En esta ocasión y para aprovechar las fechas cuasinavideñas tenemos el trailer (falso) de la secuela de la saga de Mi Pobre Angelito. El tiempo ha pasado pero el adorable niño que conocimos hace algunos años no puede olvidar lo que ocurrió en esa ocasión en que se quedó solo en casa...
Top Menu
▼
21 de diciembre de 2012
18 de diciembre de 2012
El Hobbit
Después de una larga espera, problemas de producción, cambios en el equipo creativo y un controversial lanzamiento en distintos formatos en el cine, es que llega a nuestras carteleras El Hobbit, primera de tres partes basadas en la obra de Tolkien en la que su universo, dirigido por Peter Jackson, retorna a la pantalla grande. ¿Es una de esas precuelas innecesarias o en realidad vale la pena conocer la historia que ocurre antes de la trilogía que posicionó a Jackson como uno de los realizadores más importantes en el medio?
Para descargar el podcast, click derecho con el ratón en este enlace y seleccionar la opción "guardar como". Para escucharlo, ahí tienes el reproductor de la columna del lado derecho así como el de la parte de abajo. Para suscribirte al podcast via iTunes, da click en este enlace. En caso de que quieran invitarme a viajar a Nueva Zelanda, digo, a la Tierra Media, dejen su invitación después del click, o en Facebook.
Bilbo Baggins (Margin Freeman) es el Hobbit que da nombre a la película en la cual más de una decena de enanos liderados por el otrora heredero al trono Thorin Oakenshield (Richard Armitage) y guiados por Gandalf el Gris (Ian McKellen) buscan recuperar el perdido reino de Erebor, del cual la comunidad de “gente pequeña” fue expulsada cuando el temible dragón Smaug tomó posesión del lugar y de sus tesoros. En su recorrido tendrán que confrontar orcos, duendes, monstruos y demás, además de caminar, caminar, y caminar, todo para disfrutar de la espectacular vista que ofrece el recorrer la tierra media.
El camino para la realización de El Hobbit fue tortuoso pero al final rindió su primer fruto. Mientras que Peter Jackson deseaba estar involucrado en el proyecto pero no dirigiéndolo, se empezó a hacer la preproducción y adaptación, siendo esta encabezada por Guillermo del Toro. La versión oficial indicaba que la salida del mexicano del proyecto venía de la mano del hecho que la preproducción estaba tomando mucho más tiempo del esperado, lo cual evitaría que pudiese dirigir otros proyectos. Al final se despide del mismo y se encamina a mostrarnos robots y monstruos gigantes. Para no dejar volando el tiempo y dinero invertido, Jackson toma las riendas del proyecto el cual pasó de ser una cinta dividida en dos partes enfocada en el libro a ser una trilogía de precuelas a la saga original de El Señor de los Anillos.
Las expectativas del proyecto han sido muchas, en parte porque hay quienes cuestionan la necesidad de su realización y en parte por el avance técnico que significa, el cual también es cuestionado. Ha pasado más de una década desde que salió la primera cinta enfocada en los libros de Tolkien y aunque al ver uno las escenas en la comarca se siente como regresar a casa, la forma en que se nos muestra ha mejorado.
El Hobbit funciona como adaptación cinematográfica por dos razones principalmente. La primera es la actuación que nos brinda Martin Freeman como Bilbo Bolsón haciendo que el personaje se vuelva entrañable a pesar de ser reticente en tomar parte activa de la aventura inesperada que se plantea en el título de esta primera entrega. Con tan solo pocos segundos en pantalla es capaz de lograr empatía con el espectador y su desarrollo durante la historia lo vuelve parte cada vez más activa demostrando el porqué es indispensable y no solo a los ojos de Gandalf.
La segunda razón principal que hacen de la primera entrega de El Hobbit una adaptación eficiente es el hecho que retoma elementos establecidos por el autor fuera de la obra (pero incluidos en la saga del Señor de los Anillos) y los integra para que corran de manera orgánica dentro de la historia. Personajes o momentos que solo son referenciados en la obra original son ilustrados por el director ayudando a construir un universo más grande al planteado en las cintas anteriores. La inclusión de Radagast el Café (Sylvester McCoy) ayuda para mostrarnos que los grandes magos de la tierra media no tienen por qué ser solamente blancos o percudidos, sino que también coloridos y locuaces.
Es debido a la expansión de la historia original que tenemos una película de casi tres horas que es tan solo la primera parte de tres entregas que fueron basadas en un libro más corto que El Señor de los Anillos. Recuerdo haber leído que después de la publicación de las tres partes que conforman la obra, Tolkien quiso hacer una revisión a el Hobbit para que estuviera más en tono con el resto de la obra. Curiosamente pasó lo que siempre ocurre cuando los fans de una mitología se enteran que el autor quiere alterar una obra ya mostrada y hubo quejas ya que los cambios no respetaban el original, aun cuando dichos cambios fueran planteados por el mismo creador. En cierta medida es Jackson quien en el Hobbit retoma ese deseo inconcluso del escritor, expandiendo y plasmando el mismo estilo visual que le dio a la trilogía a esta obra para que se sienta como parte integral de una historia más grande.
Curiosamente gracias a las adaptaciones a otros medios de obras escritas es que algunos autores se han dado a la tarea de corregir (sic) elementos que cuando expanden su historia no resultaron como esperaban. El mismo George R.R. Martin se ha dado el lujo de reescribir detalles en episodios de la serie de Game of Thrones, los cuales son distintos a las mismas novelas que él creo y lo mismo ocurre con Robert Kirkman y la serie televisiva basada en su comic de The Walking Dead. Quienes estamos familiarizados con el original y la adaptación podemos notar los cambios y en buena parte se entiende como una evolución interesante, aunque desafortunadamente los fans de hueso colorado tienden a negarse de manera reticente a cualquier modificación ya que la obra “les pertenece más a ellos” que al mismo autor. Pregúntenle a los fans de la saga de Star Wars.
Una queja peculiar con la cinta viene en el detalle técnico de haber sido filmada en High Frame Rate, a 48 cuadros por segundo, el doble del tradicional 24 por segundo. Los comentarios son variados y mientras hay quienes muestran su encanto con la cantidad de detalle que se muestra, por otro lado tenemos a los que los aborrecieron y consideran que dicha calidad hace que el cine pierda su magia y encanto. La realidad es que cualquier cambio implica una falta de aceptación generalizada sin importar la ventaja que pueda presentar. La calidad de imagen, gama de color, profundidad y otros detalles siguen siendo mayores en lo filmado, pero las cámaras tradicionales tienen ciertas limitaciones debido a los componentes mecánicos que utilizan. Al utilizar tecnología digital se puede prescindir de dichas limitantes a pesar de que se presenten otras que con el paso del tiempo podrán ser limitadas. Al mismo tiempo, la queja parece ser exagerada si consideramos que la película está siendo exhibida en varios formatos, haciendo que los tradicionalistas puedan verla “a la antigüita” con todo y rayones en la copia en celuloide cuando ha sido utilizada varias ocasiones y la posibilidad de quemado de la cinta que se presenta siempre que hay un proyeccionista descuidado, y los que prefieren experimentar con nuevas tecnologías puedan apreciar una copia pristina exhibida en IMAX, en 3D o en HFR.
¿Alguna vez han visto una película proyectada en una pantalla de televisión y sienten que la imagen se ve rara? Diferente a la del cine. “Videosa” dirían algunos. Ese es el efecto que los detractores del HFR denotan como el mayor defecto del recurso visual. Las causas son distintas, ya que mientras que en las televisiones la imagen se repite, en el caso de lo grabado por Jackson uno tiene más información. Los 48 cuadros no son 24 cuadros duplicados sino 48 cuadros distintos que ayudan a dar una mejor calidad y fluidez visual. El problema que presenta es que como su uso no está plenamente masterizado, hay detalles que pueden ser pulidos. Las secuencias con trabajo de animación y composición, las escenas panorámicas y las que tienen tonos obscuros lucen hermosas y con gran detalle en la pantalla grande. Curiosamente, es el patrón que en las primeras cintas animadas en 3D como Final Fantasy se presentaba como lo mejor logrado. En televisión, el maquillaje y la iluminación tuvieron que cambiar con la transición a la alta definición y a su vez se necesitan ciertos ajustes para lograr que una mayor cantidad de cuadros luzca plenamente en pantalla. Quienes se quejan que con el cambio en vez de ver a un magnífico mago como Gandalf ahora ven a un viejito con barba postiza y bastón de plástico son seguramente los mismos que se quejan que en una secuencia en una conversación con dos personas con copas de vino, entre corte y corte de toma el contenido de las copas varía sin respetar continuidad. Esos son detalles que pasan a segundo o último término cuando la narrativa se lleva correctamente. ¿Importa tanto las pelucas y barbas postizas cuando tienes una escena poderosa y atractiva como cuando se junta el concilio blanco con actores como McKellen, Hugo Weaving, Cate Blanchett y Christopher Lee? Quien se fija en esos detalles cuando el diálogo, las interacciones, la riqueza visual y la importancia de la escena están en un punto más preponderante definitivamente solo va al cine no para ver una película, sino para perder el bosque por contemplar un árbol.
Quizás mi única queja sobre el manejo del HFR se deba a que su aplicación usualmente implica duplicar la cantidad tradicional de cuadros utilizados. De 24 pasamos a 48 o de 30 a 60. ¿Alguna vez han visto una película clásica de principios del siglo pasado? Probablemente hayan notado que el movimiento se nota rápido y cortado, en comparación al cine contemporáneo. Esto se debe a que originalmente se filmaba a 16 cuadros por segundo, o 15 o 17, dependiendo de la velocidad y ritmo de la mano del camarógrafo y del proyeccionista. Con la llegada del sonido se estandarizó a 24 cuadros por segundo para que corriera a las mismas revoluciones que la pista de audio y actualmente se quiere duplicar dicha tasa de velocidad. Quizás un equilibrio entre los 24 y 60 cuadros ayude a resolver el detalle en que el ojo recibe “demasiada información” pero es algo que se irá mejorando con el tiempo. Quienes se quejan amargamente y dicen que el cine es y deberá de ser siempre a 24 cuadros por segundo, permítanme recordarles que si somos en realidad tradicionalistas, el cine debería de verse en dos dimensiones, a blanco y negro, sin sonido y a una velocidad de 16 cuadros por segundo, y con pianola, no podemos olvidar la pianola.
Al final del día, las personas que disfrutaron la entrega original de El Señor de los Anillos van a disfrutar la expansión del universo con la saga del Hobbit. La obra se muestra como la visión plena de Peter Jackson y se nota su pasión por el texto original. Se puede decir que es la versión extendida que vendrá en el BD pero estrenada directamente en cine, con todo lo que eso implica, ya que quienes aman checar el detalle (a veces nada más por joder) notarán la utilería, y quienes disfrutaron los escritos podrán disfrutar el cómo cobran vida elementos que solo aparecían como menciones o apéndices. Si disfrutaron las versiones extendidas de El Señor de los Anillos, seguro disfrutarán el Hobbit, si no, ni se acerquen.
Para descargar el podcast, click derecho con el ratón en este enlace y seleccionar la opción "guardar como". Para escucharlo, ahí tienes el reproductor de la columna del lado derecho así como el de la parte de abajo. Para suscribirte al podcast via iTunes, da click en este enlace. En caso de que quieran invitarme a viajar a Nueva Zelanda, digo, a la Tierra Media, dejen su invitación después del click, o en Facebook.
Bilbo Baggins (Margin Freeman) es el Hobbit que da nombre a la película en la cual más de una decena de enanos liderados por el otrora heredero al trono Thorin Oakenshield (Richard Armitage) y guiados por Gandalf el Gris (Ian McKellen) buscan recuperar el perdido reino de Erebor, del cual la comunidad de “gente pequeña” fue expulsada cuando el temible dragón Smaug tomó posesión del lugar y de sus tesoros. En su recorrido tendrán que confrontar orcos, duendes, monstruos y demás, además de caminar, caminar, y caminar, todo para disfrutar de la espectacular vista que ofrece el recorrer la tierra media.
El camino para la realización de El Hobbit fue tortuoso pero al final rindió su primer fruto. Mientras que Peter Jackson deseaba estar involucrado en el proyecto pero no dirigiéndolo, se empezó a hacer la preproducción y adaptación, siendo esta encabezada por Guillermo del Toro. La versión oficial indicaba que la salida del mexicano del proyecto venía de la mano del hecho que la preproducción estaba tomando mucho más tiempo del esperado, lo cual evitaría que pudiese dirigir otros proyectos. Al final se despide del mismo y se encamina a mostrarnos robots y monstruos gigantes. Para no dejar volando el tiempo y dinero invertido, Jackson toma las riendas del proyecto el cual pasó de ser una cinta dividida en dos partes enfocada en el libro a ser una trilogía de precuelas a la saga original de El Señor de los Anillos.
Las expectativas del proyecto han sido muchas, en parte porque hay quienes cuestionan la necesidad de su realización y en parte por el avance técnico que significa, el cual también es cuestionado. Ha pasado más de una década desde que salió la primera cinta enfocada en los libros de Tolkien y aunque al ver uno las escenas en la comarca se siente como regresar a casa, la forma en que se nos muestra ha mejorado.
El Hobbit funciona como adaptación cinematográfica por dos razones principalmente. La primera es la actuación que nos brinda Martin Freeman como Bilbo Bolsón haciendo que el personaje se vuelva entrañable a pesar de ser reticente en tomar parte activa de la aventura inesperada que se plantea en el título de esta primera entrega. Con tan solo pocos segundos en pantalla es capaz de lograr empatía con el espectador y su desarrollo durante la historia lo vuelve parte cada vez más activa demostrando el porqué es indispensable y no solo a los ojos de Gandalf.
La segunda razón principal que hacen de la primera entrega de El Hobbit una adaptación eficiente es el hecho que retoma elementos establecidos por el autor fuera de la obra (pero incluidos en la saga del Señor de los Anillos) y los integra para que corran de manera orgánica dentro de la historia. Personajes o momentos que solo son referenciados en la obra original son ilustrados por el director ayudando a construir un universo más grande al planteado en las cintas anteriores. La inclusión de Radagast el Café (Sylvester McCoy) ayuda para mostrarnos que los grandes magos de la tierra media no tienen por qué ser solamente blancos o percudidos, sino que también coloridos y locuaces.
Es debido a la expansión de la historia original que tenemos una película de casi tres horas que es tan solo la primera parte de tres entregas que fueron basadas en un libro más corto que El Señor de los Anillos. Recuerdo haber leído que después de la publicación de las tres partes que conforman la obra, Tolkien quiso hacer una revisión a el Hobbit para que estuviera más en tono con el resto de la obra. Curiosamente pasó lo que siempre ocurre cuando los fans de una mitología se enteran que el autor quiere alterar una obra ya mostrada y hubo quejas ya que los cambios no respetaban el original, aun cuando dichos cambios fueran planteados por el mismo creador. En cierta medida es Jackson quien en el Hobbit retoma ese deseo inconcluso del escritor, expandiendo y plasmando el mismo estilo visual que le dio a la trilogía a esta obra para que se sienta como parte integral de una historia más grande.
Curiosamente gracias a las adaptaciones a otros medios de obras escritas es que algunos autores se han dado a la tarea de corregir (sic) elementos que cuando expanden su historia no resultaron como esperaban. El mismo George R.R. Martin se ha dado el lujo de reescribir detalles en episodios de la serie de Game of Thrones, los cuales son distintos a las mismas novelas que él creo y lo mismo ocurre con Robert Kirkman y la serie televisiva basada en su comic de The Walking Dead. Quienes estamos familiarizados con el original y la adaptación podemos notar los cambios y en buena parte se entiende como una evolución interesante, aunque desafortunadamente los fans de hueso colorado tienden a negarse de manera reticente a cualquier modificación ya que la obra “les pertenece más a ellos” que al mismo autor. Pregúntenle a los fans de la saga de Star Wars.
Una queja peculiar con la cinta viene en el detalle técnico de haber sido filmada en High Frame Rate, a 48 cuadros por segundo, el doble del tradicional 24 por segundo. Los comentarios son variados y mientras hay quienes muestran su encanto con la cantidad de detalle que se muestra, por otro lado tenemos a los que los aborrecieron y consideran que dicha calidad hace que el cine pierda su magia y encanto. La realidad es que cualquier cambio implica una falta de aceptación generalizada sin importar la ventaja que pueda presentar. La calidad de imagen, gama de color, profundidad y otros detalles siguen siendo mayores en lo filmado, pero las cámaras tradicionales tienen ciertas limitaciones debido a los componentes mecánicos que utilizan. Al utilizar tecnología digital se puede prescindir de dichas limitantes a pesar de que se presenten otras que con el paso del tiempo podrán ser limitadas. Al mismo tiempo, la queja parece ser exagerada si consideramos que la película está siendo exhibida en varios formatos, haciendo que los tradicionalistas puedan verla “a la antigüita” con todo y rayones en la copia en celuloide cuando ha sido utilizada varias ocasiones y la posibilidad de quemado de la cinta que se presenta siempre que hay un proyeccionista descuidado, y los que prefieren experimentar con nuevas tecnologías puedan apreciar una copia pristina exhibida en IMAX, en 3D o en HFR.
¿Alguna vez han visto una película proyectada en una pantalla de televisión y sienten que la imagen se ve rara? Diferente a la del cine. “Videosa” dirían algunos. Ese es el efecto que los detractores del HFR denotan como el mayor defecto del recurso visual. Las causas son distintas, ya que mientras que en las televisiones la imagen se repite, en el caso de lo grabado por Jackson uno tiene más información. Los 48 cuadros no son 24 cuadros duplicados sino 48 cuadros distintos que ayudan a dar una mejor calidad y fluidez visual. El problema que presenta es que como su uso no está plenamente masterizado, hay detalles que pueden ser pulidos. Las secuencias con trabajo de animación y composición, las escenas panorámicas y las que tienen tonos obscuros lucen hermosas y con gran detalle en la pantalla grande. Curiosamente, es el patrón que en las primeras cintas animadas en 3D como Final Fantasy se presentaba como lo mejor logrado. En televisión, el maquillaje y la iluminación tuvieron que cambiar con la transición a la alta definición y a su vez se necesitan ciertos ajustes para lograr que una mayor cantidad de cuadros luzca plenamente en pantalla. Quienes se quejan que con el cambio en vez de ver a un magnífico mago como Gandalf ahora ven a un viejito con barba postiza y bastón de plástico son seguramente los mismos que se quejan que en una secuencia en una conversación con dos personas con copas de vino, entre corte y corte de toma el contenido de las copas varía sin respetar continuidad. Esos son detalles que pasan a segundo o último término cuando la narrativa se lleva correctamente. ¿Importa tanto las pelucas y barbas postizas cuando tienes una escena poderosa y atractiva como cuando se junta el concilio blanco con actores como McKellen, Hugo Weaving, Cate Blanchett y Christopher Lee? Quien se fija en esos detalles cuando el diálogo, las interacciones, la riqueza visual y la importancia de la escena están en un punto más preponderante definitivamente solo va al cine no para ver una película, sino para perder el bosque por contemplar un árbol.
Quizás mi única queja sobre el manejo del HFR se deba a que su aplicación usualmente implica duplicar la cantidad tradicional de cuadros utilizados. De 24 pasamos a 48 o de 30 a 60. ¿Alguna vez han visto una película clásica de principios del siglo pasado? Probablemente hayan notado que el movimiento se nota rápido y cortado, en comparación al cine contemporáneo. Esto se debe a que originalmente se filmaba a 16 cuadros por segundo, o 15 o 17, dependiendo de la velocidad y ritmo de la mano del camarógrafo y del proyeccionista. Con la llegada del sonido se estandarizó a 24 cuadros por segundo para que corriera a las mismas revoluciones que la pista de audio y actualmente se quiere duplicar dicha tasa de velocidad. Quizás un equilibrio entre los 24 y 60 cuadros ayude a resolver el detalle en que el ojo recibe “demasiada información” pero es algo que se irá mejorando con el tiempo. Quienes se quejan amargamente y dicen que el cine es y deberá de ser siempre a 24 cuadros por segundo, permítanme recordarles que si somos en realidad tradicionalistas, el cine debería de verse en dos dimensiones, a blanco y negro, sin sonido y a una velocidad de 16 cuadros por segundo, y con pianola, no podemos olvidar la pianola.
Al final del día, las personas que disfrutaron la entrega original de El Señor de los Anillos van a disfrutar la expansión del universo con la saga del Hobbit. La obra se muestra como la visión plena de Peter Jackson y se nota su pasión por el texto original. Se puede decir que es la versión extendida que vendrá en el BD pero estrenada directamente en cine, con todo lo que eso implica, ya que quienes aman checar el detalle (a veces nada más por joder) notarán la utilería, y quienes disfrutaron los escritos podrán disfrutar el cómo cobran vida elementos que solo aparecían como menciones o apéndices. Si disfrutaron las versiones extendidas de El Señor de los Anillos, seguro disfrutarán el Hobbit, si no, ni se acerquen.
14 de diciembre de 2012
Viernes de Videos: Pinokio
Cambiando la temática tradicional, en esta ocasión tenemos un video que lejos de ser un corto, nos muestra como es posible tener en la vida real algo sacado de la fantasía de los creadores de Pixar. ¿Recuerdan la simpática lámpara que salta al inicio del crédito con el nombre de la compañía? Pues es más que real y para muestra un video.
30 de noviembre de 2012
Viernes de Videos: Jimmy's End
Dentro de las nuevas propuestas narrativas del maestro y gurú del arte secuencial Alan Moore, tenemos su colaboración con Mitch Jenkins en este trabajo titulado Jimmy's End. Una historia en la que Jimmy trata de encontrarse (¿o perderse?) a sí mismo.
Y en caso que deseen ver más trabajos dentro del mismo proyecto, también está disponible Act of Faith, del mismo equipo. Pueden saber más sobre el desarrollo de este interesante proyecto por acá.
Y en caso que deseen ver más trabajos dentro del mismo proyecto, también está disponible Act of Faith, del mismo equipo. Pueden saber más sobre el desarrollo de este interesante proyecto por acá.
26 de noviembre de 2012
Post Tenebras Lux y el cine de Reygadas
Carlos Reygadas es uno de esos realizadores que dividen opiniones. La crítica especializada aborreció su última cinta cuando fue proyectada en el pasado festival de Cannes pero eso no impidió que Carlos ganara el premio al mejor director en dicho festival y que además pudiera tener su estreno nacional con un nada despreciable número de copias, cosa particular si consideramos que su cine no es lo que se podría catalogar como “para todo tipo de público”. ¿Qué es lo que hace que este director logre la fascinación de ciertos sectores y el repudio de otros? Quizás sus mayores atributos (o defectos) sean más notables en su más reciente cinta Post Tenebras Lux, pero bien vale la pena dar una revisión a sus demás trabajos aprovechando la ocasión.
La primera cinta del realizador, Japón, marca el estilo que lo caracterizaría. Desde el preciosismo visual y el manejo de ritmos lentos hasta la inclusión de momentos escandalizadores y el uso de gente común en lugar de actores (lo cual indica, al parecer, que el director no considera que los actores sean “gente común”). La sinopsis de la cinta nos habla de como “un pintor de la gran ciudad va a un cañón en lugares remotos a suicidarse pero al alcanzar cierta calma, se queda con una anciana con quien desarrolla una relación importante. Curiosamente lo que más recuerda la mayoría de las personas que vieron la cinta es la escena de sexo y la desnudez de la anciana.
Después de haber visto Batalla en el Cielo, renté y traté de ver Japón para tener una mejor visión del trabajo del director… y desafortunadamente me quedé dormido a pesar de que la cinta me fue muy recomendada por algunos de mis amigos de esos que “saben de cine”. Cuando pregunté a mi amigo sobre el porqué del título de la película, me dijo que no sabía la razón. Al investigar en foros de internet me encuentro con una explicación que me pareció bastante interesante, en donde se refiere al Ubasute-yama, que era el hecho de que en la época feudal en Japón, a las ancianas se les llevaba a las montañas a morir y en como esto podría tener relación con la cinta. Curiosamente al ver la entrevista que viene en los extras del DVD el director explica que originalmente no quería ponerle título a su cinta pero debía hacerlo por fines prácticos. El título viene porque siempre hay un nuevo día y el sol sale por Japón así que decidió nombrarla de esa manera. Bueno, el sol también sale por Taiwán o Corea, pero no le gustaban tanto como título. Al parecer la belleza o profundidad en la cinta se encontraba más en las interpretaciones que en la obra en sí, o al menos eso parecía.
Batalla en el Cielo es la primer cinta que vi de Reygadas, la cual curiosamente llegó a León, Guanajuato (ciudad en la que vivía en ese momento) a pesar de que a esa ciudad la distribución de cintas que no sean extremadamente comerciales es más que limitada. Recuerdo que en la función éramos cuatro personas, incluidos el proyeccionista, una pareja y yo. A los quince minutos me quedé solo. La cinta trata sobre como el chofer de un general planea el secuestro de un infante, quien muere de forma accidental. Marcos, el chofer, empieza a derrumbarse y le confiesa lo sucedido a Ana, hija de su jefe, quien se prostituye, digo, presta a la menor provocación. La cinta agarró el re-conocimiento del público gracias a la escena en que la joven chica le practica una felación a Marcos. Mientras que me pareció que tenía escenas visual y narrativamente poderosas como el peregrinar rumbo a la Basílica de Guadalupe y la temática de la confrontación con la realidad y el derrumbamiento dentro de la persona de Marcos, la cinta no me pareció digna de una nominación a la Palma de Oro en Cannes, festival en el cual parecía que Reygadas ya era cliente frecuente. Los supuestos simbolismos y el manejo de secuencias en las que se pretende mostrar las situaciones de poder y un acercamiento a la realidad a través de lo cotidiano que no se muestra en el cine (como el sexo o los desnudos, según el director) me parecieron gratuitos. El director mostraba talento para el ilustrar escenas de manera visualmente atractiva pero es incapaz de utilizarlo para mostrar esos aspectos cotidianos que decide explotar. Por otra parte encontraba problemas de lógica en el guión y en la narrativa, pero al parecer esos son aspectos menores cuando un realizador se encuentra enfocado en desarrollar su arte.
Llega Luz Silenciosa, la cual nuevamente es nominada a la Palma de Oro y al Premio del Jurado (el cual compartió junto a Persépolis). El trabajo más completo y mejor realizado del director. Nuevamente las tomas largas (en mi opinión, innecesariamente ) y un preciosismo visual alabado por la crítica. La cinta inicia con una larguísima toma de un amanecer en el campo en una comunidad Menonita en Chihuahua. En esta ocasión el director se enfoca en la historia de Johan, quien es atormentado por un amorío extramatrimonial que tiene. En su familia hay quienes saben de eso, pero la culpa que lo aqueja no viene por las recriminaciones de los demás, sino porque al ser un hombre de fe, no puede vivir con la culpa.
Esta cinta pude verla en una emisión del Festival Internacional de Cine de Morelia y recuerdo que a pesar de ser función extra de media noche (de esas funciones que salen de la manga cuando hay más gente queriendo ver una película en el festival), la fila salía de las instalaciones (lo cual no es tan extraordinario cuando uno conoce el pequeño cine que funge como sede) y me tocó estar a la vuelta de la esquina de la cuadra. Al entrar finalmente a la sala no puedo evitar escuchar como buena parte de los asistentes estaban emocionados y alababan a quien llamaban “Maestro” (así, con mayúscula). A mí no me fascinaba su cine pero la crítica me invitaba a darle otra oportunidad al trabajo de Reygadas. Recuerdo mi fascinación al principio (aunque sus tomas me seguían pareciendo innecesariamente largas) cosa que se derrumbó como a la mitad, que me llevó a dormir un par de minutos (probablemente por ser una función de media noche) y que al despertar me encontré con elementos que no me hacían tanto sentido. El director se alejaba del realismo que planteaba mostrar en obras anteriores e incluía elementos mágicos o milagrosos. Las claves del surgimiento de estos estaban planteados en simbolismos mostrados en la cinta, sin embargo algo no me terminaba de cuajar.
Buena parte de la crítica comparaba Ordet, de Theodor Dreyer con Luz Silenciosa, siendo la segunda una copia al carbón (con queso menonita para aderezar). La cinta del mexicano se entiende mejor cuando uno tiene conocimiento de la original, siendo un derivado peculiar que casi puede sostenerse a sí misma. Casi. Sin embargo, sigue siendo la obra mejor realizada del autor.
El siguiente trabajo del realizador corresponde a su participación en el collage cinematográfico de Revolución, junto con otros 9 directores (pueden encontrar mi reseña sobre la obra colectiva por acá). Su segmento, “Este es mi Reino”, básicamente es una comida familiar en un rancho en donde las cosas se salen de control y todo se vuelve un desmadre. Curiosamente este segmento marcaría lo que es más cercano a la línea del nuevo estilo del director, el cual es más patente en Post Teneras Lux.
Con su trabajo más reciente, Reygadas se ganó el abucheo de la crítica, pero al parecer solo de la internacional, ya que varios compañeros que han visto la cinta han salido al menos satisfechos con la obra. Más bien creo que se suavizó un poco la reacción gracias a la expectativa de que se vería algo malo, igual que cuando muchos hablan bien de una obra y llega “inflada” al espectador, puede ser considerada como sobrevalorada, que es como me imagino que llegó, con altas expectativas, a la prensa que pudo ver la cinta en el pasado festival de Cannes.
¿De qué va Post Tenebras Lux? Juan es un hombre con posición socioeconómica buena que vive en su casa de campo con su esposa e hijos de donde trata de alejarse del mundo que le rodea. La sinópsis dice que “nadie sabe si ambos mundos se complementan o buscan su mutua destrucción” refiriéndose a la urbe o al entorno rural que prefiere Juan, sin embargo la contraposición y posible duelo entre ambas realidades no se plantea de forma directa y yo vengo enterándome de ella después de leer la sinópsis del IMDB.
La cinta pude verla en la emisión de este año del Festival Internacional de Cine de Morelia y me encontraba con opiniones divididas al respecto. Una parte de mi reconocía Luz Silenciosa como la mejor obra del autor, pero el estilo del mismo no es de mi agrado. Me inclino más por la corriente de los que lo consideran pretencioso y me irritan sus fans ya que usualmente caen en la categoría de los que “se clavan de más en la textura” y no pueden dar argumentos sólidos que respalden su opinión de que el trabajo del director es bueno. A eso agreguémosle el hecho de que usualmente es presentado como “el Maestro” y tiene todos los elementos necesarios para irritarme. Después de Luz Silenciosa juré no ver ninguna cinta más de Reygadas hasta que descubrí que es excelente tema de conversación, especialmente si consideramos el hecho de que en sus declaraciones, desdeñaba los comentarios de la prensa y la crítica y decía que su cine era sencillo y no necesitaba interpretaciones. Eso me sonó a reto, especialmente considerando que el director no se caracteriza por hacer ese tipo de cine.
Llegó el momento de la función y puedo decir que es la primer cinta del director en la que no pestañeo, en parte porque no me tocó una función de media noche, en parte porque quería comprender que es lo que tanto aprecian los que lo catalogan como “maestro”. Probablemente sea un prejuicio mio ya que en general me agrada el trabajo de David Lynch, a quienes varios catalogan tanto de prentensioso como de críptico. ¿Tomas largas? No tengo problemas cuando se saben aprovechar y se muestra un trabajo de composición. ¿Narrativa que debe ser armada por el espectador? En el género del cómic disfruto mucho el trabajo de Grant Morrison, el cual se caracteriza por el manejo de narrativas modulares las cuales en conjunto ayudan a distintos niveles de comprensión de la obra a pesar de estar aparentemente desconectadas y su obra usualmente se entiende mejor luego de varias revisiones. ¿Por qué esos elementos que aprecio tanto en otros realizadores me parecen inaguantables en el trabajo de este director?
Durante la proyección, todo parecía marchar normalmente, excepto por una molestia que amenazaba con convertirse en mareo o dolor de cabeza a causa de un filtro de vidrio vicelado utilizado por el director para buena parte de la película. El público se mostraba respetuoso, incluso en una escena en dónde aparece la silueta animada de un diablo bidimensional quien entra a una casa con caja de herramientas en la mano. Dicha imagen me provocó risa mientras que todo el público se hundía en una solemnidad casi total. La cinta prosigue y noto que los dos personajes principales, Adolfo Jiménez Castro y Nathalia Acevedo me parecían los “actores no actores” más compententes que ha tenido Reygadas en su obra. Me molesta el hecho de que el director utilice a sus hijos como personajes dentro de la historia, ya que en la primera mitad se nota un cuidado en el vocabulario (particularmente en el personaje de Juan, interpretado por Adolfo) para comunicarse con ellos sin forzarlos a que con palabras denoten que no son sus hijos, sino del director. La cinta prosigue y hay flashbacks a momentos representativos como un juego de Rugby o una visita a un Spa Nudista Swinger Belga, los cuales aparentemente no tienen conexión con el resto de la historia pero mantienen una identidad visual característica entre sí. Tenemos escenas que parecen ser realizadas por un bodeasta ya que muestran una cena y una fiesta, la primera en un círculo social alto y la segunda en su opuesto. La historia se desarrolla y la desgracia cae en los personajes, dándonos un desenlace para perder la cabeza. La cinta termina. La sala se queda en silencio hasta que después de varios segundos alguien se atreve a aplaudir. No es el aplauso sonoro que me tocó en otras cintas realizadas por gente de menor calibre, sino uno mucho más moderado. Carlos pasa al frente para una sesión de preguntas y respuestas. Silencio incómodo hasta que después de unos momentos empiezan los comentarios y las preguntas que se caracterizaban desde un “¿qué quisiste decir con…?” hasta alguno que otro cebollazo.
En cierta medida esperaba a un Reygadas mamón, prepotente, que es como parecía ser al despreciar los comentarios de la crítica o la prensa. Curiosamente en la sesión de preguntas y respuestas vi a alguien muy sencillo y que no soltaba choros pretenciosos para convencernos de su genialidad. Su obra estaba presente y estaba hecha de una manera porque así quería hacerla. Curiosamente creo que ese es su mayor mérito o defecto, ya que cualquier interpretación que pudiera tener parece ser más pretenciosa que la obra en sí. La belleza está en el ojo del espectador al final del día.
Entre las personas que estaban en la sesión de preguntas y respuestas había quienes alababan al director por la profundidad de los temas que tocaba. ¿Profundidad en los temas? Quizás, pero no hay desarrollo ni hay cohesión entre ellos. La confrontación o unión entre clases sociales se siente muy superficial y su momento detonante se limita a un robo e intento de asesinato (mal actuados, aunque no podemos hablar de una mala actuación cuando de entrada no hay actores en escena, ¿o sí?). Las dos reuniones que ilustra la cinta, una cena con gente de clase alta en el que se denotan los diálogos con contenido mamón y pretencioso me parecieron precísamente eso, aunque probablemente mi molestia sea más con lo que representan y el hecho que no aporta tanto a la historia como en la fiesta de pueblo en que Juan y Natalia buscan particiar y que en menos minutos es más concisa. Hay quienes consideraron una sátira sabrosa la cena de alcurnia pero se sienten más como un entorno más cercano al director gracias a la fluidez y tiempo que le dedica, en contraposición con la fiesta en la que los personajes se presentan forzados y se nota una falta de dirección real. El ilustrar esa secuencia al tratar de capturar los momentos nada más no funciona de la misma manera en ambas situaciones.
Después de ver la película compartí impresiones con personas a quienes tuve el placer de conocer en el festival, tales como a Cristina, Rebeca o Román. Mientras que con Román coincidí en no ser precisamente fans de la obra del realizador, las chicas quedaron fascinadas con la cinta. Tuvimos una breve conversación al respecto y el punto que me mencionaban como más relevante en Reygadas es su manejo artístico. Resumiendo (y me disculparán Cris y Rebeca si tergiverso sus palabras) la obra del director no puede ser catalogada ni medida en comparación con los patrones de otras obras, ya que como si fuera artista plástico, se sale de lo establecido para crear sus cintas. No tratan de historias sino de emociones, las cuales no se pueden medir con esquemas narrativos tradicionales. La forma en que lo manifiesta a través de su uso del cuidado de la imagen es lo que lo vuelve relevante.
Probablemente ahí viene uno de mis mayores problemas con sus películas. Mientras que aplaudo la innovación y la explotación de los recursos narrativos y/o audiovisuales, me parece que eso de “no poder ser comparado o catalogado junto a otros artistas” es una explicación fácil y (usemos la palabra recurrente para calificar su trabajo) pretenciosa. Incluso es cantaleta recurrente eso de quienes lo critican es “porque no lo entendieron”, “no saben apreciar lo que es arte”, “les da flojera usar su cabeza para armar historias y necesitan que los lleven de la mano” y cosas similares. Wow. Impresionante. Los defensores de alguien tachado como pretencioso se suben a un caballo todavía más alto y se portan precisamente pretenciosos. No creo que sea la mejor defensa para su caso. Tal vez la comparación pueda sentirse un poco fuera de lugar pero Picasso no empezó haciendo cubismo y por más que su nueva forma de pintar fuera diferente y no se pudiera catalogar ni comparar con la de otros contemporáneos, el artista demostró un manejo y conocimiento de las artes antes de forjar el estilo por el que pasaría a la historia.
Otro de mis conflictos ante este tipo de argumentos de los defensores es el hecho de que hay algo que se llama videoarte. Básicamente es una forma más económica a la producción tradicional de cine y se enfoca en romper parámetros comerciales, eliminando a su vez las limitaciones del medio. Es conceptual y no necesita cumplir con las convenciones con cosas como el uso de actores o diálogos. Tampoco es necesario contar con un guión o una narrativa y puede servir para el desarrollo de ideas o emociones. Con todo esto su premisa básica es el romper con las restricciones. La mayoría de los argumentos de quienes defienden a Reygadas simplemente caen dentro de la categoría del videoarte. El señor no está haciendo nada nuevo en ese sentido. ¡Hey! Incluso quienes han seguido este blog saben que hemos posteado y recomendado muestras de ese tipo de corriente audiovisual alguna vez y que un documental que he recomendado en varias ocasiones, La Casa Emak Bakia, hace un tributo a formas narrativas que son más interesantes, al contar algo que no es una historia, en un orden aleatorio.
Hablando de Emak Bakia (la obra original, no el documental de Oskar Alegría, el cual es increíblemente recomendable), una de sus escenas más interesantes es cuando Man Ray avienta una cámara para que pueda grabar con toda la libertad y sin el condicionamiento de un operador la realidad a su alrededor. Eso es un manejo justificado de una propuesta concreta y libre que rompe esquemas en un trabajo que no debe de ser narrativo necesariamente. Por su parte, buena parte de quienes disfrutan del trabajo de Reygadas hablan de él como alguien que rompe esquemas cuando en sus dos últimas cintas repite fórmula con las tomas larguísimas durante un momento de cambio del día (amanecer o anochecer) en donde todo está acomodado de manera controlada y preciosista. De pronto, suena como si los convencionalismos tradicionales y la estética pueden formar parte de su obra y ser halagados como muestra de su talento… aunque cuando se le critica, uno debe de considerar que no es cine que deba obedecer las normas del cine mismo. Las inconsistencias de quienes tratan de encontrar y justificar más al autor lo encuentro bastante convenientes.
La negativa de Reygadas a usar actores me parece un truco fácil (algo así como el hacer películas con lenguas muertas a la Mel Gibson para que la gente se distraiga de la actuación) aunque es una decisión de forma. Sin embargo, el manejo de “estilos caprichosos” me suena un tanto reprochable cuando no hay una justificación tangible y real. El hecho de hacer algo “porque puedo y quiero hacerlo” es una justificación muy frágil cuando uno quiere hacer una obra importante o ser catalogado como “Maestro”. Recuerdo que al haber visto una cinta de Nicolás Pereda, la de Perpetum Mobile, la cinta me había dejado con una sensación de agrado, pero al escuchar después en una sesión de preguntas y respuestas la forma en que el director planeaba sus producciones perdió todo su encanto para mí ya que no había tal. Prácticamente se podía resumir todo a un “agarremos la cámara, encuadremos como podamos y veamos que hacemos”. En la sesión de preguntas y respuestas con Reygadas en el pasado FICM cuando se cuestionó al director sobre el uso del filtro, este respondió que se usó simplemente porque le gustó. Al principio se planteó como algo para mostrar el mundo exterior pero dentro de la obra el mismo realizador rompe sus reglas y lo usa sin consistencia sin respetar su planteamiento original. De la misma manera, cosas como la aparición del Diablo no tienen tanto propósito o trasfondo y su imagen se basa en que “así los soñó el director y así quería que se viera” . Esos y varios elementos más incluidos más por gusto que por propósitos específicos.
Recuerdo en un detrás de cámara con Lubezki y Cuarón sobre Children of Men como se mencionaba de la importancia de cuidar lo que se incluye en cada escena. Dentro de una película cada escena debe de llevar al personaje a otro punto que lo acerque más y más al final. Cada cuadro debe de tener un propósito y mostrar algo que sea relevante no solo a la historia sino al espectador. Si tienes algún elemento que sea prescindible dentro de la historia, mejor elimínalo. Al hacer una revisión sobre los momentos prescindibles de Post Tenebras Lux me encontraba con bastantes. ¿Servía de algo la escena de sexo en Bélgica además de para escandalizar o crear conversación entre el público del cine? De muy poco, en realidad. ¿Las escenas de rugby que muchos encuentran fascinantes aunque incomprensibles? Si las quitamos, la historia central no pierde absolutamente nada, y de hecho su inclusión y justificación se siente forzada al agregarse una toma con un retrato de una persona corriendo en Inglaterra, único vínculo “lógico” para establecernos que uno de los personajes del juego era parte del resto de la historia. ¿La inclusión de las “actuaciones” de los hijos del director es relevante? Él mismo indica que los incluyo porque es “bien bonito poder compartir algo como eso con la familia” lo cual no me suena precisamente a un propósito fuera de lo personal en la obra. ¿Si eliminamos la autodecapitación del final se pierde algo? Bueno, en realidad esa solo la quitaría porque da pena ajena en su ejecución (no pun intended) a nivel producción ya que sí tiene relevancia en la narrativa… aunque me digan que no tiene narrativa.
Al final, mi conflicto no es tanto con el realizador, a quien encontré como una persona simpática y muy alejada de la visión mamona que algunos medios reflejaban con los comentarios que citaban de él. ¿Su obra? No me fascina pero en cierta medida la respeto. No le encuentro ese valor y trascendencia que muchos alegan precisamente por las razones expresadas líneas arriba y cuando en realidad no debería ser catalogado como cine ya que eso de que los aspectos positivos pueden ser comparados con los de otras obras del medio pero los criticables simplemente fueron diseñados para “romper esquemas” suena más a excusa barata que a razón válida. En la misma línea, si se va a alabar su trabajo de cámara y manejo de la estética visual, creo que Alexis Zabe debería de llevar el mayor mérito, ya que es el director de fotografía no solo de Post Tenebras Lux sino también de Luz Silenciosa y otras obras como Lake Tahoe y Temporada de Patos de Fernando Eimbcke. Al final, mi conflicto viene más con aquellos que no aceptan comentarios contra la obra del autor, descalificándolos y catalogándolos automáticamente como gente que “no aprecia el arte”. ¿En serio ese es su argumento? Suena más a queja de pejista que apoya la democracia y cree en el voto del pueblo… siempre y cuando el voto lo favorezca, ya que si no, seguro hubo fraude… y falta de calidad de apreciación cinematográfica. Me parece que el mayor problema es el justificar y alabar profundos significados cuando el mismo autor te dice que no hay nada que interpretar y que buena parte de los elementos se incluyeron por razones que podrían catalogarse como caprichosas.
Como extra, pueden ver siete fragmentos grabados durante la sesión de Preguntas y Respuestas con el realizador en el pasado FICM en este enlace. Disculparán si de repente se escucha mi voz o la de Román criticando con alevosía y ventaja lo comentado por otras personas pero... bueno, es parte de la naturaleza humana.
La primera cinta del realizador, Japón, marca el estilo que lo caracterizaría. Desde el preciosismo visual y el manejo de ritmos lentos hasta la inclusión de momentos escandalizadores y el uso de gente común en lugar de actores (lo cual indica, al parecer, que el director no considera que los actores sean “gente común”). La sinopsis de la cinta nos habla de como “un pintor de la gran ciudad va a un cañón en lugares remotos a suicidarse pero al alcanzar cierta calma, se queda con una anciana con quien desarrolla una relación importante. Curiosamente lo que más recuerda la mayoría de las personas que vieron la cinta es la escena de sexo y la desnudez de la anciana.
Después de haber visto Batalla en el Cielo, renté y traté de ver Japón para tener una mejor visión del trabajo del director… y desafortunadamente me quedé dormido a pesar de que la cinta me fue muy recomendada por algunos de mis amigos de esos que “saben de cine”. Cuando pregunté a mi amigo sobre el porqué del título de la película, me dijo que no sabía la razón. Al investigar en foros de internet me encuentro con una explicación que me pareció bastante interesante, en donde se refiere al Ubasute-yama, que era el hecho de que en la época feudal en Japón, a las ancianas se les llevaba a las montañas a morir y en como esto podría tener relación con la cinta. Curiosamente al ver la entrevista que viene en los extras del DVD el director explica que originalmente no quería ponerle título a su cinta pero debía hacerlo por fines prácticos. El título viene porque siempre hay un nuevo día y el sol sale por Japón así que decidió nombrarla de esa manera. Bueno, el sol también sale por Taiwán o Corea, pero no le gustaban tanto como título. Al parecer la belleza o profundidad en la cinta se encontraba más en las interpretaciones que en la obra en sí, o al menos eso parecía.
Batalla en el Cielo es la primer cinta que vi de Reygadas, la cual curiosamente llegó a León, Guanajuato (ciudad en la que vivía en ese momento) a pesar de que a esa ciudad la distribución de cintas que no sean extremadamente comerciales es más que limitada. Recuerdo que en la función éramos cuatro personas, incluidos el proyeccionista, una pareja y yo. A los quince minutos me quedé solo. La cinta trata sobre como el chofer de un general planea el secuestro de un infante, quien muere de forma accidental. Marcos, el chofer, empieza a derrumbarse y le confiesa lo sucedido a Ana, hija de su jefe, quien se prostituye, digo, presta a la menor provocación. La cinta agarró el re-conocimiento del público gracias a la escena en que la joven chica le practica una felación a Marcos. Mientras que me pareció que tenía escenas visual y narrativamente poderosas como el peregrinar rumbo a la Basílica de Guadalupe y la temática de la confrontación con la realidad y el derrumbamiento dentro de la persona de Marcos, la cinta no me pareció digna de una nominación a la Palma de Oro en Cannes, festival en el cual parecía que Reygadas ya era cliente frecuente. Los supuestos simbolismos y el manejo de secuencias en las que se pretende mostrar las situaciones de poder y un acercamiento a la realidad a través de lo cotidiano que no se muestra en el cine (como el sexo o los desnudos, según el director) me parecieron gratuitos. El director mostraba talento para el ilustrar escenas de manera visualmente atractiva pero es incapaz de utilizarlo para mostrar esos aspectos cotidianos que decide explotar. Por otra parte encontraba problemas de lógica en el guión y en la narrativa, pero al parecer esos son aspectos menores cuando un realizador se encuentra enfocado en desarrollar su arte.
Llega Luz Silenciosa, la cual nuevamente es nominada a la Palma de Oro y al Premio del Jurado (el cual compartió junto a Persépolis). El trabajo más completo y mejor realizado del director. Nuevamente las tomas largas (en mi opinión, innecesariamente ) y un preciosismo visual alabado por la crítica. La cinta inicia con una larguísima toma de un amanecer en el campo en una comunidad Menonita en Chihuahua. En esta ocasión el director se enfoca en la historia de Johan, quien es atormentado por un amorío extramatrimonial que tiene. En su familia hay quienes saben de eso, pero la culpa que lo aqueja no viene por las recriminaciones de los demás, sino porque al ser un hombre de fe, no puede vivir con la culpa.
Esta cinta pude verla en una emisión del Festival Internacional de Cine de Morelia y recuerdo que a pesar de ser función extra de media noche (de esas funciones que salen de la manga cuando hay más gente queriendo ver una película en el festival), la fila salía de las instalaciones (lo cual no es tan extraordinario cuando uno conoce el pequeño cine que funge como sede) y me tocó estar a la vuelta de la esquina de la cuadra. Al entrar finalmente a la sala no puedo evitar escuchar como buena parte de los asistentes estaban emocionados y alababan a quien llamaban “Maestro” (así, con mayúscula). A mí no me fascinaba su cine pero la crítica me invitaba a darle otra oportunidad al trabajo de Reygadas. Recuerdo mi fascinación al principio (aunque sus tomas me seguían pareciendo innecesariamente largas) cosa que se derrumbó como a la mitad, que me llevó a dormir un par de minutos (probablemente por ser una función de media noche) y que al despertar me encontré con elementos que no me hacían tanto sentido. El director se alejaba del realismo que planteaba mostrar en obras anteriores e incluía elementos mágicos o milagrosos. Las claves del surgimiento de estos estaban planteados en simbolismos mostrados en la cinta, sin embargo algo no me terminaba de cuajar.
Buena parte de la crítica comparaba Ordet, de Theodor Dreyer con Luz Silenciosa, siendo la segunda una copia al carbón (con queso menonita para aderezar). La cinta del mexicano se entiende mejor cuando uno tiene conocimiento de la original, siendo un derivado peculiar que casi puede sostenerse a sí misma. Casi. Sin embargo, sigue siendo la obra mejor realizada del autor.
El siguiente trabajo del realizador corresponde a su participación en el collage cinematográfico de Revolución, junto con otros 9 directores (pueden encontrar mi reseña sobre la obra colectiva por acá). Su segmento, “Este es mi Reino”, básicamente es una comida familiar en un rancho en donde las cosas se salen de control y todo se vuelve un desmadre. Curiosamente este segmento marcaría lo que es más cercano a la línea del nuevo estilo del director, el cual es más patente en Post Teneras Lux.
Con su trabajo más reciente, Reygadas se ganó el abucheo de la crítica, pero al parecer solo de la internacional, ya que varios compañeros que han visto la cinta han salido al menos satisfechos con la obra. Más bien creo que se suavizó un poco la reacción gracias a la expectativa de que se vería algo malo, igual que cuando muchos hablan bien de una obra y llega “inflada” al espectador, puede ser considerada como sobrevalorada, que es como me imagino que llegó, con altas expectativas, a la prensa que pudo ver la cinta en el pasado festival de Cannes.
¿De qué va Post Tenebras Lux? Juan es un hombre con posición socioeconómica buena que vive en su casa de campo con su esposa e hijos de donde trata de alejarse del mundo que le rodea. La sinópsis dice que “nadie sabe si ambos mundos se complementan o buscan su mutua destrucción” refiriéndose a la urbe o al entorno rural que prefiere Juan, sin embargo la contraposición y posible duelo entre ambas realidades no se plantea de forma directa y yo vengo enterándome de ella después de leer la sinópsis del IMDB.
La cinta pude verla en la emisión de este año del Festival Internacional de Cine de Morelia y me encontraba con opiniones divididas al respecto. Una parte de mi reconocía Luz Silenciosa como la mejor obra del autor, pero el estilo del mismo no es de mi agrado. Me inclino más por la corriente de los que lo consideran pretencioso y me irritan sus fans ya que usualmente caen en la categoría de los que “se clavan de más en la textura” y no pueden dar argumentos sólidos que respalden su opinión de que el trabajo del director es bueno. A eso agreguémosle el hecho de que usualmente es presentado como “el Maestro” y tiene todos los elementos necesarios para irritarme. Después de Luz Silenciosa juré no ver ninguna cinta más de Reygadas hasta que descubrí que es excelente tema de conversación, especialmente si consideramos el hecho de que en sus declaraciones, desdeñaba los comentarios de la prensa y la crítica y decía que su cine era sencillo y no necesitaba interpretaciones. Eso me sonó a reto, especialmente considerando que el director no se caracteriza por hacer ese tipo de cine.
Llegó el momento de la función y puedo decir que es la primer cinta del director en la que no pestañeo, en parte porque no me tocó una función de media noche, en parte porque quería comprender que es lo que tanto aprecian los que lo catalogan como “maestro”. Probablemente sea un prejuicio mio ya que en general me agrada el trabajo de David Lynch, a quienes varios catalogan tanto de prentensioso como de críptico. ¿Tomas largas? No tengo problemas cuando se saben aprovechar y se muestra un trabajo de composición. ¿Narrativa que debe ser armada por el espectador? En el género del cómic disfruto mucho el trabajo de Grant Morrison, el cual se caracteriza por el manejo de narrativas modulares las cuales en conjunto ayudan a distintos niveles de comprensión de la obra a pesar de estar aparentemente desconectadas y su obra usualmente se entiende mejor luego de varias revisiones. ¿Por qué esos elementos que aprecio tanto en otros realizadores me parecen inaguantables en el trabajo de este director?
Durante la proyección, todo parecía marchar normalmente, excepto por una molestia que amenazaba con convertirse en mareo o dolor de cabeza a causa de un filtro de vidrio vicelado utilizado por el director para buena parte de la película. El público se mostraba respetuoso, incluso en una escena en dónde aparece la silueta animada de un diablo bidimensional quien entra a una casa con caja de herramientas en la mano. Dicha imagen me provocó risa mientras que todo el público se hundía en una solemnidad casi total. La cinta prosigue y noto que los dos personajes principales, Adolfo Jiménez Castro y Nathalia Acevedo me parecían los “actores no actores” más compententes que ha tenido Reygadas en su obra. Me molesta el hecho de que el director utilice a sus hijos como personajes dentro de la historia, ya que en la primera mitad se nota un cuidado en el vocabulario (particularmente en el personaje de Juan, interpretado por Adolfo) para comunicarse con ellos sin forzarlos a que con palabras denoten que no son sus hijos, sino del director. La cinta prosigue y hay flashbacks a momentos representativos como un juego de Rugby o una visita a un Spa Nudista Swinger Belga, los cuales aparentemente no tienen conexión con el resto de la historia pero mantienen una identidad visual característica entre sí. Tenemos escenas que parecen ser realizadas por un bodeasta ya que muestran una cena y una fiesta, la primera en un círculo social alto y la segunda en su opuesto. La historia se desarrolla y la desgracia cae en los personajes, dándonos un desenlace para perder la cabeza. La cinta termina. La sala se queda en silencio hasta que después de varios segundos alguien se atreve a aplaudir. No es el aplauso sonoro que me tocó en otras cintas realizadas por gente de menor calibre, sino uno mucho más moderado. Carlos pasa al frente para una sesión de preguntas y respuestas. Silencio incómodo hasta que después de unos momentos empiezan los comentarios y las preguntas que se caracterizaban desde un “¿qué quisiste decir con…?” hasta alguno que otro cebollazo.
En cierta medida esperaba a un Reygadas mamón, prepotente, que es como parecía ser al despreciar los comentarios de la crítica o la prensa. Curiosamente en la sesión de preguntas y respuestas vi a alguien muy sencillo y que no soltaba choros pretenciosos para convencernos de su genialidad. Su obra estaba presente y estaba hecha de una manera porque así quería hacerla. Curiosamente creo que ese es su mayor mérito o defecto, ya que cualquier interpretación que pudiera tener parece ser más pretenciosa que la obra en sí. La belleza está en el ojo del espectador al final del día.
Entre las personas que estaban en la sesión de preguntas y respuestas había quienes alababan al director por la profundidad de los temas que tocaba. ¿Profundidad en los temas? Quizás, pero no hay desarrollo ni hay cohesión entre ellos. La confrontación o unión entre clases sociales se siente muy superficial y su momento detonante se limita a un robo e intento de asesinato (mal actuados, aunque no podemos hablar de una mala actuación cuando de entrada no hay actores en escena, ¿o sí?). Las dos reuniones que ilustra la cinta, una cena con gente de clase alta en el que se denotan los diálogos con contenido mamón y pretencioso me parecieron precísamente eso, aunque probablemente mi molestia sea más con lo que representan y el hecho que no aporta tanto a la historia como en la fiesta de pueblo en que Juan y Natalia buscan particiar y que en menos minutos es más concisa. Hay quienes consideraron una sátira sabrosa la cena de alcurnia pero se sienten más como un entorno más cercano al director gracias a la fluidez y tiempo que le dedica, en contraposición con la fiesta en la que los personajes se presentan forzados y se nota una falta de dirección real. El ilustrar esa secuencia al tratar de capturar los momentos nada más no funciona de la misma manera en ambas situaciones.
Después de ver la película compartí impresiones con personas a quienes tuve el placer de conocer en el festival, tales como a Cristina, Rebeca o Román. Mientras que con Román coincidí en no ser precisamente fans de la obra del realizador, las chicas quedaron fascinadas con la cinta. Tuvimos una breve conversación al respecto y el punto que me mencionaban como más relevante en Reygadas es su manejo artístico. Resumiendo (y me disculparán Cris y Rebeca si tergiverso sus palabras) la obra del director no puede ser catalogada ni medida en comparación con los patrones de otras obras, ya que como si fuera artista plástico, se sale de lo establecido para crear sus cintas. No tratan de historias sino de emociones, las cuales no se pueden medir con esquemas narrativos tradicionales. La forma en que lo manifiesta a través de su uso del cuidado de la imagen es lo que lo vuelve relevante.
Probablemente ahí viene uno de mis mayores problemas con sus películas. Mientras que aplaudo la innovación y la explotación de los recursos narrativos y/o audiovisuales, me parece que eso de “no poder ser comparado o catalogado junto a otros artistas” es una explicación fácil y (usemos la palabra recurrente para calificar su trabajo) pretenciosa. Incluso es cantaleta recurrente eso de quienes lo critican es “porque no lo entendieron”, “no saben apreciar lo que es arte”, “les da flojera usar su cabeza para armar historias y necesitan que los lleven de la mano” y cosas similares. Wow. Impresionante. Los defensores de alguien tachado como pretencioso se suben a un caballo todavía más alto y se portan precisamente pretenciosos. No creo que sea la mejor defensa para su caso. Tal vez la comparación pueda sentirse un poco fuera de lugar pero Picasso no empezó haciendo cubismo y por más que su nueva forma de pintar fuera diferente y no se pudiera catalogar ni comparar con la de otros contemporáneos, el artista demostró un manejo y conocimiento de las artes antes de forjar el estilo por el que pasaría a la historia.
Otro de mis conflictos ante este tipo de argumentos de los defensores es el hecho de que hay algo que se llama videoarte. Básicamente es una forma más económica a la producción tradicional de cine y se enfoca en romper parámetros comerciales, eliminando a su vez las limitaciones del medio. Es conceptual y no necesita cumplir con las convenciones con cosas como el uso de actores o diálogos. Tampoco es necesario contar con un guión o una narrativa y puede servir para el desarrollo de ideas o emociones. Con todo esto su premisa básica es el romper con las restricciones. La mayoría de los argumentos de quienes defienden a Reygadas simplemente caen dentro de la categoría del videoarte. El señor no está haciendo nada nuevo en ese sentido. ¡Hey! Incluso quienes han seguido este blog saben que hemos posteado y recomendado muestras de ese tipo de corriente audiovisual alguna vez y que un documental que he recomendado en varias ocasiones, La Casa Emak Bakia, hace un tributo a formas narrativas que son más interesantes, al contar algo que no es una historia, en un orden aleatorio.
Hablando de Emak Bakia (la obra original, no el documental de Oskar Alegría, el cual es increíblemente recomendable), una de sus escenas más interesantes es cuando Man Ray avienta una cámara para que pueda grabar con toda la libertad y sin el condicionamiento de un operador la realidad a su alrededor. Eso es un manejo justificado de una propuesta concreta y libre que rompe esquemas en un trabajo que no debe de ser narrativo necesariamente. Por su parte, buena parte de quienes disfrutan del trabajo de Reygadas hablan de él como alguien que rompe esquemas cuando en sus dos últimas cintas repite fórmula con las tomas larguísimas durante un momento de cambio del día (amanecer o anochecer) en donde todo está acomodado de manera controlada y preciosista. De pronto, suena como si los convencionalismos tradicionales y la estética pueden formar parte de su obra y ser halagados como muestra de su talento… aunque cuando se le critica, uno debe de considerar que no es cine que deba obedecer las normas del cine mismo. Las inconsistencias de quienes tratan de encontrar y justificar más al autor lo encuentro bastante convenientes.
La negativa de Reygadas a usar actores me parece un truco fácil (algo así como el hacer películas con lenguas muertas a la Mel Gibson para que la gente se distraiga de la actuación) aunque es una decisión de forma. Sin embargo, el manejo de “estilos caprichosos” me suena un tanto reprochable cuando no hay una justificación tangible y real. El hecho de hacer algo “porque puedo y quiero hacerlo” es una justificación muy frágil cuando uno quiere hacer una obra importante o ser catalogado como “Maestro”. Recuerdo que al haber visto una cinta de Nicolás Pereda, la de Perpetum Mobile, la cinta me había dejado con una sensación de agrado, pero al escuchar después en una sesión de preguntas y respuestas la forma en que el director planeaba sus producciones perdió todo su encanto para mí ya que no había tal. Prácticamente se podía resumir todo a un “agarremos la cámara, encuadremos como podamos y veamos que hacemos”. En la sesión de preguntas y respuestas con Reygadas en el pasado FICM cuando se cuestionó al director sobre el uso del filtro, este respondió que se usó simplemente porque le gustó. Al principio se planteó como algo para mostrar el mundo exterior pero dentro de la obra el mismo realizador rompe sus reglas y lo usa sin consistencia sin respetar su planteamiento original. De la misma manera, cosas como la aparición del Diablo no tienen tanto propósito o trasfondo y su imagen se basa en que “así los soñó el director y así quería que se viera” . Esos y varios elementos más incluidos más por gusto que por propósitos específicos.
Recuerdo en un detrás de cámara con Lubezki y Cuarón sobre Children of Men como se mencionaba de la importancia de cuidar lo que se incluye en cada escena. Dentro de una película cada escena debe de llevar al personaje a otro punto que lo acerque más y más al final. Cada cuadro debe de tener un propósito y mostrar algo que sea relevante no solo a la historia sino al espectador. Si tienes algún elemento que sea prescindible dentro de la historia, mejor elimínalo. Al hacer una revisión sobre los momentos prescindibles de Post Tenebras Lux me encontraba con bastantes. ¿Servía de algo la escena de sexo en Bélgica además de para escandalizar o crear conversación entre el público del cine? De muy poco, en realidad. ¿Las escenas de rugby que muchos encuentran fascinantes aunque incomprensibles? Si las quitamos, la historia central no pierde absolutamente nada, y de hecho su inclusión y justificación se siente forzada al agregarse una toma con un retrato de una persona corriendo en Inglaterra, único vínculo “lógico” para establecernos que uno de los personajes del juego era parte del resto de la historia. ¿La inclusión de las “actuaciones” de los hijos del director es relevante? Él mismo indica que los incluyo porque es “bien bonito poder compartir algo como eso con la familia” lo cual no me suena precisamente a un propósito fuera de lo personal en la obra. ¿Si eliminamos la autodecapitación del final se pierde algo? Bueno, en realidad esa solo la quitaría porque da pena ajena en su ejecución (no pun intended) a nivel producción ya que sí tiene relevancia en la narrativa… aunque me digan que no tiene narrativa.
Al final, mi conflicto no es tanto con el realizador, a quien encontré como una persona simpática y muy alejada de la visión mamona que algunos medios reflejaban con los comentarios que citaban de él. ¿Su obra? No me fascina pero en cierta medida la respeto. No le encuentro ese valor y trascendencia que muchos alegan precisamente por las razones expresadas líneas arriba y cuando en realidad no debería ser catalogado como cine ya que eso de que los aspectos positivos pueden ser comparados con los de otras obras del medio pero los criticables simplemente fueron diseñados para “romper esquemas” suena más a excusa barata que a razón válida. En la misma línea, si se va a alabar su trabajo de cámara y manejo de la estética visual, creo que Alexis Zabe debería de llevar el mayor mérito, ya que es el director de fotografía no solo de Post Tenebras Lux sino también de Luz Silenciosa y otras obras como Lake Tahoe y Temporada de Patos de Fernando Eimbcke. Al final, mi conflicto viene más con aquellos que no aceptan comentarios contra la obra del autor, descalificándolos y catalogándolos automáticamente como gente que “no aprecia el arte”. ¿En serio ese es su argumento? Suena más a queja de pejista que apoya la democracia y cree en el voto del pueblo… siempre y cuando el voto lo favorezca, ya que si no, seguro hubo fraude… y falta de calidad de apreciación cinematográfica. Me parece que el mayor problema es el justificar y alabar profundos significados cuando el mismo autor te dice que no hay nada que interpretar y que buena parte de los elementos se incluyeron por razones que podrían catalogarse como caprichosas.
Como extra, pueden ver siete fragmentos grabados durante la sesión de Preguntas y Respuestas con el realizador en el pasado FICM en este enlace. Disculparán si de repente se escucha mi voz o la de Román criticando con alevosía y ventaja lo comentado por otras personas pero... bueno, es parte de la naturaleza humana.
23 de noviembre de 2012
Viernes de Video: Glory at Sea!
Y gracias a la recomendación del buen Román (a quién tuve el enorme gusto de conocer en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia) es que tenemos el cortometraje que después ayudaría a gestar lo que muchos catalogan como una de las mejores películas del año: Beasts of the Southern Wild.
¡Disfrúten el corto! Y ¿por qué no? De una vez pasen a leer al buen Román. Recientemente publicó algo sobre Reygadas.
¡Disfrúten el corto! Y ¿por qué no? De una vez pasen a leer al buen Román. Recientemente publicó algo sobre Reygadas.
16 de noviembre de 2012
Viernes de Videos: La Vida Galáctica de Wes Anderson
En alguna ocasión ya pudimos ver una probadita de como podría ser la versión de Spider-Man dirigida por Wes Anderson, director con estilo tan particular e identificable que es muy difícil de confundir. En esta ocasión vemos que pasaría si él tomara las riendas del nuevo juguete franquiciatario de Disney: Star Wars.
12 de noviembre de 2012
Lo visto en el Décimo Festival Internacional de Cine de Morelia.
Termina oficialmente el Décimo Festival Internacional de Cine de Morelia y se anuncian los ganadores en sus distintas categorías, siendo las más importantes los premios a Mejor Largometraje Mexicano, Mejor Largometraje Documental Mexicano y el Premio del Público.
Desafortunadamente por falta de tiempo (ya ven, uno que trabaja y no escribiendo esto) de las ganadoras (No quiero dormir sola, de Natalia Beristaín, ganadora como mejor cinta de ficción, I Hate Love, de Humberto Hinojosa, ganadora del premio del público y Inori, de Pedro González Rubio, ganadora del premio al mejor documental) solo pude ver la primera, y al parecer el concenso se reflejó en la premiación, al ser una cinta bien ejecutada, aunque a nivel personal no me gustó. Probablemente porque el manejo de la historia y sus personajes no me atrajeron, aunque la temática es de mi interés.
A continuación están mis impresiones sobre las cintas vistas en este festival, en el orden en que fueron vistas. Todos los comentarios fueron publicados en nuestra página de Facebook, que se actualizaba cada que tenía red y hacía fila para otra función. Si quieren la versión condensada, puedo decir que lo mejor del festival para mi fue La Casa Emak Bakia, Final Cut, Ladies and Gentlemen, La Caza, Cosmópolis, The Master y Halley. Los comentarios un poco más extensos aparecen a continuación.
Everything or Nothing es un fascinante documental sobre la historia tras cámaras de 007. Muy recomendable, aunque no pude verlo completo usa que tuve que salirme para ver...
Amour, Haneke no se anda con medios chiles y narra de manera efectiva una historia sobre lo triste que es el cómo se desvanece una persona con el paso del tiempo. Dura, cruda, triste manera de reflexionar sube la inevitabilidad de nuestro ocaso como seres pensantes.
Anna Karenina, cinta en donde la realidad se vive como una puesta en escena en medio de una historia de amores prohibidos y mujeres caprichosas. Increíble diseño de arte y manejo de fotografía.
The Master, creo que necesito volver a verla, ya que en un par de ocasiones hice algo más que sólo cerrar los ojos para parpadear. Increíble trabajo actoral y de dirección. Una cinta un poco pesada y que creo será mucho mejor apreciada conforme pasen los años. Interesante manejo de la exploración que hace a la naturaleza humana.
In another country es de esas raras películas de Festival que no te dejan emocionalmente desgastado. Tres visiones distintas de narrar una historia con los mismos elementos y que al final tienen guiños que se complementan. Aquí se resuelve la duda de donde estaba uno de la personajes de Amour, aunque me hace creer que en Francia sólo hay una actriz. Una cinta ligera pero muy divertida sobre la percepción y las diferencias culturales.
Saluda al diablo de mi parte es una cinta de manejo eficiente y ritmo truculento en donde se hace uso de falso suspenso. Lástima que el guión es muy deficiente. Tendré que consultar a mi colombiana favorita para que me ayude con el contexto histórico de la cinta para ver si me perdí de algo o de a tiro la cinta es prescindible. Tiene unas cuantas escenas de acción efectivas, aunque por momentos parece ser Taken región 4.
Cosmópolis es un impresionante road movie que en lugar de recorrer lugares se pasea por ideas y esas cosas que habían los rincones de la mente. Al parecer el niño Crepúsculo sabe actuar, aunque para el final de la cinta alguien le pone una cátedra en menos de 15 minutos, con todo y toalla en la cabeza.
La Caza: historia sobre cómo se puede destruir una vida gracias a los chismes y las suposiciones. Los niños no mienten, ¿cierto?. El problema es cuando no saben reconocer la diferencia entre la verdad y lo que les dicen que es la verdad. Pueblo chico, infierno grande, y suposiciones sobre un caso de abuso sexual en donde alguien pensó demasiado en los niños.
No quiero dormir sola, cinta en donde una chica nini que se siente fotógrafa debe confrontar el hecho de que su abuela la necesita en sus últimos años, con su respectivo daño físico y mental que llega con la edad. La chica que cambia de pareja de cama como su abuela cambia de bebida alcohólica descubre que la familia sirve para algo más que para pedir dinero. Película semi hormonal que pasa a la categoría de prescindible. Nunca confíen en una cinta de una ahijada del Festival de Morelia. Primero hacen cortos y luego dicen hacer películas.
La vida precoz y breve de Sabina Rivas, adaptación cinematográfica sobre la historia de las desventuras de una adolescente que busca migrar al norte para salir de una vida difícil de teibolera. El problema es que su norte es nuestro sur, la migra mexicana es peor que la gringa y la división de poderes entre ejército, países y los Maras no ayudan a cumplir el sueño sudamericano. Mandoki sigue demostrando que sabe manejar producciones de peso, gracias a sus nada despreciable apoyos, sin embargo a nivel narrativo sigue sin convencerme del todo. Quizás por que tiene final de película festivalera, en donde hay elementos de escándalo gratuito que no ayudan al desarrollo de la historia.
Argo: todo indica que Ben Affleck le aprendió una cosa o dos a Kevin Smith sobre dirigir y actuar en la misma película... con la diferencia de que Affleck lo sabe hacer bien. Increíble thriller que seguro se cuela a los Óscares. Al ver los primeros minutos de película uno entiende por qué los de Warner querían al buen Ben para encargarse de la Liga de la Justicia (y uno se pregunta si los del estudio vieron el resto de la cinta), pero es mejor que el realizador siga haciendo su cine, ya que tiene mucho talento para desarrollar y un récord perfecto por conservar. De lo mejor del año, sin lugar a dudas.
La casa de Emak Bakia: ¿Qué tienen en común una princesa rumana, 30 elefantes y la resurrección de un payaso muerto con Man Ray? Todos aparecen en un documental de recorridos tan bien planeados que son azarosos a todas luces. El recorrido del autor para descubrir la casa que da título a la película es fascinante por qué incluye tantos giros que no importa si logra o no encontrar un lugar, ya que es una experiencia reveladora e increíblemente divertida. El mejor documental que ha visto en el Festival y se va directo a mi lista de las mejores 10 cintas del año.
Fogo: una cinta que a pesar de apenas pasar de la hora se siente más larga. Fogo es una comunidad en Canadá que empieza a quedar despoblada debido a que es insostenible seguir ahí. Conocemos la vida de tres de sus habitantes y sus puertos así como su lucha por sobrevivir. La cinta se siente como trabajo escolar hecho al aventón y en realidad lo es. Todo pudo ser narrado en diez minutos sin tanto problema.
Post Tenebras Lux: después de Luz Silenciosa juré jamás ver algo del sobrevalorado Reygadas, pero la realidad es que lo que llama cine sirve como tema de conversación. El señor es hijo mimado de Cannes y gana un premio por mejor director cuando es incapaz de dirigir actores de verdad. No hay historia coherente y fuera de simbolismos baratos, es igual o más débil que su cortometraje parte de Revolución. Desnudos y cogidas gratuitas, un diablo animado en dos dimensiones que casi hace que me bote de la risa, flashbacks mal montados que al parecer los puede tener un personaje después de muerto. ¿Algo a su favor? Primera película del director en la que no me duermo... y hay una auto decapitación barata. Reygadas hizo carrera al revés, primero triunfa en Cannes y después se dedica a hacer vídeos familiares que trata de hacer pasar por películas.
Siete psicópatas: curiosamente, otra cinta con pase automático a mis diez preferidas del año. Un guionista es ayudado por su mejor amigo para poder escribir el guión de una película enfocada en siete psicópatas. Todo va bien, excepto por el hecho de que el amigo usa recursos poco ortodoxos para ayudarlo a encontrar la inspiración, y cuando esto choca con el hecho de su modo de vida como secuestrador de perros, es seguro que habrá varios problemas divertidos. Una historia que tiene tintes de meta ficción bien aprovechados y que es ampliamente recomendable.
Final Cut, ladies and gentlemen: así como Siete Psicópatas comenta el cine mientras lo hace, esta cinta húngara rinde tributo al cine mientras lo hace. Una historia de amor con escenas cien por ciento recicladas, ya que combina fragmentos de películas de todo tipo y nacionalidad ilustrando lo universal que es el lenguaje cinematográfico. De las pocas cintas en donde puedes sufrir como Cenicienta, esperar que Superman te salve y corras como Lola. De esos experimentos narrativos sabrosos que vale la pena ver.
Halley: probablemente la cinta más fuerte y a su vez una de las más sencillas. Si bien la mayoría de los espectadores tenemos un cansancio con todo ese cine contemplativo de moda festivalera que abunda desde hace algunos años, Halley toma esa fórmula gastada y en vez de mostrarnos amaneceres campiranos innecesariamente largos, toma al ser humano y su degradación corporal como tema central. Beto, el personaje principal, padece una enfermedad que poco a poco lo carcome desde dentro y somos testigos de ese proceso de una forma íntima y cercana, tanto a nivel visual como narrativo. Por lo pronto, mi favorita en la categoría de competencia, aunque no es una cinta que le recomendaría a todo público.
9 de noviembre de 2012
Viernes de Videos: La casa Emak Bakia
Casi termina el Festival Internacional de Cine de Morelia (pueden leer mis comentarios sobre las películas que pude ver ahí, en nuestra página de Facebook) y entre las cintas que vi, puedo decir que la que me dejó más satisfecho y con una sonrisa en la cara al finalizar la función, fue el documental de Oskar Alegría, La casa Emak Bakia.
La cinta se enfoca en hacer tributo a una filme realizado por Man Ray, uno de los exponentes más importantes del dadaísmo/surrealismo. La obra original pueden verla por acá, pero para entenderla mejor, nada como ver el documental. A continuación les comparto lo que me pareció, aunque luego tendré la reseña en forma en este mismo sitio.
"¿Qué tienen en común una princesa rumana, 30 elefantes y la resurrección de un payaso muerto con Man Ray? Todos aparecen en un documental de recorridos tan bien planeados que son azarosos a todas luces. El recorrido del autor para descubrir la casa que da título a la película es fascinante por qué incluye tantos giros que no importa si logra o no encontrar un lugar, ya que es una experiencia reveladora e increíblemente divertida. El mejor documental que ha visto en el Festival y se va directo a mi lista de las mejores 10 cintas del año."
Sin más preámbulos, el trailer de la obra, en donde podemos ver el cortejo entre un guante y una servilleta, entre otras maravillas contenidas en el filme. Si tienen oportunidad de verlo, háganlo.
La cinta se enfoca en hacer tributo a una filme realizado por Man Ray, uno de los exponentes más importantes del dadaísmo/surrealismo. La obra original pueden verla por acá, pero para entenderla mejor, nada como ver el documental. A continuación les comparto lo que me pareció, aunque luego tendré la reseña en forma en este mismo sitio.
"¿Qué tienen en común una princesa rumana, 30 elefantes y la resurrección de un payaso muerto con Man Ray? Todos aparecen en un documental de recorridos tan bien planeados que son azarosos a todas luces. El recorrido del autor para descubrir la casa que da título a la película es fascinante por qué incluye tantos giros que no importa si logra o no encontrar un lugar, ya que es una experiencia reveladora e increíblemente divertida. El mejor documental que ha visto en el Festival y se va directo a mi lista de las mejores 10 cintas del año."
Sin más preámbulos, el trailer de la obra, en donde podemos ver el cortejo entre un guante y una servilleta, entre otras maravillas contenidas en el filme. Si tienen oportunidad de verlo, háganlo.
26 de octubre de 2012
Viernes de Videos: Los cerdos vuelan y cantan con las gallinas
Creo que es viernes de conciencia social y protección animal y este promo hecho en australia da un enfoque interesante para concientizar sobre la crueldad animal en una sensacional campaña australiana en dónde los cerdos vuelan... y cantan...
12 de octubre de 2012
Viernes de Videos: Maker
¿No van a ver la más reciente cinta animada del Señor Burton? ¡No se preocupen! Por acá les tenemos mejor un bonito cortometraje de estética oscura que seguro les va a gustar. El corto es de Christopher Kezelos y pueden saber más sobre el proyecto por acá.
9 de octubre de 2012
Cuates de Australia
Quienes digan que el cine mexicano no ha tenido nada bueno que ofrecer en los últimos años es porque no se ha dado cuenta que hay un género cinematográfico llamado documental. Dentro del mismo hemos tenido auténticas joyas que surgen por aquí y por allá, y calladamente van acumulando premios y reconocimiento internacional. En su cuarto largometraje, Everardo González ya lleva acumulados premios desde los nacionales (como el reconocimiento como mejor documental en el pasado Festival Internacional de Cine en Guadalajara) hasta lo internacional (mismo premio en el Festival de Cine de Los Ángeles, o en Lima, así como un largo etcétera) y eso sin contar el hecho de que la cinta está encaminada a competir por el Óscar. ¿Y aun así hay gente que dicen que en México no hay cine de calidad?
Cuates de Australia es el nombre de un ejido en Coahuila. Nadie, ni los pobladores más viejos del lugar saben de dónde viene el nombre, el cual suena más a postal vacacional de Instagram que a un lugar habitable. Curiosamente eso no está tan alejado de la realidad, ya que el lugar no es precisamente muy amigable para los pobladores debido a las inclementes sequías que ha padecido en años recientes. Precisamente en este tema y en la manera en que afecta a sus habitantes es en lo que se enfoca el documental.
Everardo González se ha consolidado como un realizador capaz de acercarnos con una mirada muy íntima a la realidad. Trabajos anteriores como El Cielo Abierto o Los Ladrones Viejos: Las Leyendas del Artegio nos muestran a personajes que al compartirnos sus historias nos hacen sentirnos más cercanos a una realidad que nos puede ser muy ajena, sin importar si hablamos de figuras con personalidad santificable por su lucha en pro de los oprimidos o por personajes oprimidos por la realidad que al buscar sobrevivir. En Cuates de Australia la vida es difícil pero los habitantes aman su tierra y saben que vivir no es fácil. Conocen y respetan su tierra aunque deban despedirse de ella cuando la sequía se vuelve insoportable pero saben que pueden volver cuando lleguen las primeras gotas de lluvia de la temporada.
Si bien en la ficción mexicana han existido los estereotipos de que las historias pueden contarse o en la pseudo realidad urbana o en la magia y el romanticismo del pueblo, en el documental contamos con acercamientos fuera del cliché y gracias a esto ilustran de manera más certera los entornos cotidianos. La vida es difícil en la comunidad pero no por eso se detiene. Una mujer está embarazada y las condiciones en las que vive hacen que sea una situación de riesgo. Los cultivos sin agua no pueden ser contemplados pero la crudeza cotidiana no significa que no pueda haber momentos de despeje, ya que si las dificultades están siempre presentes, también puede haber espacio para los juegos o las actividades como las carreras de caballos.
La cámara se vuelve un habitante más y convive con los Cuates de Australia y a su vez nos deja conocer a los habitantes y su situación. No hay un enfoque en algún personaje en particular ya que es su lucha y su estilo de vida el personaje principal de este documental. Sin lugar a dudas, uno de los mejores que he visto este año y que a pesar de no contar con una exhibición comercial en forma, puede verse en festivales y giras, con lo cual ha sido más que suficiente para que reciba algo del reconocimiento que merece. Si tienen la oportunidad de verlo, no lo piensen dos veces, ya que sin lugar a dudas, vale mucho la pena.
5 de octubre de 2012
Viernes de Videos: Gloam
Y para seguir en la bonita tradición de los cortos animados en viernes, a continuación tenemos Gloam, lo que podría ser una bonita versión de Swamp Thing sin ser la Cosa del Pantano. El filme fue dirigido por David Elwell y Garth Hughes.
30 de septiembre de 2012
Los Últimos Cristeros
El cine bélico es de esos géneros poco explotados en nuestro país, quizás debido a que requiere usualmente un mayor presupuesto así como el manejo de efectos especiales para ilustrar las gloriosas batallas que ilustran los libros de historia. Sin embargo cuentan algunos participantes en los conflictos armados que no todo es gloria o infierno, ya que también está lo cotidiano como el elemento casi siempre presente e irrelevante en la vida de un soldado. Mientras que en México hablamos con orgullo de los días festivos que nos fueron otorgados por las grandes luchas como la revolución o la independencia, otras consideradas menores como la Cristiada no han tenido gran difusión, quizás debido a que no afectó a gran parte del país, aunque eso no significa que haya sido irrelevante para nuestra nación.
Los Últimos Cristeros, cinta de Matías Meyer, es una cinta enfocada en un grupo de cruzados región cuatro que lo único que buscan es defender sus creencias en un país en que la libertad del credo (particularmente si ese credo es el “creo en un solo dios todo poderoso…” católico) estaba prohibido. Refugiados en lo vasto del campo y la sierra es que deben escapar de la persecución hecha por los soldados mientras buscan como sobrevivir y defender lo suyo.
En esta cinta basada en el libro Rescoldo: Los Últimos Cristeros, de Antonio Estrada, en donde se cuenta la vida de Juan Rulfo Florencio Estrada, ranchero alegre y valeroso quien huye a la sierra junto a su familia y seguidores para avivar un combate que no termina. En su lucha el jefe cristero logra el apoyo de los coras, huicholes y tepehuanes para continuar con su causa, a pesar de que practican un credo distinto (o eso nos dice la contraportada del libro). Curiosamente la mayoría de esos elementos no están presentes en la cinta (a final de cuentas, es una adaptación) ya que solo tenemos la presencia de un grupo reducido de soldados quienes, fuera de recibir disparos en un par de ocasiones, la mayor parte del tiempo tienen entre sus preocupaciones el buscar algo para comer, caminar por la sierra, buscar algo para cenar, caminar por la sierra, repartir las escasas municiones, caminar por la sierra, recibir balazos salidos de ningún lado, caminar y buscar refugio por la sierra y… bueno, creo que captan la idea.
El verdadero conflicto que enfrentan nuestros cristeros no es uno armado. Su resistencia no es como la idealizada por los pseudo grupos de quejumbrosos de internet que actualmente algunos idealizan como “activistas de numerito reconocido” sino el aguantar una guerra evitando la confrontación. Saben lo que implica un conflicto armado y aunque están dispuestos a dar la vida por su causa, curiosamente prefieren huir de las balas en lugar de contraatacar.
La narrativa usada por Meyer en la cinta es pausada, casi contemplativa. En la cinta hay muy pocos diálogos y la música se limita a corridos que sirven como narrativa oral que transmite los ideales de los cruzados mexicanos. El trabajo de fotografía hecho por Gerardo Barroso es hermoso y ayuda mucho a ilustrar una historia en donde lo más que conocemos es lo cotidiano de una lucha que estña en sus últimos momentos.
A nivel personal, soy del grupo que odian las cintas lentas y sin razón. Los últimos cristeros casi cae en esa categoría, ya que en realidad, en la cinta no ocurre nada relevante. No se siente la magnitud del conflicto armado ya que fuera de un par de balazos, no hay confrontación. Sin embargo, logra mostrar algunos aspectos de la guerra que usualmente son ignorados por otros recuentos fílmicos. En Cristiada, la versión idealizada (y mal hecha) de la guerra, se muestra a los cristeros como los grandes luchadores incapaces de cometer el mal ya que solo buscan lo mejor para los demás, ¿cierto? En los recuentos de mis abuelos (quienes vivieron en Trujillos y Los Aguirre, un par de comunidades cercanas a San Juan de los lagos, en Jalisco) mencionaban como a veces tenían más miedo de los cristeros, quienes llegaban a tomar lo que “necesitaban” para continuar con su guerra santa. En la cinta, eso se ilustra en cierta medida, en donde vemos una muerte prácticamente sin sentido con la llegada de los “valerosos héroes”.
A pesar de mi tradicional escepticismo (entiéndase como aversión) para las cintas lentas, Los Últimos Cristeros me pareció un trabajo interesante. Recuerdo que al escuchar una entrevista con el director hecha por los amigos de Cinemanet, se notaba el conocimiento e investigación hecha para la realización de la cinta, así como el amor que tiene por la misma. El cuidado en la imagen es mucho y probablemente por eso es que la cinta ha tenido también una buena recepción a nivel internacional.
Recuerdo que a la función a la que asistí, un grupo de señores de la tercera edad se encontraban emocionados por la cinta, ya que querían aprender más de historia. La cinta no es didáctica ni en ella se aprenderá la historia secreta de la guerra cristera, sin embargo sí ilustra de manera efectiva una de las pequeñas historias que se pasan por alto dentro de un conflicto que no tuvo un gran impacto, pero que tuvo su importancia en el desarrollo de nuestro país. A final de cuentas, Los Últimos Cristeros es una cinta recomendable, siempre y cuando les guste el tipo de cintas en el que “no pasa nada”, y los simbolismos le ganan a la historia en sí.
28 de septiembre de 2012
Viernes de Videos: One Day
¿Creen que su vida es agitada y el cambio constante los apabulla? En la historia del día vemos la vida de alguien que por un ritmo de vida como tal, debe de cuestionarse todo lo que sabe.
El cortometraje fue realizado por JoelCorcia, Bung Nguyen, Thomas Reteuna, Laurent Rossi y Bernard Som, de la escuela de animación y artes Gobelins, en Francia.
El cortometraje fue realizado por JoelCorcia, Bung Nguyen, Thomas Reteuna, Laurent Rossi y Bernard Som, de la escuela de animación y artes Gobelins, en Francia.
14 de septiembre de 2012
Viernes de Videos: El Fantástico Mundo de Juan Orol
Ya les hablamos de la película así que, ¿por qué no aprovechamos para ver el trailer de la cinta? Hoy tiene su estreno en cartelera regular (o tan regular como es posible para una película mexicana) y aquí está el previo de la película enfocada en el famoso director de Gangsters contra Charros.
13 de septiembre de 2012
El fantástico mundo de Juan Orol
Esta crítica también pueden disfrutarla en su hermoso formato multimedia o en formato de imagen en nuestra página de Facebook, como parte del Cuarto Especial de Cine Mexicano.
Juan Orol es una figura peculiar en la producción nacional, habiendo sido considerado incluso como “ el Frankenstein del cine mexicano”. A varios años de su fallecimiento es que tiene una revisión sobre su trayectoria y qué mejor manera de hacerlo que utilizando el recurso que hizo famoso al director: el cine.
Cual hombre renacentista postmodernista (y en ocasiones surrealista), Juan Orol llegó a practicar varios oficios que van desde el ser boxeador, torero, agente secreto, actor y otros, hasta que encontró su vocación en el cine. Con una afición hacia el cine gangsteril de los años treintas y cuarentas es que decide conjuntar su gusto y su profesión iniciando una carrera bastante prolífica en el séptimo arte. En la cinta contamos con la narración del mismísimo director (interpretado por Roberto Sosa) quien nos platica sobre sus logros y tropiezos dándonos una peculiar revisión sobre su carrera.
Recuerdo que en su momento, después de haber visto la cinta en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara (edición número 27, para los que llevan la cuenta) recuerdo que lo mejor era la actuación de Roberto Sosa, quien aunque ha demostrado ser un actor increíblemente capaz en varias ocasiones, no recuerdo casos recientes en el cine en donde tenga el papel estelar y aparezca en pantalla prácticamente toda la cinta. En la misma línea, el cuidado que pone el realizador en la forma en que se muestra la cinta es notable. Mientras hacemos una revisión sobre la vida de Juan Orol la misma se muestra haciendo un simil en forma a como va evolucionando el cine del mismo autor, teniendo cambios del cine en blanco y negro a color y sus distintas variantes según el avance tecnológico. En la misma manera, los errores característicos del cineasta son presentes, teniendo escenas en las que vemos a Roberto Sosa vistiendo un impecable traje blanco para que en el mismo desarrollo de la secuencia, aparezca con traje negro, aunque se supone que todo ocurre en el mismo momento. ¿Continuidad? Eso no es necesario. ¿Lógica? Eso es un lujo, como dice en uno de sus diálogos cuando un personaje le indica a Orol sobre una ventana que debió haber sido rota en una escena con disparos, “¿crees que la gente va al cine a ver cristales romperse?”. Al final lo que cuenta es que uno pueda contar la historia de manera efectiva.
Mientras que la ambientación, la interpretación de Sosa y el surrealismo narrativo (adicionado con puntadas efectivas) son los puntos fuertes de la cinta, por otra parte tenemos algunos problemas narrativos. Mientras que la reinterpretación de Chucho Ochoa como él mismo, pero de general de la época (después de todo el ya “interpretó” a Álvaro Obregón en La Cebra), pasa más como anecdótica, el enfoque tan clavado en la forma hace que el fondo de la cinta se pierda un poco. Juan Orol nos cuenta su historia y sus desventuras pero no se logra una empatía del todo con el personaje. El hecho de que el mismo realizador se burle (con respeto irónico, si tal cosa es posible) del mismo personaje al que le hace un homenaje es algo que no termina de convencerme, aunque haya sido para ilustrar un gag casi al finalizar la cinta. Tal vez sea injusto comparar esta cinta con el tributo que Tim Burton le hizo a Ed Wood (cuando Burton sabía dirigir películas y no arte), pero uno de los grandes méritos de Burton es que hizo que el personaje principal, sin importar que lo mostrara con vestido y pelucas que no le quedaban, nos importara. No se mofa sino nos lo muestra y nos hace comprenderlo, aunque no podamos evitar soltar una risita con sus desventuras. En la cinta de Del Amo el enfoque más que en los personajes es en el ilustrar la evolución del autor, teniendo hincapié la evolución y no tanto en el autor. Atestiguamos los distintos amores y desamores que tuvo con sus musas Consuelo Moreno, María Antonieta Pons, Rosa Carmina y Mary Esquivel pero las relaciones entre él y ellas nos son intrascendentes en la mayoría de los casos y fuera del hacernos pensar en la habilidad de Orol al aplicar el puesto de realizador como causa de ligue con chicas guapas, no aportan la gran cosa.
El manejo imaginativo e ingenio que tiene la cinta se contrarresta en cierta medida con el ritmo errático con la que se cuenta. Curiosamente eso parece no ser tan importante porque aunque a algunos compañeros de la crítica que no les gustó la película, El Fantástico Mundo de Juan Orol está nominada para representar a México en los Óscares y en los Goyas, cosa que se anunció antes del estreno de la cinta. Probablemente la cinta tiene posibilidades ya que sirve para ilustrar de forma más amigable la historia del cine mexicano a través de uno de sus exponentes en lugar de dar preferencia a algo como la película de Colosio o alguna otra cinta con reconocimiento festivalero.
Aclaración: gracias a los comentarios que el buen Everardo González me hizo, creo conveniente aclarar que la cinta solo está nominada y está compitiendo con otras seis para ser enviada para el proceso de selección y competencia tanto para el Óscar como el Goya. Tanto Pastorela como Colosio están en la misma competencia y al momento de publicar esto, todavía no se define la cinta que representará a México.
Juan Orol es una figura peculiar en la producción nacional, habiendo sido considerado incluso como “ el Frankenstein del cine mexicano”. A varios años de su fallecimiento es que tiene una revisión sobre su trayectoria y qué mejor manera de hacerlo que utilizando el recurso que hizo famoso al director: el cine.
Cual hombre renacentista postmodernista (y en ocasiones surrealista), Juan Orol llegó a practicar varios oficios que van desde el ser boxeador, torero, agente secreto, actor y otros, hasta que encontró su vocación en el cine. Con una afición hacia el cine gangsteril de los años treintas y cuarentas es que decide conjuntar su gusto y su profesión iniciando una carrera bastante prolífica en el séptimo arte. En la cinta contamos con la narración del mismísimo director (interpretado por Roberto Sosa) quien nos platica sobre sus logros y tropiezos dándonos una peculiar revisión sobre su carrera.
Recuerdo que en su momento, después de haber visto la cinta en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara (edición número 27, para los que llevan la cuenta) recuerdo que lo mejor era la actuación de Roberto Sosa, quien aunque ha demostrado ser un actor increíblemente capaz en varias ocasiones, no recuerdo casos recientes en el cine en donde tenga el papel estelar y aparezca en pantalla prácticamente toda la cinta. En la misma línea, el cuidado que pone el realizador en la forma en que se muestra la cinta es notable. Mientras hacemos una revisión sobre la vida de Juan Orol la misma se muestra haciendo un simil en forma a como va evolucionando el cine del mismo autor, teniendo cambios del cine en blanco y negro a color y sus distintas variantes según el avance tecnológico. En la misma manera, los errores característicos del cineasta son presentes, teniendo escenas en las que vemos a Roberto Sosa vistiendo un impecable traje blanco para que en el mismo desarrollo de la secuencia, aparezca con traje negro, aunque se supone que todo ocurre en el mismo momento. ¿Continuidad? Eso no es necesario. ¿Lógica? Eso es un lujo, como dice en uno de sus diálogos cuando un personaje le indica a Orol sobre una ventana que debió haber sido rota en una escena con disparos, “¿crees que la gente va al cine a ver cristales romperse?”. Al final lo que cuenta es que uno pueda contar la historia de manera efectiva.
Mientras que la ambientación, la interpretación de Sosa y el surrealismo narrativo (adicionado con puntadas efectivas) son los puntos fuertes de la cinta, por otra parte tenemos algunos problemas narrativos. Mientras que la reinterpretación de Chucho Ochoa como él mismo, pero de general de la época (después de todo el ya “interpretó” a Álvaro Obregón en La Cebra), pasa más como anecdótica, el enfoque tan clavado en la forma hace que el fondo de la cinta se pierda un poco. Juan Orol nos cuenta su historia y sus desventuras pero no se logra una empatía del todo con el personaje. El hecho de que el mismo realizador se burle (con respeto irónico, si tal cosa es posible) del mismo personaje al que le hace un homenaje es algo que no termina de convencerme, aunque haya sido para ilustrar un gag casi al finalizar la cinta. Tal vez sea injusto comparar esta cinta con el tributo que Tim Burton le hizo a Ed Wood (cuando Burton sabía dirigir películas y no arte), pero uno de los grandes méritos de Burton es que hizo que el personaje principal, sin importar que lo mostrara con vestido y pelucas que no le quedaban, nos importara. No se mofa sino nos lo muestra y nos hace comprenderlo, aunque no podamos evitar soltar una risita con sus desventuras. En la cinta de Del Amo el enfoque más que en los personajes es en el ilustrar la evolución del autor, teniendo hincapié la evolución y no tanto en el autor. Atestiguamos los distintos amores y desamores que tuvo con sus musas Consuelo Moreno, María Antonieta Pons, Rosa Carmina y Mary Esquivel pero las relaciones entre él y ellas nos son intrascendentes en la mayoría de los casos y fuera del hacernos pensar en la habilidad de Orol al aplicar el puesto de realizador como causa de ligue con chicas guapas, no aportan la gran cosa.
El manejo imaginativo e ingenio que tiene la cinta se contrarresta en cierta medida con el ritmo errático con la que se cuenta. Curiosamente eso parece no ser tan importante porque aunque a algunos compañeros de la crítica que no les gustó la película, El Fantástico Mundo de Juan Orol está nominada para representar a México en los Óscares y en los Goyas, cosa que se anunció antes del estreno de la cinta. Probablemente la cinta tiene posibilidades ya que sirve para ilustrar de forma más amigable la historia del cine mexicano a través de uno de sus exponentes en lugar de dar preferencia a algo como la película de Colosio o alguna otra cinta con reconocimiento festivalero.
Aclaración: gracias a los comentarios que el buen Everardo González me hizo, creo conveniente aclarar que la cinta solo está nominada y está compitiendo con otras seis para ser enviada para el proceso de selección y competencia tanto para el Óscar como el Goya. Tanto Pastorela como Colosio están en la misma competencia y al momento de publicar esto, todavía no se define la cinta que representará a México.
A final de cuentas, El Fantástico Mundo de Juan Orol sirve como un interesante acercamiento al cine del realizador para el público en general y tiene suficientes guiños para mantener entretenidos a aquellos que conocen un poco más de su obra. La cinta tiene varios aspectos que se pudieron mejorar sin embargo confieso que cuando la vi, en el pasado FICG, la disfruté bastante, tanto así que pienso volver a verla ahora que se estrena en cartelera regular.
10 de septiembre de 2012
Suave Patria
Esta crítica también pueden disfrutarla en su hermoso formato multimedia o en formato de imagen en nuestra página de Facebook, como parte del Cuarto Especial de Cine Mexicano.
Este fin de semana se estrenó la cinta mexicana Suave Patria, como queriendo y no para aprovechar las fiestas nacionalistas que tenemos en este mes. Ante el anuncio de que a sus 250 copias con las que salió a cartelera regular se planea agregar otras 100 copias más, vale la pena el revisar el porqué del éxito de esta cinta.
Arturo (interpretado por Adrián Uribe) y Óscar (Omar Chaparro) son una pareja de actores de poca monta cuyo mejor acto consiste en simular asaltos en los microbuses de la capital del país. Sin tener gran capital es que la fortuna les sonríe ya que Mauricio Tavárez (Mario Iván Martínez) es testigo de sus cualidades actorales y decide contratarlos para un show más… personal, en el que deberán interpretar el secuestro de Don Antonio Robledo (Emilio Guerrero). Debido a que no tienen ni en qué caerse muertos, aceptan la chamba, sin saber que eso los meterá en una serie de enredos que incluye el amor de una damisela (Karla Souza) y la persecución hecha por un policía malhumorado (Héctor Suárez).
Suave Patria es una de esas cintas que al público en genera pueden parecerle atractivas ya que, después de todo, incluye la presencia de personajes reconocidos en el medio televisivo. Chaparro y Uribe dan para una dupla que podría proporcionar buena cantidad de momentos divertidos, lo único que necesitan es un guión y un director que sepa explotarlos con eso tendríamos una buena cinta que pueda generar buenos ingresos en taquilla. El problema es que no todos esos elementos están presentes, ya que si bien la taquilla ha sido bastante decente y la dupla de orígenes televisivos puede atraer gente al cine, lo que se encuentra uno en las salas no es precisamente una buena historia.
Cuando uno tiene personajes bien desarrollados y establecidos, las historias se escriben casi por sí mismas. Si no han visto la serie británica de Psychoville, uno de sus grandes méritos es precisamente el hecho que se toma el tiempo en desarrollar sus personajes y hace que cuando estos se integren en la trama general, las acciones fluyan rápidamente ya que uno no tiene que justificar las acciones que se dan con un “parche narrativo”. Me imagino que al ver uno de los cortes finales de la cinta, el realizador encontró varios huecos que hacían que la historia no se entendiera de manera efectiva. ¿Cuál es la forma más fácil de solucionarlos? En el medio publicitario uno puede agregar textos (o súpers) sobre la imagen para aclarar que si un cabello se ve sedoso es por el producto anunciado. En una cinta uno puede utilizar un narrador en voz en off para que nos aclare que si vemos a un personaje triste, la voz nos diga que el personaje está triste (y si fuera un comercial aparecería el texto de “Triste” sobre su cabeza). El recurso de la voz en off es uno que debe ser usado con cierto cuidado, considerando el manejo que tiene la historia, pero en la cinta se utiliza para darnos explicaciones sobre los personajes y su importancia, cosa que debió haber sido establecida por el mismo guión y que se podrían hacer notar a través de cosas tan simples como el vestuario o hasta la actitud que manifiesta el actor. Desafortunadamente para hacer que algunos de sus personajes secundarios tengan más importancia, hay ocasiones en que un narrador aparece para decirnos el porqué, cosa que es decepcionante, especialmente cuando hasta el final de la cinta nos enteramos quién es el narrador, el cual es un personaje sacado de la manga el cual no tiene absolutamente nada que ver con la historia y se siente tan forzado como si una épica quijotesca fuera narrada por un danzante del zócalo en plena era espacial.
El manejo de los personajes es solo uno de los problemas pero la forma en que se establecen las relaciones entre los mismos es peor. El villano reventón Mauricio Tavárez demuestra que tiene un talento actoral capaz de sacarlo de la prisión, así como suficiente inteligencia y contactos como para fraguar intrépido escape pero es incapaz de sumar dos más dos para tratar de obtener el misterioso tesoro que busca y prefiere hacer un plan complicado en el que tiene que utilizar a un par de malos actores, dejando varios cabos sueltos en el camino, los cuales servirán para meter al personaje de Héctor Suárez, del cual se tendrá que deshacer casi al final gracias a otro personaje sacado de la manga del cual no se tiene mayor justificación para que aparezca en la cinta. ¿En serio? El aventar personajes para resolver deficiencias narrativas no es un recurso digno de un realizador que se respete, o peor aún, que respete a su público.
La cinta tiene varios elementos que podrían ser utilizados para provocar risas pero desafortunada las incoherencias e inconsistencias se van presentando en casi todos los elementos de la cinta. ¿Se necesitaba un conflicto amoroso? No, pero igual se integró. ¿Era necesario un conflicto en el que los personajes cuestionaran su amistad para reforzarla al final? Según el narrador del final sí, ya que de eso se trataba la película, pero el conflicto se hace de una manera tan falsa que no tiene impacto y su resolución es tan truculenta que no tiene el menor peso en la historia. ¿Era necesario el uso de actores de televisión para narrar una historia efectiva? De entrada, la historia no es efectiva, y como menciona Alejandro Alemán en su crítica de la cinta, se siente más como un conjunto de gags mal planeados y peor ejecutados mezclados en licuadora. Si acaso las bonitas postales de los entornos duranguenses es lo más rescatable de la cinta, pero para ver eso mejor consulto la página de turismo del estado y gasto menos.
En el poster de la cinta se nos anuncia “una película de Francisco Javier Padilla”, junto a los nombres de los actores. Se que es un trabajo impresionante el hacer una película y más en nuestro país, por lo que el logro de Padilla es reconocible pero, ¿es necesario recordarnos que es una película de dicha persona? A nivel mercadotecnia uno puede incluir los nombres de las personas que pueden dar una referencia que pueda atraer al espectador, pero con todo el respeto que me merece Padilla, fuera de unos cortometrajes no tiene un nombre que pueda servir para atraer audiencia en lo que es su primera película. Incluso productoras con más experiencia como Lemon Films anuncian sus cintas como “de los creadores de X película” ya que saben que la pretensión de poner un nombre desconocido como referencia de una cinta no sirve de mucho. Desafortunadamente en la cinta se nota una cierta pretensión por contar una historia que no termina de cuajar y demuestra no solo que la película es una ópera prima, sino que el realizador necesita trabajar más en lograr una narrativa más efectiva, y miren que eso no lo digo yo sino los sonoros ronquidos de un señor que coincidió en la misma función a la que yo acudí, en viernes en la tarde, en una sala que no llegaba ni a una cuarta parte de su capacidad. Este tipo de detalles me hacen cuestionarme de dónde viene el éxito de la cinta, ya que a todas luces tiene muchas deficiencias, incluso en la edición, la cual fue supervisada por Carlos Bolado, el cual no es un improvisado en el séptimo arte.
A final de cuentas, Suave Patria es uno de esos fenómenos peculiares del cine mexicano. La mayoría de la crítica la encontró como una de las peores cintas del año aunque misteriosamente dio buenos dividendos en taquilla, probablemente debido a los actores televisivos que llevan gente a las salas. A nivel industria eso es positivo y ojala le de otra oportunidad a Padilla para lograr hacer otra cinta más pulida en donde la narrativa funcione da manera adecuada. Desafortunadamente por su poca calidad narrativa ha logrado hacer que aquellos que “no ven cine mexicano porque no encuentran nada bueno” tengan otra razón para evitar la producción nacional.