Ernesto Contreras regresa con un drama de ruptura de parejas y soledades compartidas. ¿Las oscuras primaveras retomará su manejo de este tipo de historias que tuvo con Párpados Azules o se irá más por otra línea más atrevida?
Con estos comentarios cerramos el Quinto Especial de Cine Mexicano.
Pina (interpretada por Irene Azuela) es una madre soltera inicia una calenturienta relación con un compañero de trabajo (el buen José María Yazpik, encarnando a Igor). Es más pasión que otro tipo de manejo ya que él está casado y aparentemente feliz con Flora (Cecilia Suárez) con quien desafortunadamente no puede tener hijos. La desesperación surge entre estos tres personajes, los cuales sacan su frustración de manera distinta, la cual les cae de rebote de maneras peculiares. Igor se compra una fotocopiadora sin alguna razón aparente ante el reclamo de su mujer, quien solo lo ve aceptando los gritos sin siquiera explicar el porqué de su adquisición. El hijo de Pina (un genial pero igualmente peligroso Hayden Meyenberg) refleja dicha frustración al tenerle la medida bien tomada a su madre.
Mientras que el anterior trabajo de Contreras, ese documental que codirige y que se enfoca en Café Tacvba, es lo menos atractivo que le he visto al cineasta, Las Oscuras Primaveras tiene ese extraño lugar en el que no estoy seguro si me gustó o no. En su momento, en uno de los reportes del Festival Internacional de Cine de Morelia, comentaba con Rebeca Jiménez como la cinta es técnicamente excelsa pero que el manejo de la trama, o la historia misma, no terminaba de convencer. ¿Era propiamente el manejo o la temática? Contreras repite la segunda y quizás por eso es que yo esperaba algo más.
Mientras que las actuaciones de Suárez y Yazpik son bastante buenas, Azuela es deslumbrante, y no solo porque luce espectacular en la cinta, pero Hayden se lleva las escenas en las que aparece. Es el niño que padece los traumas o pecados de los padres y que a pesar de su corta edad parece ser el más capaz de lidiar ante los problemas ajenos a base de su capacidad manipulativa.
Curiosamente, como ya mencionaba Ernesto Diezmartínez en su revisión de la cinta, los personajes femeninos son un tanto descuidados. No tanto en la profundidad de los mismos sino en ser representaciones poco favorables del género. Si bien es algo que no note durante la primera revisión que hice de la cinta, es algo que efectivamente se nota una vez que sabes que está ahí.
Contreras avanza en el manejo de relaciones frustradas en la siguiente etapa iniciada por Párpados Azules, sin embargo el manejo y guión de su ópera prima es mucho más accesible que el que encontramos en Las Oscuras Primaveras. Quizás es más fácil encontrar momentos que pueden ser tanto tristes como irrisorios (pero de humor negro) en la búsqueda de la soledad dentro de la soltería, que en el entorno de las parejas frustradas.
A final del día esta cinta es de recomendación reservada. Mi primera impresión permanece en la que encontramos una obra técnicamente excelente pero cuya historia, a pesar de contar con momentos bastante atractivos, no termina de cuajar y termina abusando de detalles que parecen caprichos, que van desde los nombres de los personajes, hasta las resoluciones de los conflictos.
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