El cine mexicano es casi invisible para el público en general. Entre problemas de distribución o salida de cintas soporíferas, es raro que haya alguna cinta nacional en cartelera que invite al público a verla y recomendarla. Afortunadamente llega una comedia agradecible de la mano de Gary Alazraki en la cinta Nosotros los Nobles.
Germán Noble (interpretado por Gonzálo Vega) es el patriarca del clan Noble, el cual está bien posicionado gracias a su trabajo duro y buena administración. Desafortunadamente sus descendientes, Bárbara (Karla Souza), Javi (Luis Gerardo Méndez) o el Chá (Juan Pablo Gil) no salieron igual de habilidosos debido al hecho de que cuentan con todas las comodidades que el dinero (de su padre) puede comprar. Para darles una lección, Germán les hace creer que pierde su fortuna y tendrán que hacer algo impensable: ganarse el pan con el sudor de su frente.
La ópera prima de Gary Alazraki tiene una manufactura y trabajo que debería ser seguido por mucho realizador nacional. Si bien es cierto que técnicamente todo el cine que se hace en nuestro país se podría catalogar como "cine independiente de bajo presupuesto" eso no implica que se deba de caer siempre en la fórmula de cine depresivo-festivalero. Nosotros los Nobles se hace como una cinta con propósitos comerciales, lo cual espero dé como resultado el que el cineasta pueda vivir de esto. Su decisión de hacer un tributo y actualización a la cinta de El Gran Calavera funciona de manera efectiva. Los personajes de los hijos funcionan como estereotipos de la clase alta que se desarrollan para divertimento del espectador. La burla, si bien no es tan ácida como algunos hubieran preferido, es eficiente y además no ofende, ya que igual al rato de dicha clase salen inversionistas que quieran servir como productores para otra cinta de Alazraki en el futuro.
Retomando el manejo de personajes, es precisamente el desarrollo de los mismos el mejor logro de la cinta. Si bien parten de estereotipos perfectamente identificables, los cuales no necesariamente pueden simpatizar con el espectador, su caída y búsqueda de realización lo logran y ya con los tres personajes de los hijos podemos tener desde la historia de amor (la cual toma el papel principal de las subtramas) o la de la auto búsqueda a través de los libros de autoayuda mientras se maneja un autobús, o bueno un micro. Mención especial para Gonzalo Vega, quien aunque a veces parece más dramático que cómico, sirve como eje para el desarrollo de la historia. Esto y su aparición en la cinta de The Boy Who Smelled like Fish son de lo más decente del cine con participación mexicana que he visto.
A final de cuentas Nosotros los Nobles cumple su función como cine que divierte, de ese que invita a ver más películas de manufactura nacional y se evitan el estereotipo de la cinta pausada, larga, incomprensible o incluso "de arte" que es lo que parece ser el único estilo de historias que se enseñan en las escuelas de cine nacionales. Nosotros los Nobles no es una cinta que prometa ganar festivales ni nominaciones o premios, pero ciertamente cumple el propósito base de una buena historia, que es el entretener.