pero el hombre no tiene control sobre aquello que es superior. Bruce Wayne mira enfurecido la caída de fuego del cielo, así como de las torres de hormigón y acero que representaban el pináculo de la creación del ser humano. El mundo fue salvado pero ¿a qué precio? A nivel narrativo hay puntos muy interesantes y valiosísimos en el planteamiento ofrecido por Terrio, Goyer y Snyder. Puntos que si bien parece desaceleran el manejo de la trama en esta primera parte, sirven como fundamento para algo más grande y profundo.
Dentro de la segunda historia tenemos lo que la gente ha venido a ver, el enfrentamiento entre gladiadores más grande en toda la historia: Batman contra Superman, quienes tras las maquinaciones del villano del momento, encarnado por Jesse Eisenberg, deben de luchar entre sí. Uno, por que cree que al eliminar a la amenaza extraña, al poner bajo su bota al nuevo dios, protege el status quo y a la humanidad misma. El otro, porque alguien que aprecia puede fallecer. ¿Importa en sí como llegamos a este punto? Elementos de la historia así lo dicen, pero su armado deficiente nos recuerda como eran los cómics en los 90's, en una época en que lo que importaba era la espectacularidad de la imagen, no el texto en sí. Afortunadamente para trasladar viñetas Snyder sigue siendo el mejor realizador. Lo siento, Robert Rodríguez, tú solo sabes calcar.
Es tras estas dos partes que llegamos al tercer acto. Si en la cinta del Hombre de Acero finalmente tuvimos un enfrentamiento con un rival de peligro para Superman, ¿cómo podemos tener algo más amenazador? Surge el máximo enemigo de Superman en una reinvención ingeniosa por parte de los creativos y que en ejecución es mucho mejor a aquello que se vio en los comics. La trama de la muerte de Superman tuvo en sus últimos capítulos la característica de que el número de cuadros en cada número iba reduciéndose conforme se acercaba el final, teniendo en el antepenultimo número páginas con tres cuadros, dos cuadros para el penúltimo y dibujos de página completa en el capítulo final. Esto se traslada en una pantalla que muestra destrucción y el fin del mundo en una escala mayor. Dentro de sus muchos defectos, Snyder ha mostrado ser más competente cuando adapta historias sin mucho contenido, como fue previamente el caso de 300, y repite aquí mismo eso.
La cinta es una hermosa cacofonía de ideas y momentos en donde la realidad y las pesadillas se entremezclan. Son cosas que si autores como Jean-Luc Godard hicieran, la gente aplaudiría, pero como es generada por Zack "Snack" Snyder, encomendado por un conglomerado enfocado en la explotación de personajes y licencias comerciales, hechas como entretenimiento puro, nuestra tolerancia es baja y desciende todavía más cuando se atreve a tocar personajes icónicos que nos han acompañado desde nuestra infancia. No importa que hayan sido inventados y reinventados de manera constante, ya que la versión válida es la que conocimos primero. Mientras algunos siguen recordando al Batman de Adam West o el Superman de Reeves, la realidad es que estos personajes tienen la capacidad de ser reinterpretados con cada generación que pasa. De hecho yo aplaudo que se deje de lado el juego de identidades secretas, aspecto de uso recurrente a mediados del siglo pasado, y que curiosamente también se deja de lado en el universo televisivo de DC.
¿En qué se basa el éxito de la cinta de Deadpool? Independientemente del humor y su exitosa campaña de promoción, su mayor atributo es que, a pesar de ser una cinta palomera del montón que comete los mismos errores que critica de otras obras, entiende el tono del personaje que está trasladando. Por su parte Batman v Superman es un manejo de ensayo y error sobre sus protagonistas. A mi no me importa si Batman o Superman matan o no (especialmente porque, nuevamente haciendo el ejercicio realizado en Man of Steel, las muertes explícitas a cuadro en toda la película se limitan a tres, y según las reglas mismas del comic, si no hay cuerpo, no hay muerto) siempre y cuando su manejo sea consistente con la esencia del personaje. Muchos se quejaban amargamente antes de ver la película sobre el hecho que el Hombre Murciélago usara un rifle y olvidaban que en la misma historia de The Dark Knight Returns ese elemento es utilizado. ¿Y la secuencia con pistolas y armas de fuego usadas indiscriminadamente? Es un sueño. Una pesadilla. Pero mientras esos son algunos de los aspectos más comentados, no son sino quejas cosméticas sobre un problema de fondo.
Dentro de la trinidad, Wonder Woman es el personaje más afortunado ya que en medio de una pelea espectacular, Gal Gadot muestra la esencia del traje que encarna al ser una guerrera. Gadot no fue solo seleccionada por su atractivo físico sino porque cuenta con entrenamiento militar (cosa que Lynda Carter no tenía pero que como es una mujer atractiva nadie le pedía) y logra transmitir una naturaleza combativa sin necesidad de diálogos. Ben Affleck encarna al que físicamente es el Batman más imponente, aquel capaz de grandes proezas físicas sacadas directamente de la serie de juegos de Arkham y que con el ojo de Snyder lucen de una manera que Nolan jamás soñó mostrar. Tristemente el personaje con el que el director tiene más experiencia es el mas endeble, aunque eso se debe en parte a que es el más difícil de tratar. La nobleza tiende a confundirse con pendejez o la tolerancia con una incapacidad de respuesta. Si Batman le gana una batalla a Superman es porque el segundo se contuvo, pero ese no es el problema en el manejo de su personaje. El problema es que no hay mucho para interpretar. Si Gal Gadot puede a través de sus acciones darnos a un personaje al menos atractivo, la base del Superman Henry Cavill se basa más en imágenes de postal y palabras que dicen como representa una esperanza que, en el plano inmediato, solo aplica para su interés romántico, ya que mientras es capaz de salvar a Lois Lane del peligro a medio mundo de distancia, es incapaz de saber lo que ocurre en el cuarto en que se encuentra. La inexperiencia que sirvió como justificación en la primera cinta es una excusa barata en un personaje que ya tuvo casi dos años en activo. Su principal momento es aquel en donde enfrenta la muerte, y es donde finalmente muestra esa nobleza y espíritu que debe ser una constante en el Hombre de Acero. Afortunadamente este acto es el que a nivel narrativo finalmente elimina la ambivalencia del público con respecto a si es salvador o amenaza. Desafortunadamente es muy poco y llega muy tarde para el personaje.
El cast secundario es mucho mejor dirigido y trabajado que los personajes principales. Mientras que algunos aborrecieron la reinvención de Lex Luthor, esta funciona ya que desde su mismo planteamiento es el seguimiento de la representación de la corrupción del sueño americano. La interpretación de Eisenberg no es un Zuckerberg con voz del Acertijo de Jim Carey dando su caracterización del Güason, sino que es un empresario milenial que podríamos encontrar en cualquier start up californiano, con la pequeña ventaja de que su poderío fue heredado, y es curiosamente este personaje el que da representación a la voz misma de Snyder.
Luthor al ser acusado de psicótico responde que esa es "una palabra de tres sílabas para cualquier pensamiento demasiado grande para mentes pequeñas". Esta es la visión de Snyder. Mientras que cintas como Inception son alabadas como películas inteligentes debido a que manejan diálogos y exposiciones que suenan más elaborados, otras como Pacific Rim cuentan con una inteligencia visual que va en pro de la narrativa y pocos saben apreciar. Snyder está más apegado a esta segunda escuela y uno lo logra entender más al ver los detalles en cada cuadro que compone. La mayoría solo encontrará referencias a los comics que han leído, pero hay elementos más interesantes como El Balance del Terror de Cleon Peterson que aparece en el fondo en el primer encuentro entre los héroes de la cinta, entre otros. A su vez, el manejo de sus personajes tiene que ver más con el estereotipo del héroe randiano que con el personaje clásico bonachón de 1938. La conciencia americana murió con Martin, Bobby y John, y de manera similar, el manejo propuesto por Snyder es más acorde y necesario a sensibilidades modernas. Desafortunadamente, al igual que el villano de la película el cual es su voz inconsciente en la misma, uno encuentra que "es terrible el conocimiento que no trae beneficio al sabio". No importa la cantidad de elementos incluidos en una historia cuando estos son ensamblados de manera poco efectiva. Los balbuceos que tiene Luthor en medio de una gala de beneficencia son muy similares al producto final de la cinta del realizador y sus escritores.
Mientras que muchos critican la labor de Snyder como el mayor pero en esta cinta, olvidan que el cine no lo hace una sola persona. La razón por la que se le ha dado tanto poder dentro del universo DC cinematográfico tiene que ver más con la capacidad y posición de su esposa, Deborah Snyder, que con su talento per se. A su vez, sus cualidades en la narrativa visual vienen de la mano de Larry Fong, su cinefotógrafo de cabecera, y esto viene endulzado por una magnífica composición de Hans Zimmer quien al ser combinado con Junkie XL logra temas memorables, cosa ausente en la mayoría de los blockbusters modernos. Pero no todo es miel sobre hojuelas ya que si Tarantino se veía mejorado por la mano de Sally Menke, David Brenner no hace un trabajo brillante en la edición comercial de esta película.
El problema no es necesariamente solo del director o del editor. Antes de su estreno se anunciaba una edición con media hora más de película, la cual seguro ayudará a incluir detalles que cubrirán los brincos abruptos en la narrativa de la película. Esto difícilmente ayudará a que las inconsistencias y los fallos de guión mejoren considerablemente pero quizás logre una historia más redonda, aunque el propósito de la misma cinta no es ese, sino el preparar el camino para lo que en realidad quieren hacer. De la misma manera que Snyder dejó de lado al Superman con el que jugó por una película cuando finalmente pudo tomar su figura de acción del Caballero Nocturno, esta cinta no es sino la pauta para la Liga de la Justicia. Logro no tan pequeño considerando que en tan solo dos películas se pusieron casi a la par con su maravillosa competencia en el sentido de establecer un universo compartido.
Mientras que la crítica estadounidense se ha ensañado de manera particular con la cinta de Batman v Superman, esto tiene que ver más con las expectativas y el manejo de personajes tan queridos que con la calidad (o falta de) de la misma. El simple hecho de que sitios populares de compilaciones de crítica la pongan muy por debajo de obras inferiores muestra más un problema de percepción que será revalorado en algunos años, especialmente porque crítica especializada en otros países la han tratado mucho mejor, así como la misma audiencia. ¿Esto la hace buena? Desde luego que no. De la misma manera la crítica o la opinión de la audiencia no sirve para validar una opinión personal sobre una obra. Con todo y sus defectos (los cuales son varios) la cinta logra momentos épicos que permanecen en la memoria el espectador más que cualquier comentario o queja sobre la misma. ¿Recuerdan de qué se trató Thor 2? ¿Pueden resumir la trama de Avengers: Age of Ultrón en una frase? Prefiero mil veces una narrativa fracturada y poco eficiente que al menos se propone hacer algo más interesante y con identidad propia, por encima de la cinta genérica de súper héroes que al final es tratada con la misma dignidad de un episodio televisivo de una telenovela de la tarde.
Ah... y Zack Snyder debe de continuar a la cabeza del universo de DC en el cine, pero solo rediseñando personajes y planteando conceptos, no como director. Y alguien dele un abrazo a Ben Affleck.
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Mientras que la confrontación entre dos de los personajes más icónicos de la cultura popular del siglo pasado es algo que por sí mismo llama la atención y está como punto central en varias discusiones que van de lo banal a lo pseudo profundo, no son los personajes de Batman o Superman los que ilustran la difícil tarea de cumplir las expectativas que se genera el público, sino los personajes de apoyo dentro de la trama, tales como Alfred o Lex Luthor. El Alfred de la película es encarnado por Jeremy Irons, un actor bastante competente, pero más que su interpretación es su voz la que transmite el deseo (y la incapacidad) de ayudar a su amigo y compañero. Su voz es la de Chris Terrio, guionista traído por el actor que encarna al hombre murciélago para dar forma a las ideas propuestas para la cinta y que refleja en un diálogo del fiel mayordomo su sentir al ser parte orquestante de la confrontación entre héroes. ¿Su sentir? "Estoy tratando de encontrar sentido en esto, amo Bruce".
El desarrollo del proyecto de Batman v Superman no es algo nuevo. Es algo que se trató de hacer tras la caída del gusto del público por las aventuras del Murciélago en el cine a finales de los 90’s. David Goyer mencionaba hace una década que el confrontar a Batman y a Superman era "el lugar al que acudes cuando admites que ya agotaste todas las posibilidades". Diez años después y Goyer es coguionista de este enfrentamiento. ¿Es posible que se hayan agotado las posibilidades de contar historias con estos personajes? Especialmente cuando consideramos que la nueva etapa del universo DC Cinematográfico apenas va en su segunda entrega. "¿Te preparas para ir a la guerra?" Pregunta Alfred. "Ese hijo de perra trajo la guerra a nosotros" responde Batman. El conflicto entre Batman y Superman no es tal. Es la respuesta a una batalla que parece adquirir tintes personales debido a que Warner Brothers era el rey de los súper héroes cinematográficos... hasta la llegada de Kevin Feige y el universo Marvel.
Batman v Superman es una obra que tiene que ver más con el expresionismo germano del siglo pasado que con la narrativa estadounidense cinematográfica súper heroica del último siglo. Es el tipo de cinta que si le bajas el contraste hasta dejarla en blanco y negro, le cambias el idioma a alemán y la ves con subtítulos, se convierte en una obra maestra. Usualmente esa es la fórmula que aplico para que cualquier película mala se vuelva una joya, aunque eso no significa que en este caso la película sea mala. Simplemente significa que el mismo tratamiento que tuvo, si fuese con otros personajes, no tendría una recepción tan negativa por parte de la crítica, la cual contrastaba radicalmente con los comentarios de quienes acudieron a las primeras funciones de alfombra roja que tenían opiniones altamente positivas al respecto.
El impresionismo como movimiento plástico se caracteriza, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz y el momento. No importa la identidad, no importan las formas, sino la impresión que éstas dejan en ti. En contraposición tenemos al expresionismo como su respuesta, en donde cuenta más la expresión subjetiva sobre la representación de la objetividad. La realidad se experimenta desde el interior, no desde lo que se capta en el mundo exterior. Colores hirientes y ritmos fuertes son sus características ya que buscan el crear un impacto que no necesariamente debe ser complaciente en el espectador.
En el cine, si simplificamos las fórmulas distintas entre el exitoso manejo de Marvel/Disney y el cuestionado enfoque de DC/Warner, encontramos similitudes en ambos movimientos. La crítica dividida y comentarios en contra de Man of Steel no fueron razón para cambiar rumbo ni enfoque (ni deberían de serlo) y Warner continúa con su exploración que es respuesta, pero en un tono distinto, a su Maravillosa Competencia. Sin embargo, el problema que tiene no viene de mano de la forma y curiosamente tampoco en el fondo, sino en la ejecución de dicha respuesta.
Dentro de la narrativa de BvS encontramos vestigios de tres historias mayores entremezcladas entre sí. La primera parte es la confrontación con las consecuencias de las acciones ocurridas en la aparición original del Hombre de Acero. La confrontación entre el hombre y la realización de mitos súper humanos es inevitable, pero el hombre no tiene control sobre aquello que es superior. Bruce Wayne mira enfurecido la caída de fuego del cielo, así como de las torres de hormigón y acero que representaban el pináculo de la creación del ser humano. El mundo fue salvado pero ¿a qué precio? A nivel narrativo hay puntos muy interesantes y valiosísimos en el planteamiento ofrecido por Terrio, Goyer y Snyder. Puntos que si bien parece desaceleran el manejo de la trama en esta primera parte, sirven como fundamento para algo más grande y profundo.
Dentro de la segunda historia tenemos lo que la gente ha venido a ver, el enfrentamiento entre gladiadores más grande en toda la historia: Batman contra Superman, quienes tras las maquinaciones del villano del momento, encarnado por Jesse Eisenberg, deben de luchar entre sí. Uno, por que cree que al eliminar a la amenaza extraña, al poner bajo su bota al nuevo dios, protege el status quo y a la humanidad misma. El otro, porque alguien que aprecia puede fallecer. ¿Importa en sí como llegamos a este punto? Elementos de la historia así lo dicen, pero su armado deficiente nos recuerda como eran los cómics en los 90's, en una época en que lo que importaba era la espectacularidad de la imagen, no el texto en sí. Afortunadamente para trasladar viñetas Snyder sigue siendo el mejor realizador. Lo siento, Robert Rodríguez, tú solo sabes calcar.
Es tras estas dos partes que llegamos al tercer acto. Si en la cinta del Hombre de Acero finalmente tuvimos un enfrentamiento con un rival de peligro para Superman, ¿cómo podemos tener algo más amenazador? Surge el máximo enemigo de Superman en una reinvención ingeniosa por parte de los creativos y que en ejecución es mucho mejor a aquello que se vio en los comics. La trama de la muerte de Superman tuvo en sus últimos capítulos la característica de que el número de cuadros en cada número iba reduciéndose conforme se acercaba el final, teniendo en el antepenultimo número páginas con tres cuadros, dos cuadros para el penúltimo y dibujos de página completa en el capítulo final. Esto se traslada en una pantalla que muestra destrucción y el fin del mundo en una escala mayor. Dentro de sus muchos defectos, Snyder ha mostrado ser más competente cuando adapta historias sin mucho contenido, como fue previamente el caso de 300, y repite aquí mismo eso.
La cinta es una hermosa cacofonía de ideas y momentos en donde la realidad y las pesadillas se entremezclan. Son cosas que si autores como Jean-Luc Godard hicieran, la gente aplaudiría, pero como es generada por Zack "Snack" Snyder, encomendado por un conglomerado enfocado en la explotación de personajes y licencias comerciales, hechas como entretenimiento puro, nuestra tolerancia es baja y desciende todavía más cuando se atreve a tocar personajes icónicos que nos han acompañado desde nuestra infancia. No importa que hayan sido inventados y reinventados de manera constante, ya que la versión válida es la que conocimos primero. Mientras algunos siguen recordando al Batman de Adam West o el Superman de Reeves, la realidad es que estos personajes tienen la capacidad de ser reinterpretados con cada generación que pasa. De hecho yo aplaudo que se deje de lado el juego de identidades secretas, aspecto de uso recurrente a mediados del siglo pasado, y que curiosamente también se deja de lado en el universo televisivo de DC.
¿En qué se basa el éxito de la cinta de Deadpool? Independientemente del humor y su exitosa campaña de promoción, su mayor atributo es que, a pesar de ser una cinta palomera del montón que comete los mismos errores que critica de otras obras, entiende el tono del personaje que está trasladando. Por su parte Batman v Superman es un manejo de ensayo y error sobre sus protagonistas. A mi no me importa si Batman o Superman matan o no (especialmente porque, nuevamente haciendo el ejercicio realizado en Man of Steel, las muertes explícitas a cuadro en toda la película se limitan a tres, y según las reglas mismas del comic, si no hay cuerpo, no hay muerto) siempre y cuando su manejo sea consistente con la esencia del personaje. Muchos se quejaban amargamente antes de ver la película sobre el hecho que el Hombre Murciélago usara un rifle y olvidaban que en la misma historia de The Dark Knight Returns ese elemento es utilizado. ¿Y la secuencia con pistolas y armas de fuego usadas indiscriminadamente? Es un sueño. Una pesadilla. Pero mientras esos son algunos de los aspectos más comentados, no son sino quejas cosméticas sobre un problema de fondo.
Dentro de la trinidad, Wonder Woman es el personaje más afortunado ya que en medio de una pelea espectacular, Gal Gadot muestra la esencia del traje que encarna al ser una guerrera. Gadot no fue solo seleccionada por su atractivo físico sino porque cuenta con entrenamiento militar (cosa que Lynda Carter no tenía pero que como es una mujer atractiva nadie le pedía) y logra transmitir una naturaleza combativa sin necesidad de diálogos. Ben Affleck encarna al que físicamente es el Batman más imponente, aquel capaz de grandes proezas físicas sacadas directamente de la serie de juegos de Arkham y que con el ojo de Snyder lucen de una manera que Nolan jamás soñó mostrar. Tristemente el personaje con el que el director tiene más experiencia es el mas endeble, aunque eso se debe en parte a que es el más difícil de tratar. La nobleza tiende a confundirse con pendejez o la tolerancia con una incapacidad de respuesta. Si Batman le gana una batalla a Superman es porque el segundo se contuvo, pero ese no es el problema en el manejo de su personaje. El problema es que no hay mucho para interpretar. Si Gal Gadot puede a través de sus acciones darnos a un personaje al menos atractivo, la base del Superman Henry Cavill se basa más en imágenes de postal y palabras que dicen como representa una esperanza que, en el plano inmediato, solo aplica para su interés romántico, ya que mientras es capaz de salvar a Lois Lane del peligro a medio mundo de distancia, es incapaz de saber lo que ocurre en el cuarto en que se encuentra. La inexperiencia que sirvió como justificación en la primera cinta es una excusa barata en un personaje que ya tuvo casi dos años en activo. Su principal momento es aquel en donde enfrenta la muerte, y es donde finalmente muestra esa nobleza y espíritu que debe ser una constante en el Hombre de Acero. Afortunadamente este acto es el que a nivel narrativo finalmente elimina la ambivalencia del público con respecto a si es salvador o amenaza. Desafortunadamente es muy poco y llega muy tarde para el personaje.
El cast secundario es mucho mejor dirigido y trabajado que los personajes principales. Mientras que algunos aborrecieron la reinvención de Lex Luthor, esta funciona ya que desde su mismo planteamiento es el seguimiento de la representación de la corrupción del sueño americano. La interpretación de Eisenberg no es un Zuckerberg con voz del Acertijo de Jim Carey dando su caracterización del Güason, sino que es un empresario milenial que podríamos encontrar en cualquier start up californiano, con la pequeña ventaja de que su poderío fue heredado, y es curiosamente este personaje el que da representación a la voz misma de Snyder.
Luthor al ser acusado de psicótico responde que esa es "una palabra de tres sílabas para cualquier pensamiento demasiado grande para mentes pequeñas". Esta es la visión de Snyder. Mientras que cintas como Inception son alabadas como películas inteligentes debido a que manejan diálogos y exposiciones que suenan más elaborados, otras como Pacific Rim cuentan con una inteligencia visual que va en pro de la narrativa y pocos saben apreciar. Snyder está más apegado a esta segunda escuela y uno lo logra entender más al ver los detalles en cada cuadro que compone. La mayoría solo encontrará referencias a los comics que han leído, pero hay elementos más interesantes como El Balance del Terror de Cleon Peterson que aparece en el fondo en el primer encuentro entre los héroes de la cinta, entre otros. A su vez, el manejo de sus personajes tiene que ver más con el estereotipo del héroe randiano que con el personaje clásico bonachón de 1938. La conciencia americana murió con Martin, Bobby y John, y de manera similar, el manejo propuesto por Snyder es más acorde y necesario a sensibilidades modernas. Desafortunadamente, al igual que el villano de la película el cual es su voz inconsciente en la misma, uno encuentra que "es terrible el conocimiento que no trae beneficio al sabio". No importa la cantidad de elementos incluidos en una historia cuando estos son ensamblados de manera poco efectiva. Los balbuceos que tiene Luthor en medio de una gala de beneficencia son muy similares al producto final de la cinta del realizador y sus escritores.
Mientras que muchos critican la labor de Snyder como el mayor pero en esta cinta, olvidan que el cine no lo hace una sola persona. La razón por la que se le ha dado tanto poder dentro del universo DC cinematográfico tiene que ver más con la capacidad y posición de su esposa, Deborah Snyder, que con su talento per se. A su vez, sus cualidades en la narrativa visual vienen de la mano de Larry Fong, su cinefotógrafo de cabecera, y esto viene endulzado por una magnífica composición de Hans Zimmer quien al ser combinado con Junkie XL logra temas memorables, cosa ausente en la mayoría de los blockbusters modernos. Pero no todo es miel sobre hojuelas ya que si Tarantino se veía mejorado por la mano de Sally Menke, David Brenner no hace un trabajo brillante en la edición comercial de esta película.
El problema no es necesariamente solo del director o del editor. Antes de su estreno se anunciaba una edición con media hora más de película, la cual seguro ayudará a incluir detalles que cubrirán los brincos abruptos en la narrativa de la película. Esto difícilmente ayudará a que las inconsistencias y los fallos de guión mejoren considerablemente pero quizás logre una historia más redonda, aunque el propósito de la misma cinta no es ese, sino el preparar el camino para lo que en realidad quieren hacer. De la misma manera que Snyder dejó de lado al Superman con el que jugó por una película cuando finalmente pudo tomar su figura de acción del Caballero Nocturno, esta cinta no es sino la pauta para la Liga de la Justicia. Logro no tan pequeño considerando que en tan solo dos películas se pusieron casi a la par con su maravillosa competencia en el sentido de establecer un universo compartido.
Mientras que la crítica estadounidense se ha ensañado de manera particular con la cinta de Batman v Superman, esto tiene que ver más con las expectativas y el manejo de personajes tan queridos que con la calidad (o falta de) de la misma. El simple hecho de que sitios populares de compilaciones de crítica la pongan muy por debajo de obras inferiores muestra más un problema de percepción que será revalorado en algunos años, especialmente porque crítica especializada en otros países la han tratado mucho mejor, así como la misma audiencia. ¿Esto la hace buena? Desde luego que no. De la misma manera la crítica o la opinión de la audiencia no sirve para validar una opinión personal sobre una obra. Con todo y sus defectos (los cuales son varios) la cinta logra momentos épicos que permanecen en la memoria el espectador más que cualquier comentario o queja sobre la misma. ¿Recuerdan de qué se trató Thor 2? ¿Pueden resumir la trama de Avengers: Age of Ultrón en una frase? Prefiero mil veces una narrativa fracturada y poco eficiente que al menos se propone hacer algo más interesante y con identidad propia, por encima de la cinta genérica de súper héroes que al final es tratada con la misma dignidad de un episodio televisivo de una telenovela de la tarde.
Ah... y Zack Snyder debe de continuar a la cabeza del universo de DC en el cine, pero solo rediseñando personajes y planteando conceptos, no como director. Y alguien dele un abrazo a Ben Affleck.