Dentro de las nuevas propuestas narrativas del maestro y gurú del arte secuencial Alan Moore, tenemos su colaboración con Mitch Jenkins en este trabajo titulado Jimmy's End. Una historia en la que Jimmy trata de encontrarse (¿o perderse?) a sí mismo.
Y en caso que deseen ver más trabajos dentro del mismo proyecto, también está disponible Act of Faith, del mismo equipo. Pueden saber más sobre el desarrollo de este interesante proyecto por acá.
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30 de noviembre de 2012
26 de noviembre de 2012
Post Tenebras Lux y el cine de Reygadas
Carlos Reygadas es uno de esos realizadores que dividen opiniones. La crítica especializada aborreció su última cinta cuando fue proyectada en el pasado festival de Cannes pero eso no impidió que Carlos ganara el premio al mejor director en dicho festival y que además pudiera tener su estreno nacional con un nada despreciable número de copias, cosa particular si consideramos que su cine no es lo que se podría catalogar como “para todo tipo de público”. ¿Qué es lo que hace que este director logre la fascinación de ciertos sectores y el repudio de otros? Quizás sus mayores atributos (o defectos) sean más notables en su más reciente cinta Post Tenebras Lux, pero bien vale la pena dar una revisión a sus demás trabajos aprovechando la ocasión.
La primera cinta del realizador, Japón, marca el estilo que lo caracterizaría. Desde el preciosismo visual y el manejo de ritmos lentos hasta la inclusión de momentos escandalizadores y el uso de gente común en lugar de actores (lo cual indica, al parecer, que el director no considera que los actores sean “gente común”). La sinopsis de la cinta nos habla de como “un pintor de la gran ciudad va a un cañón en lugares remotos a suicidarse pero al alcanzar cierta calma, se queda con una anciana con quien desarrolla una relación importante. Curiosamente lo que más recuerda la mayoría de las personas que vieron la cinta es la escena de sexo y la desnudez de la anciana.
Después de haber visto Batalla en el Cielo, renté y traté de ver Japón para tener una mejor visión del trabajo del director… y desafortunadamente me quedé dormido a pesar de que la cinta me fue muy recomendada por algunos de mis amigos de esos que “saben de cine”. Cuando pregunté a mi amigo sobre el porqué del título de la película, me dijo que no sabía la razón. Al investigar en foros de internet me encuentro con una explicación que me pareció bastante interesante, en donde se refiere al Ubasute-yama, que era el hecho de que en la época feudal en Japón, a las ancianas se les llevaba a las montañas a morir y en como esto podría tener relación con la cinta. Curiosamente al ver la entrevista que viene en los extras del DVD el director explica que originalmente no quería ponerle título a su cinta pero debía hacerlo por fines prácticos. El título viene porque siempre hay un nuevo día y el sol sale por Japón así que decidió nombrarla de esa manera. Bueno, el sol también sale por Taiwán o Corea, pero no le gustaban tanto como título. Al parecer la belleza o profundidad en la cinta se encontraba más en las interpretaciones que en la obra en sí, o al menos eso parecía.
Batalla en el Cielo es la primer cinta que vi de Reygadas, la cual curiosamente llegó a León, Guanajuato (ciudad en la que vivía en ese momento) a pesar de que a esa ciudad la distribución de cintas que no sean extremadamente comerciales es más que limitada. Recuerdo que en la función éramos cuatro personas, incluidos el proyeccionista, una pareja y yo. A los quince minutos me quedé solo. La cinta trata sobre como el chofer de un general planea el secuestro de un infante, quien muere de forma accidental. Marcos, el chofer, empieza a derrumbarse y le confiesa lo sucedido a Ana, hija de su jefe, quien se prostituye, digo, presta a la menor provocación. La cinta agarró el re-conocimiento del público gracias a la escena en que la joven chica le practica una felación a Marcos. Mientras que me pareció que tenía escenas visual y narrativamente poderosas como el peregrinar rumbo a la Basílica de Guadalupe y la temática de la confrontación con la realidad y el derrumbamiento dentro de la persona de Marcos, la cinta no me pareció digna de una nominación a la Palma de Oro en Cannes, festival en el cual parecía que Reygadas ya era cliente frecuente. Los supuestos simbolismos y el manejo de secuencias en las que se pretende mostrar las situaciones de poder y un acercamiento a la realidad a través de lo cotidiano que no se muestra en el cine (como el sexo o los desnudos, según el director) me parecieron gratuitos. El director mostraba talento para el ilustrar escenas de manera visualmente atractiva pero es incapaz de utilizarlo para mostrar esos aspectos cotidianos que decide explotar. Por otra parte encontraba problemas de lógica en el guión y en la narrativa, pero al parecer esos son aspectos menores cuando un realizador se encuentra enfocado en desarrollar su arte.
Llega Luz Silenciosa, la cual nuevamente es nominada a la Palma de Oro y al Premio del Jurado (el cual compartió junto a Persépolis). El trabajo más completo y mejor realizado del director. Nuevamente las tomas largas (en mi opinión, innecesariamente ) y un preciosismo visual alabado por la crítica. La cinta inicia con una larguísima toma de un amanecer en el campo en una comunidad Menonita en Chihuahua. En esta ocasión el director se enfoca en la historia de Johan, quien es atormentado por un amorío extramatrimonial que tiene. En su familia hay quienes saben de eso, pero la culpa que lo aqueja no viene por las recriminaciones de los demás, sino porque al ser un hombre de fe, no puede vivir con la culpa.
Esta cinta pude verla en una emisión del Festival Internacional de Cine de Morelia y recuerdo que a pesar de ser función extra de media noche (de esas funciones que salen de la manga cuando hay más gente queriendo ver una película en el festival), la fila salía de las instalaciones (lo cual no es tan extraordinario cuando uno conoce el pequeño cine que funge como sede) y me tocó estar a la vuelta de la esquina de la cuadra. Al entrar finalmente a la sala no puedo evitar escuchar como buena parte de los asistentes estaban emocionados y alababan a quien llamaban “Maestro” (así, con mayúscula). A mí no me fascinaba su cine pero la crítica me invitaba a darle otra oportunidad al trabajo de Reygadas. Recuerdo mi fascinación al principio (aunque sus tomas me seguían pareciendo innecesariamente largas) cosa que se derrumbó como a la mitad, que me llevó a dormir un par de minutos (probablemente por ser una función de media noche) y que al despertar me encontré con elementos que no me hacían tanto sentido. El director se alejaba del realismo que planteaba mostrar en obras anteriores e incluía elementos mágicos o milagrosos. Las claves del surgimiento de estos estaban planteados en simbolismos mostrados en la cinta, sin embargo algo no me terminaba de cuajar.
Buena parte de la crítica comparaba Ordet, de Theodor Dreyer con Luz Silenciosa, siendo la segunda una copia al carbón (con queso menonita para aderezar). La cinta del mexicano se entiende mejor cuando uno tiene conocimiento de la original, siendo un derivado peculiar que casi puede sostenerse a sí misma. Casi. Sin embargo, sigue siendo la obra mejor realizada del autor.
El siguiente trabajo del realizador corresponde a su participación en el collage cinematográfico de Revolución, junto con otros 9 directores (pueden encontrar mi reseña sobre la obra colectiva por acá). Su segmento, “Este es mi Reino”, básicamente es una comida familiar en un rancho en donde las cosas se salen de control y todo se vuelve un desmadre. Curiosamente este segmento marcaría lo que es más cercano a la línea del nuevo estilo del director, el cual es más patente en Post Teneras Lux.
Con su trabajo más reciente, Reygadas se ganó el abucheo de la crítica, pero al parecer solo de la internacional, ya que varios compañeros que han visto la cinta han salido al menos satisfechos con la obra. Más bien creo que se suavizó un poco la reacción gracias a la expectativa de que se vería algo malo, igual que cuando muchos hablan bien de una obra y llega “inflada” al espectador, puede ser considerada como sobrevalorada, que es como me imagino que llegó, con altas expectativas, a la prensa que pudo ver la cinta en el pasado festival de Cannes.
¿De qué va Post Tenebras Lux? Juan es un hombre con posición socioeconómica buena que vive en su casa de campo con su esposa e hijos de donde trata de alejarse del mundo que le rodea. La sinópsis dice que “nadie sabe si ambos mundos se complementan o buscan su mutua destrucción” refiriéndose a la urbe o al entorno rural que prefiere Juan, sin embargo la contraposición y posible duelo entre ambas realidades no se plantea de forma directa y yo vengo enterándome de ella después de leer la sinópsis del IMDB.
La cinta pude verla en la emisión de este año del Festival Internacional de Cine de Morelia y me encontraba con opiniones divididas al respecto. Una parte de mi reconocía Luz Silenciosa como la mejor obra del autor, pero el estilo del mismo no es de mi agrado. Me inclino más por la corriente de los que lo consideran pretencioso y me irritan sus fans ya que usualmente caen en la categoría de los que “se clavan de más en la textura” y no pueden dar argumentos sólidos que respalden su opinión de que el trabajo del director es bueno. A eso agreguémosle el hecho de que usualmente es presentado como “el Maestro” y tiene todos los elementos necesarios para irritarme. Después de Luz Silenciosa juré no ver ninguna cinta más de Reygadas hasta que descubrí que es excelente tema de conversación, especialmente si consideramos el hecho de que en sus declaraciones, desdeñaba los comentarios de la prensa y la crítica y decía que su cine era sencillo y no necesitaba interpretaciones. Eso me sonó a reto, especialmente considerando que el director no se caracteriza por hacer ese tipo de cine.
Llegó el momento de la función y puedo decir que es la primer cinta del director en la que no pestañeo, en parte porque no me tocó una función de media noche, en parte porque quería comprender que es lo que tanto aprecian los que lo catalogan como “maestro”. Probablemente sea un prejuicio mio ya que en general me agrada el trabajo de David Lynch, a quienes varios catalogan tanto de prentensioso como de críptico. ¿Tomas largas? No tengo problemas cuando se saben aprovechar y se muestra un trabajo de composición. ¿Narrativa que debe ser armada por el espectador? En el género del cómic disfruto mucho el trabajo de Grant Morrison, el cual se caracteriza por el manejo de narrativas modulares las cuales en conjunto ayudan a distintos niveles de comprensión de la obra a pesar de estar aparentemente desconectadas y su obra usualmente se entiende mejor luego de varias revisiones. ¿Por qué esos elementos que aprecio tanto en otros realizadores me parecen inaguantables en el trabajo de este director?
Durante la proyección, todo parecía marchar normalmente, excepto por una molestia que amenazaba con convertirse en mareo o dolor de cabeza a causa de un filtro de vidrio vicelado utilizado por el director para buena parte de la película. El público se mostraba respetuoso, incluso en una escena en dónde aparece la silueta animada de un diablo bidimensional quien entra a una casa con caja de herramientas en la mano. Dicha imagen me provocó risa mientras que todo el público se hundía en una solemnidad casi total. La cinta prosigue y noto que los dos personajes principales, Adolfo Jiménez Castro y Nathalia Acevedo me parecían los “actores no actores” más compententes que ha tenido Reygadas en su obra. Me molesta el hecho de que el director utilice a sus hijos como personajes dentro de la historia, ya que en la primera mitad se nota un cuidado en el vocabulario (particularmente en el personaje de Juan, interpretado por Adolfo) para comunicarse con ellos sin forzarlos a que con palabras denoten que no son sus hijos, sino del director. La cinta prosigue y hay flashbacks a momentos representativos como un juego de Rugby o una visita a un Spa Nudista Swinger Belga, los cuales aparentemente no tienen conexión con el resto de la historia pero mantienen una identidad visual característica entre sí. Tenemos escenas que parecen ser realizadas por un bodeasta ya que muestran una cena y una fiesta, la primera en un círculo social alto y la segunda en su opuesto. La historia se desarrolla y la desgracia cae en los personajes, dándonos un desenlace para perder la cabeza. La cinta termina. La sala se queda en silencio hasta que después de varios segundos alguien se atreve a aplaudir. No es el aplauso sonoro que me tocó en otras cintas realizadas por gente de menor calibre, sino uno mucho más moderado. Carlos pasa al frente para una sesión de preguntas y respuestas. Silencio incómodo hasta que después de unos momentos empiezan los comentarios y las preguntas que se caracterizaban desde un “¿qué quisiste decir con…?” hasta alguno que otro cebollazo.
En cierta medida esperaba a un Reygadas mamón, prepotente, que es como parecía ser al despreciar los comentarios de la crítica o la prensa. Curiosamente en la sesión de preguntas y respuestas vi a alguien muy sencillo y que no soltaba choros pretenciosos para convencernos de su genialidad. Su obra estaba presente y estaba hecha de una manera porque así quería hacerla. Curiosamente creo que ese es su mayor mérito o defecto, ya que cualquier interpretación que pudiera tener parece ser más pretenciosa que la obra en sí. La belleza está en el ojo del espectador al final del día.
Entre las personas que estaban en la sesión de preguntas y respuestas había quienes alababan al director por la profundidad de los temas que tocaba. ¿Profundidad en los temas? Quizás, pero no hay desarrollo ni hay cohesión entre ellos. La confrontación o unión entre clases sociales se siente muy superficial y su momento detonante se limita a un robo e intento de asesinato (mal actuados, aunque no podemos hablar de una mala actuación cuando de entrada no hay actores en escena, ¿o sí?). Las dos reuniones que ilustra la cinta, una cena con gente de clase alta en el que se denotan los diálogos con contenido mamón y pretencioso me parecieron precísamente eso, aunque probablemente mi molestia sea más con lo que representan y el hecho que no aporta tanto a la historia como en la fiesta de pueblo en que Juan y Natalia buscan particiar y que en menos minutos es más concisa. Hay quienes consideraron una sátira sabrosa la cena de alcurnia pero se sienten más como un entorno más cercano al director gracias a la fluidez y tiempo que le dedica, en contraposición con la fiesta en la que los personajes se presentan forzados y se nota una falta de dirección real. El ilustrar esa secuencia al tratar de capturar los momentos nada más no funciona de la misma manera en ambas situaciones.
Después de ver la película compartí impresiones con personas a quienes tuve el placer de conocer en el festival, tales como a Cristina, Rebeca o Román. Mientras que con Román coincidí en no ser precisamente fans de la obra del realizador, las chicas quedaron fascinadas con la cinta. Tuvimos una breve conversación al respecto y el punto que me mencionaban como más relevante en Reygadas es su manejo artístico. Resumiendo (y me disculparán Cris y Rebeca si tergiverso sus palabras) la obra del director no puede ser catalogada ni medida en comparación con los patrones de otras obras, ya que como si fuera artista plástico, se sale de lo establecido para crear sus cintas. No tratan de historias sino de emociones, las cuales no se pueden medir con esquemas narrativos tradicionales. La forma en que lo manifiesta a través de su uso del cuidado de la imagen es lo que lo vuelve relevante.
Probablemente ahí viene uno de mis mayores problemas con sus películas. Mientras que aplaudo la innovación y la explotación de los recursos narrativos y/o audiovisuales, me parece que eso de “no poder ser comparado o catalogado junto a otros artistas” es una explicación fácil y (usemos la palabra recurrente para calificar su trabajo) pretenciosa. Incluso es cantaleta recurrente eso de quienes lo critican es “porque no lo entendieron”, “no saben apreciar lo que es arte”, “les da flojera usar su cabeza para armar historias y necesitan que los lleven de la mano” y cosas similares. Wow. Impresionante. Los defensores de alguien tachado como pretencioso se suben a un caballo todavía más alto y se portan precisamente pretenciosos. No creo que sea la mejor defensa para su caso. Tal vez la comparación pueda sentirse un poco fuera de lugar pero Picasso no empezó haciendo cubismo y por más que su nueva forma de pintar fuera diferente y no se pudiera catalogar ni comparar con la de otros contemporáneos, el artista demostró un manejo y conocimiento de las artes antes de forjar el estilo por el que pasaría a la historia.
Otro de mis conflictos ante este tipo de argumentos de los defensores es el hecho de que hay algo que se llama videoarte. Básicamente es una forma más económica a la producción tradicional de cine y se enfoca en romper parámetros comerciales, eliminando a su vez las limitaciones del medio. Es conceptual y no necesita cumplir con las convenciones con cosas como el uso de actores o diálogos. Tampoco es necesario contar con un guión o una narrativa y puede servir para el desarrollo de ideas o emociones. Con todo esto su premisa básica es el romper con las restricciones. La mayoría de los argumentos de quienes defienden a Reygadas simplemente caen dentro de la categoría del videoarte. El señor no está haciendo nada nuevo en ese sentido. ¡Hey! Incluso quienes han seguido este blog saben que hemos posteado y recomendado muestras de ese tipo de corriente audiovisual alguna vez y que un documental que he recomendado en varias ocasiones, La Casa Emak Bakia, hace un tributo a formas narrativas que son más interesantes, al contar algo que no es una historia, en un orden aleatorio.
Hablando de Emak Bakia (la obra original, no el documental de Oskar Alegría, el cual es increíblemente recomendable), una de sus escenas más interesantes es cuando Man Ray avienta una cámara para que pueda grabar con toda la libertad y sin el condicionamiento de un operador la realidad a su alrededor. Eso es un manejo justificado de una propuesta concreta y libre que rompe esquemas en un trabajo que no debe de ser narrativo necesariamente. Por su parte, buena parte de quienes disfrutan del trabajo de Reygadas hablan de él como alguien que rompe esquemas cuando en sus dos últimas cintas repite fórmula con las tomas larguísimas durante un momento de cambio del día (amanecer o anochecer) en donde todo está acomodado de manera controlada y preciosista. De pronto, suena como si los convencionalismos tradicionales y la estética pueden formar parte de su obra y ser halagados como muestra de su talento… aunque cuando se le critica, uno debe de considerar que no es cine que deba obedecer las normas del cine mismo. Las inconsistencias de quienes tratan de encontrar y justificar más al autor lo encuentro bastante convenientes.
La negativa de Reygadas a usar actores me parece un truco fácil (algo así como el hacer películas con lenguas muertas a la Mel Gibson para que la gente se distraiga de la actuación) aunque es una decisión de forma. Sin embargo, el manejo de “estilos caprichosos” me suena un tanto reprochable cuando no hay una justificación tangible y real. El hecho de hacer algo “porque puedo y quiero hacerlo” es una justificación muy frágil cuando uno quiere hacer una obra importante o ser catalogado como “Maestro”. Recuerdo que al haber visto una cinta de Nicolás Pereda, la de Perpetum Mobile, la cinta me había dejado con una sensación de agrado, pero al escuchar después en una sesión de preguntas y respuestas la forma en que el director planeaba sus producciones perdió todo su encanto para mí ya que no había tal. Prácticamente se podía resumir todo a un “agarremos la cámara, encuadremos como podamos y veamos que hacemos”. En la sesión de preguntas y respuestas con Reygadas en el pasado FICM cuando se cuestionó al director sobre el uso del filtro, este respondió que se usó simplemente porque le gustó. Al principio se planteó como algo para mostrar el mundo exterior pero dentro de la obra el mismo realizador rompe sus reglas y lo usa sin consistencia sin respetar su planteamiento original. De la misma manera, cosas como la aparición del Diablo no tienen tanto propósito o trasfondo y su imagen se basa en que “así los soñó el director y así quería que se viera” . Esos y varios elementos más incluidos más por gusto que por propósitos específicos.
Recuerdo en un detrás de cámara con Lubezki y Cuarón sobre Children of Men como se mencionaba de la importancia de cuidar lo que se incluye en cada escena. Dentro de una película cada escena debe de llevar al personaje a otro punto que lo acerque más y más al final. Cada cuadro debe de tener un propósito y mostrar algo que sea relevante no solo a la historia sino al espectador. Si tienes algún elemento que sea prescindible dentro de la historia, mejor elimínalo. Al hacer una revisión sobre los momentos prescindibles de Post Tenebras Lux me encontraba con bastantes. ¿Servía de algo la escena de sexo en Bélgica además de para escandalizar o crear conversación entre el público del cine? De muy poco, en realidad. ¿Las escenas de rugby que muchos encuentran fascinantes aunque incomprensibles? Si las quitamos, la historia central no pierde absolutamente nada, y de hecho su inclusión y justificación se siente forzada al agregarse una toma con un retrato de una persona corriendo en Inglaterra, único vínculo “lógico” para establecernos que uno de los personajes del juego era parte del resto de la historia. ¿La inclusión de las “actuaciones” de los hijos del director es relevante? Él mismo indica que los incluyo porque es “bien bonito poder compartir algo como eso con la familia” lo cual no me suena precisamente a un propósito fuera de lo personal en la obra. ¿Si eliminamos la autodecapitación del final se pierde algo? Bueno, en realidad esa solo la quitaría porque da pena ajena en su ejecución (no pun intended) a nivel producción ya que sí tiene relevancia en la narrativa… aunque me digan que no tiene narrativa.
Al final, mi conflicto no es tanto con el realizador, a quien encontré como una persona simpática y muy alejada de la visión mamona que algunos medios reflejaban con los comentarios que citaban de él. ¿Su obra? No me fascina pero en cierta medida la respeto. No le encuentro ese valor y trascendencia que muchos alegan precisamente por las razones expresadas líneas arriba y cuando en realidad no debería ser catalogado como cine ya que eso de que los aspectos positivos pueden ser comparados con los de otras obras del medio pero los criticables simplemente fueron diseñados para “romper esquemas” suena más a excusa barata que a razón válida. En la misma línea, si se va a alabar su trabajo de cámara y manejo de la estética visual, creo que Alexis Zabe debería de llevar el mayor mérito, ya que es el director de fotografía no solo de Post Tenebras Lux sino también de Luz Silenciosa y otras obras como Lake Tahoe y Temporada de Patos de Fernando Eimbcke. Al final, mi conflicto viene más con aquellos que no aceptan comentarios contra la obra del autor, descalificándolos y catalogándolos automáticamente como gente que “no aprecia el arte”. ¿En serio ese es su argumento? Suena más a queja de pejista que apoya la democracia y cree en el voto del pueblo… siempre y cuando el voto lo favorezca, ya que si no, seguro hubo fraude… y falta de calidad de apreciación cinematográfica. Me parece que el mayor problema es el justificar y alabar profundos significados cuando el mismo autor te dice que no hay nada que interpretar y que buena parte de los elementos se incluyeron por razones que podrían catalogarse como caprichosas.
Como extra, pueden ver siete fragmentos grabados durante la sesión de Preguntas y Respuestas con el realizador en el pasado FICM en este enlace. Disculparán si de repente se escucha mi voz o la de Román criticando con alevosía y ventaja lo comentado por otras personas pero... bueno, es parte de la naturaleza humana.
La primera cinta del realizador, Japón, marca el estilo que lo caracterizaría. Desde el preciosismo visual y el manejo de ritmos lentos hasta la inclusión de momentos escandalizadores y el uso de gente común en lugar de actores (lo cual indica, al parecer, que el director no considera que los actores sean “gente común”). La sinopsis de la cinta nos habla de como “un pintor de la gran ciudad va a un cañón en lugares remotos a suicidarse pero al alcanzar cierta calma, se queda con una anciana con quien desarrolla una relación importante. Curiosamente lo que más recuerda la mayoría de las personas que vieron la cinta es la escena de sexo y la desnudez de la anciana.
Después de haber visto Batalla en el Cielo, renté y traté de ver Japón para tener una mejor visión del trabajo del director… y desafortunadamente me quedé dormido a pesar de que la cinta me fue muy recomendada por algunos de mis amigos de esos que “saben de cine”. Cuando pregunté a mi amigo sobre el porqué del título de la película, me dijo que no sabía la razón. Al investigar en foros de internet me encuentro con una explicación que me pareció bastante interesante, en donde se refiere al Ubasute-yama, que era el hecho de que en la época feudal en Japón, a las ancianas se les llevaba a las montañas a morir y en como esto podría tener relación con la cinta. Curiosamente al ver la entrevista que viene en los extras del DVD el director explica que originalmente no quería ponerle título a su cinta pero debía hacerlo por fines prácticos. El título viene porque siempre hay un nuevo día y el sol sale por Japón así que decidió nombrarla de esa manera. Bueno, el sol también sale por Taiwán o Corea, pero no le gustaban tanto como título. Al parecer la belleza o profundidad en la cinta se encontraba más en las interpretaciones que en la obra en sí, o al menos eso parecía.
Batalla en el Cielo es la primer cinta que vi de Reygadas, la cual curiosamente llegó a León, Guanajuato (ciudad en la que vivía en ese momento) a pesar de que a esa ciudad la distribución de cintas que no sean extremadamente comerciales es más que limitada. Recuerdo que en la función éramos cuatro personas, incluidos el proyeccionista, una pareja y yo. A los quince minutos me quedé solo. La cinta trata sobre como el chofer de un general planea el secuestro de un infante, quien muere de forma accidental. Marcos, el chofer, empieza a derrumbarse y le confiesa lo sucedido a Ana, hija de su jefe, quien se prostituye, digo, presta a la menor provocación. La cinta agarró el re-conocimiento del público gracias a la escena en que la joven chica le practica una felación a Marcos. Mientras que me pareció que tenía escenas visual y narrativamente poderosas como el peregrinar rumbo a la Basílica de Guadalupe y la temática de la confrontación con la realidad y el derrumbamiento dentro de la persona de Marcos, la cinta no me pareció digna de una nominación a la Palma de Oro en Cannes, festival en el cual parecía que Reygadas ya era cliente frecuente. Los supuestos simbolismos y el manejo de secuencias en las que se pretende mostrar las situaciones de poder y un acercamiento a la realidad a través de lo cotidiano que no se muestra en el cine (como el sexo o los desnudos, según el director) me parecieron gratuitos. El director mostraba talento para el ilustrar escenas de manera visualmente atractiva pero es incapaz de utilizarlo para mostrar esos aspectos cotidianos que decide explotar. Por otra parte encontraba problemas de lógica en el guión y en la narrativa, pero al parecer esos son aspectos menores cuando un realizador se encuentra enfocado en desarrollar su arte.
Llega Luz Silenciosa, la cual nuevamente es nominada a la Palma de Oro y al Premio del Jurado (el cual compartió junto a Persépolis). El trabajo más completo y mejor realizado del director. Nuevamente las tomas largas (en mi opinión, innecesariamente ) y un preciosismo visual alabado por la crítica. La cinta inicia con una larguísima toma de un amanecer en el campo en una comunidad Menonita en Chihuahua. En esta ocasión el director se enfoca en la historia de Johan, quien es atormentado por un amorío extramatrimonial que tiene. En su familia hay quienes saben de eso, pero la culpa que lo aqueja no viene por las recriminaciones de los demás, sino porque al ser un hombre de fe, no puede vivir con la culpa.
Esta cinta pude verla en una emisión del Festival Internacional de Cine de Morelia y recuerdo que a pesar de ser función extra de media noche (de esas funciones que salen de la manga cuando hay más gente queriendo ver una película en el festival), la fila salía de las instalaciones (lo cual no es tan extraordinario cuando uno conoce el pequeño cine que funge como sede) y me tocó estar a la vuelta de la esquina de la cuadra. Al entrar finalmente a la sala no puedo evitar escuchar como buena parte de los asistentes estaban emocionados y alababan a quien llamaban “Maestro” (así, con mayúscula). A mí no me fascinaba su cine pero la crítica me invitaba a darle otra oportunidad al trabajo de Reygadas. Recuerdo mi fascinación al principio (aunque sus tomas me seguían pareciendo innecesariamente largas) cosa que se derrumbó como a la mitad, que me llevó a dormir un par de minutos (probablemente por ser una función de media noche) y que al despertar me encontré con elementos que no me hacían tanto sentido. El director se alejaba del realismo que planteaba mostrar en obras anteriores e incluía elementos mágicos o milagrosos. Las claves del surgimiento de estos estaban planteados en simbolismos mostrados en la cinta, sin embargo algo no me terminaba de cuajar.
Buena parte de la crítica comparaba Ordet, de Theodor Dreyer con Luz Silenciosa, siendo la segunda una copia al carbón (con queso menonita para aderezar). La cinta del mexicano se entiende mejor cuando uno tiene conocimiento de la original, siendo un derivado peculiar que casi puede sostenerse a sí misma. Casi. Sin embargo, sigue siendo la obra mejor realizada del autor.
El siguiente trabajo del realizador corresponde a su participación en el collage cinematográfico de Revolución, junto con otros 9 directores (pueden encontrar mi reseña sobre la obra colectiva por acá). Su segmento, “Este es mi Reino”, básicamente es una comida familiar en un rancho en donde las cosas se salen de control y todo se vuelve un desmadre. Curiosamente este segmento marcaría lo que es más cercano a la línea del nuevo estilo del director, el cual es más patente en Post Teneras Lux.
Con su trabajo más reciente, Reygadas se ganó el abucheo de la crítica, pero al parecer solo de la internacional, ya que varios compañeros que han visto la cinta han salido al menos satisfechos con la obra. Más bien creo que se suavizó un poco la reacción gracias a la expectativa de que se vería algo malo, igual que cuando muchos hablan bien de una obra y llega “inflada” al espectador, puede ser considerada como sobrevalorada, que es como me imagino que llegó, con altas expectativas, a la prensa que pudo ver la cinta en el pasado festival de Cannes.
¿De qué va Post Tenebras Lux? Juan es un hombre con posición socioeconómica buena que vive en su casa de campo con su esposa e hijos de donde trata de alejarse del mundo que le rodea. La sinópsis dice que “nadie sabe si ambos mundos se complementan o buscan su mutua destrucción” refiriéndose a la urbe o al entorno rural que prefiere Juan, sin embargo la contraposición y posible duelo entre ambas realidades no se plantea de forma directa y yo vengo enterándome de ella después de leer la sinópsis del IMDB.
La cinta pude verla en la emisión de este año del Festival Internacional de Cine de Morelia y me encontraba con opiniones divididas al respecto. Una parte de mi reconocía Luz Silenciosa como la mejor obra del autor, pero el estilo del mismo no es de mi agrado. Me inclino más por la corriente de los que lo consideran pretencioso y me irritan sus fans ya que usualmente caen en la categoría de los que “se clavan de más en la textura” y no pueden dar argumentos sólidos que respalden su opinión de que el trabajo del director es bueno. A eso agreguémosle el hecho de que usualmente es presentado como “el Maestro” y tiene todos los elementos necesarios para irritarme. Después de Luz Silenciosa juré no ver ninguna cinta más de Reygadas hasta que descubrí que es excelente tema de conversación, especialmente si consideramos el hecho de que en sus declaraciones, desdeñaba los comentarios de la prensa y la crítica y decía que su cine era sencillo y no necesitaba interpretaciones. Eso me sonó a reto, especialmente considerando que el director no se caracteriza por hacer ese tipo de cine.
Llegó el momento de la función y puedo decir que es la primer cinta del director en la que no pestañeo, en parte porque no me tocó una función de media noche, en parte porque quería comprender que es lo que tanto aprecian los que lo catalogan como “maestro”. Probablemente sea un prejuicio mio ya que en general me agrada el trabajo de David Lynch, a quienes varios catalogan tanto de prentensioso como de críptico. ¿Tomas largas? No tengo problemas cuando se saben aprovechar y se muestra un trabajo de composición. ¿Narrativa que debe ser armada por el espectador? En el género del cómic disfruto mucho el trabajo de Grant Morrison, el cual se caracteriza por el manejo de narrativas modulares las cuales en conjunto ayudan a distintos niveles de comprensión de la obra a pesar de estar aparentemente desconectadas y su obra usualmente se entiende mejor luego de varias revisiones. ¿Por qué esos elementos que aprecio tanto en otros realizadores me parecen inaguantables en el trabajo de este director?
Durante la proyección, todo parecía marchar normalmente, excepto por una molestia que amenazaba con convertirse en mareo o dolor de cabeza a causa de un filtro de vidrio vicelado utilizado por el director para buena parte de la película. El público se mostraba respetuoso, incluso en una escena en dónde aparece la silueta animada de un diablo bidimensional quien entra a una casa con caja de herramientas en la mano. Dicha imagen me provocó risa mientras que todo el público se hundía en una solemnidad casi total. La cinta prosigue y noto que los dos personajes principales, Adolfo Jiménez Castro y Nathalia Acevedo me parecían los “actores no actores” más compententes que ha tenido Reygadas en su obra. Me molesta el hecho de que el director utilice a sus hijos como personajes dentro de la historia, ya que en la primera mitad se nota un cuidado en el vocabulario (particularmente en el personaje de Juan, interpretado por Adolfo) para comunicarse con ellos sin forzarlos a que con palabras denoten que no son sus hijos, sino del director. La cinta prosigue y hay flashbacks a momentos representativos como un juego de Rugby o una visita a un Spa Nudista Swinger Belga, los cuales aparentemente no tienen conexión con el resto de la historia pero mantienen una identidad visual característica entre sí. Tenemos escenas que parecen ser realizadas por un bodeasta ya que muestran una cena y una fiesta, la primera en un círculo social alto y la segunda en su opuesto. La historia se desarrolla y la desgracia cae en los personajes, dándonos un desenlace para perder la cabeza. La cinta termina. La sala se queda en silencio hasta que después de varios segundos alguien se atreve a aplaudir. No es el aplauso sonoro que me tocó en otras cintas realizadas por gente de menor calibre, sino uno mucho más moderado. Carlos pasa al frente para una sesión de preguntas y respuestas. Silencio incómodo hasta que después de unos momentos empiezan los comentarios y las preguntas que se caracterizaban desde un “¿qué quisiste decir con…?” hasta alguno que otro cebollazo.
En cierta medida esperaba a un Reygadas mamón, prepotente, que es como parecía ser al despreciar los comentarios de la crítica o la prensa. Curiosamente en la sesión de preguntas y respuestas vi a alguien muy sencillo y que no soltaba choros pretenciosos para convencernos de su genialidad. Su obra estaba presente y estaba hecha de una manera porque así quería hacerla. Curiosamente creo que ese es su mayor mérito o defecto, ya que cualquier interpretación que pudiera tener parece ser más pretenciosa que la obra en sí. La belleza está en el ojo del espectador al final del día.
Entre las personas que estaban en la sesión de preguntas y respuestas había quienes alababan al director por la profundidad de los temas que tocaba. ¿Profundidad en los temas? Quizás, pero no hay desarrollo ni hay cohesión entre ellos. La confrontación o unión entre clases sociales se siente muy superficial y su momento detonante se limita a un robo e intento de asesinato (mal actuados, aunque no podemos hablar de una mala actuación cuando de entrada no hay actores en escena, ¿o sí?). Las dos reuniones que ilustra la cinta, una cena con gente de clase alta en el que se denotan los diálogos con contenido mamón y pretencioso me parecieron precísamente eso, aunque probablemente mi molestia sea más con lo que representan y el hecho que no aporta tanto a la historia como en la fiesta de pueblo en que Juan y Natalia buscan particiar y que en menos minutos es más concisa. Hay quienes consideraron una sátira sabrosa la cena de alcurnia pero se sienten más como un entorno más cercano al director gracias a la fluidez y tiempo que le dedica, en contraposición con la fiesta en la que los personajes se presentan forzados y se nota una falta de dirección real. El ilustrar esa secuencia al tratar de capturar los momentos nada más no funciona de la misma manera en ambas situaciones.
Después de ver la película compartí impresiones con personas a quienes tuve el placer de conocer en el festival, tales como a Cristina, Rebeca o Román. Mientras que con Román coincidí en no ser precisamente fans de la obra del realizador, las chicas quedaron fascinadas con la cinta. Tuvimos una breve conversación al respecto y el punto que me mencionaban como más relevante en Reygadas es su manejo artístico. Resumiendo (y me disculparán Cris y Rebeca si tergiverso sus palabras) la obra del director no puede ser catalogada ni medida en comparación con los patrones de otras obras, ya que como si fuera artista plástico, se sale de lo establecido para crear sus cintas. No tratan de historias sino de emociones, las cuales no se pueden medir con esquemas narrativos tradicionales. La forma en que lo manifiesta a través de su uso del cuidado de la imagen es lo que lo vuelve relevante.
Probablemente ahí viene uno de mis mayores problemas con sus películas. Mientras que aplaudo la innovación y la explotación de los recursos narrativos y/o audiovisuales, me parece que eso de “no poder ser comparado o catalogado junto a otros artistas” es una explicación fácil y (usemos la palabra recurrente para calificar su trabajo) pretenciosa. Incluso es cantaleta recurrente eso de quienes lo critican es “porque no lo entendieron”, “no saben apreciar lo que es arte”, “les da flojera usar su cabeza para armar historias y necesitan que los lleven de la mano” y cosas similares. Wow. Impresionante. Los defensores de alguien tachado como pretencioso se suben a un caballo todavía más alto y se portan precisamente pretenciosos. No creo que sea la mejor defensa para su caso. Tal vez la comparación pueda sentirse un poco fuera de lugar pero Picasso no empezó haciendo cubismo y por más que su nueva forma de pintar fuera diferente y no se pudiera catalogar ni comparar con la de otros contemporáneos, el artista demostró un manejo y conocimiento de las artes antes de forjar el estilo por el que pasaría a la historia.
Otro de mis conflictos ante este tipo de argumentos de los defensores es el hecho de que hay algo que se llama videoarte. Básicamente es una forma más económica a la producción tradicional de cine y se enfoca en romper parámetros comerciales, eliminando a su vez las limitaciones del medio. Es conceptual y no necesita cumplir con las convenciones con cosas como el uso de actores o diálogos. Tampoco es necesario contar con un guión o una narrativa y puede servir para el desarrollo de ideas o emociones. Con todo esto su premisa básica es el romper con las restricciones. La mayoría de los argumentos de quienes defienden a Reygadas simplemente caen dentro de la categoría del videoarte. El señor no está haciendo nada nuevo en ese sentido. ¡Hey! Incluso quienes han seguido este blog saben que hemos posteado y recomendado muestras de ese tipo de corriente audiovisual alguna vez y que un documental que he recomendado en varias ocasiones, La Casa Emak Bakia, hace un tributo a formas narrativas que son más interesantes, al contar algo que no es una historia, en un orden aleatorio.
Hablando de Emak Bakia (la obra original, no el documental de Oskar Alegría, el cual es increíblemente recomendable), una de sus escenas más interesantes es cuando Man Ray avienta una cámara para que pueda grabar con toda la libertad y sin el condicionamiento de un operador la realidad a su alrededor. Eso es un manejo justificado de una propuesta concreta y libre que rompe esquemas en un trabajo que no debe de ser narrativo necesariamente. Por su parte, buena parte de quienes disfrutan del trabajo de Reygadas hablan de él como alguien que rompe esquemas cuando en sus dos últimas cintas repite fórmula con las tomas larguísimas durante un momento de cambio del día (amanecer o anochecer) en donde todo está acomodado de manera controlada y preciosista. De pronto, suena como si los convencionalismos tradicionales y la estética pueden formar parte de su obra y ser halagados como muestra de su talento… aunque cuando se le critica, uno debe de considerar que no es cine que deba obedecer las normas del cine mismo. Las inconsistencias de quienes tratan de encontrar y justificar más al autor lo encuentro bastante convenientes.
La negativa de Reygadas a usar actores me parece un truco fácil (algo así como el hacer películas con lenguas muertas a la Mel Gibson para que la gente se distraiga de la actuación) aunque es una decisión de forma. Sin embargo, el manejo de “estilos caprichosos” me suena un tanto reprochable cuando no hay una justificación tangible y real. El hecho de hacer algo “porque puedo y quiero hacerlo” es una justificación muy frágil cuando uno quiere hacer una obra importante o ser catalogado como “Maestro”. Recuerdo que al haber visto una cinta de Nicolás Pereda, la de Perpetum Mobile, la cinta me había dejado con una sensación de agrado, pero al escuchar después en una sesión de preguntas y respuestas la forma en que el director planeaba sus producciones perdió todo su encanto para mí ya que no había tal. Prácticamente se podía resumir todo a un “agarremos la cámara, encuadremos como podamos y veamos que hacemos”. En la sesión de preguntas y respuestas con Reygadas en el pasado FICM cuando se cuestionó al director sobre el uso del filtro, este respondió que se usó simplemente porque le gustó. Al principio se planteó como algo para mostrar el mundo exterior pero dentro de la obra el mismo realizador rompe sus reglas y lo usa sin consistencia sin respetar su planteamiento original. De la misma manera, cosas como la aparición del Diablo no tienen tanto propósito o trasfondo y su imagen se basa en que “así los soñó el director y así quería que se viera” . Esos y varios elementos más incluidos más por gusto que por propósitos específicos.
Recuerdo en un detrás de cámara con Lubezki y Cuarón sobre Children of Men como se mencionaba de la importancia de cuidar lo que se incluye en cada escena. Dentro de una película cada escena debe de llevar al personaje a otro punto que lo acerque más y más al final. Cada cuadro debe de tener un propósito y mostrar algo que sea relevante no solo a la historia sino al espectador. Si tienes algún elemento que sea prescindible dentro de la historia, mejor elimínalo. Al hacer una revisión sobre los momentos prescindibles de Post Tenebras Lux me encontraba con bastantes. ¿Servía de algo la escena de sexo en Bélgica además de para escandalizar o crear conversación entre el público del cine? De muy poco, en realidad. ¿Las escenas de rugby que muchos encuentran fascinantes aunque incomprensibles? Si las quitamos, la historia central no pierde absolutamente nada, y de hecho su inclusión y justificación se siente forzada al agregarse una toma con un retrato de una persona corriendo en Inglaterra, único vínculo “lógico” para establecernos que uno de los personajes del juego era parte del resto de la historia. ¿La inclusión de las “actuaciones” de los hijos del director es relevante? Él mismo indica que los incluyo porque es “bien bonito poder compartir algo como eso con la familia” lo cual no me suena precisamente a un propósito fuera de lo personal en la obra. ¿Si eliminamos la autodecapitación del final se pierde algo? Bueno, en realidad esa solo la quitaría porque da pena ajena en su ejecución (no pun intended) a nivel producción ya que sí tiene relevancia en la narrativa… aunque me digan que no tiene narrativa.
Al final, mi conflicto no es tanto con el realizador, a quien encontré como una persona simpática y muy alejada de la visión mamona que algunos medios reflejaban con los comentarios que citaban de él. ¿Su obra? No me fascina pero en cierta medida la respeto. No le encuentro ese valor y trascendencia que muchos alegan precisamente por las razones expresadas líneas arriba y cuando en realidad no debería ser catalogado como cine ya que eso de que los aspectos positivos pueden ser comparados con los de otras obras del medio pero los criticables simplemente fueron diseñados para “romper esquemas” suena más a excusa barata que a razón válida. En la misma línea, si se va a alabar su trabajo de cámara y manejo de la estética visual, creo que Alexis Zabe debería de llevar el mayor mérito, ya que es el director de fotografía no solo de Post Tenebras Lux sino también de Luz Silenciosa y otras obras como Lake Tahoe y Temporada de Patos de Fernando Eimbcke. Al final, mi conflicto viene más con aquellos que no aceptan comentarios contra la obra del autor, descalificándolos y catalogándolos automáticamente como gente que “no aprecia el arte”. ¿En serio ese es su argumento? Suena más a queja de pejista que apoya la democracia y cree en el voto del pueblo… siempre y cuando el voto lo favorezca, ya que si no, seguro hubo fraude… y falta de calidad de apreciación cinematográfica. Me parece que el mayor problema es el justificar y alabar profundos significados cuando el mismo autor te dice que no hay nada que interpretar y que buena parte de los elementos se incluyeron por razones que podrían catalogarse como caprichosas.
Como extra, pueden ver siete fragmentos grabados durante la sesión de Preguntas y Respuestas con el realizador en el pasado FICM en este enlace. Disculparán si de repente se escucha mi voz o la de Román criticando con alevosía y ventaja lo comentado por otras personas pero... bueno, es parte de la naturaleza humana.
23 de noviembre de 2012
Viernes de Video: Glory at Sea!
Y gracias a la recomendación del buen Román (a quién tuve el enorme gusto de conocer en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia) es que tenemos el cortometraje que después ayudaría a gestar lo que muchos catalogan como una de las mejores películas del año: Beasts of the Southern Wild.
¡Disfrúten el corto! Y ¿por qué no? De una vez pasen a leer al buen Román. Recientemente publicó algo sobre Reygadas.
¡Disfrúten el corto! Y ¿por qué no? De una vez pasen a leer al buen Román. Recientemente publicó algo sobre Reygadas.
16 de noviembre de 2012
Viernes de Videos: La Vida Galáctica de Wes Anderson
En alguna ocasión ya pudimos ver una probadita de como podría ser la versión de Spider-Man dirigida por Wes Anderson, director con estilo tan particular e identificable que es muy difícil de confundir. En esta ocasión vemos que pasaría si él tomara las riendas del nuevo juguete franquiciatario de Disney: Star Wars.
12 de noviembre de 2012
Lo visto en el Décimo Festival Internacional de Cine de Morelia.
Termina oficialmente el Décimo Festival Internacional de Cine de Morelia y se anuncian los ganadores en sus distintas categorías, siendo las más importantes los premios a Mejor Largometraje Mexicano, Mejor Largometraje Documental Mexicano y el Premio del Público.
Desafortunadamente por falta de tiempo (ya ven, uno que trabaja y no escribiendo esto) de las ganadoras (No quiero dormir sola, de Natalia Beristaín, ganadora como mejor cinta de ficción, I Hate Love, de Humberto Hinojosa, ganadora del premio del público y Inori, de Pedro González Rubio, ganadora del premio al mejor documental) solo pude ver la primera, y al parecer el concenso se reflejó en la premiación, al ser una cinta bien ejecutada, aunque a nivel personal no me gustó. Probablemente porque el manejo de la historia y sus personajes no me atrajeron, aunque la temática es de mi interés.
A continuación están mis impresiones sobre las cintas vistas en este festival, en el orden en que fueron vistas. Todos los comentarios fueron publicados en nuestra página de Facebook, que se actualizaba cada que tenía red y hacía fila para otra función. Si quieren la versión condensada, puedo decir que lo mejor del festival para mi fue La Casa Emak Bakia, Final Cut, Ladies and Gentlemen, La Caza, Cosmópolis, The Master y Halley. Los comentarios un poco más extensos aparecen a continuación.
Everything or Nothing es un fascinante documental sobre la historia tras cámaras de 007. Muy recomendable, aunque no pude verlo completo usa que tuve que salirme para ver...
Amour, Haneke no se anda con medios chiles y narra de manera efectiva una historia sobre lo triste que es el cómo se desvanece una persona con el paso del tiempo. Dura, cruda, triste manera de reflexionar sube la inevitabilidad de nuestro ocaso como seres pensantes.
Anna Karenina, cinta en donde la realidad se vive como una puesta en escena en medio de una historia de amores prohibidos y mujeres caprichosas. Increíble diseño de arte y manejo de fotografía.
The Master, creo que necesito volver a verla, ya que en un par de ocasiones hice algo más que sólo cerrar los ojos para parpadear. Increíble trabajo actoral y de dirección. Una cinta un poco pesada y que creo será mucho mejor apreciada conforme pasen los años. Interesante manejo de la exploración que hace a la naturaleza humana.
In another country es de esas raras películas de Festival que no te dejan emocionalmente desgastado. Tres visiones distintas de narrar una historia con los mismos elementos y que al final tienen guiños que se complementan. Aquí se resuelve la duda de donde estaba uno de la personajes de Amour, aunque me hace creer que en Francia sólo hay una actriz. Una cinta ligera pero muy divertida sobre la percepción y las diferencias culturales.
Saluda al diablo de mi parte es una cinta de manejo eficiente y ritmo truculento en donde se hace uso de falso suspenso. Lástima que el guión es muy deficiente. Tendré que consultar a mi colombiana favorita para que me ayude con el contexto histórico de la cinta para ver si me perdí de algo o de a tiro la cinta es prescindible. Tiene unas cuantas escenas de acción efectivas, aunque por momentos parece ser Taken región 4.
Cosmópolis es un impresionante road movie que en lugar de recorrer lugares se pasea por ideas y esas cosas que habían los rincones de la mente. Al parecer el niño Crepúsculo sabe actuar, aunque para el final de la cinta alguien le pone una cátedra en menos de 15 minutos, con todo y toalla en la cabeza.
La Caza: historia sobre cómo se puede destruir una vida gracias a los chismes y las suposiciones. Los niños no mienten, ¿cierto?. El problema es cuando no saben reconocer la diferencia entre la verdad y lo que les dicen que es la verdad. Pueblo chico, infierno grande, y suposiciones sobre un caso de abuso sexual en donde alguien pensó demasiado en los niños.
No quiero dormir sola, cinta en donde una chica nini que se siente fotógrafa debe confrontar el hecho de que su abuela la necesita en sus últimos años, con su respectivo daño físico y mental que llega con la edad. La chica que cambia de pareja de cama como su abuela cambia de bebida alcohólica descubre que la familia sirve para algo más que para pedir dinero. Película semi hormonal que pasa a la categoría de prescindible. Nunca confíen en una cinta de una ahijada del Festival de Morelia. Primero hacen cortos y luego dicen hacer películas.
La vida precoz y breve de Sabina Rivas, adaptación cinematográfica sobre la historia de las desventuras de una adolescente que busca migrar al norte para salir de una vida difícil de teibolera. El problema es que su norte es nuestro sur, la migra mexicana es peor que la gringa y la división de poderes entre ejército, países y los Maras no ayudan a cumplir el sueño sudamericano. Mandoki sigue demostrando que sabe manejar producciones de peso, gracias a sus nada despreciable apoyos, sin embargo a nivel narrativo sigue sin convencerme del todo. Quizás por que tiene final de película festivalera, en donde hay elementos de escándalo gratuito que no ayudan al desarrollo de la historia.
Argo: todo indica que Ben Affleck le aprendió una cosa o dos a Kevin Smith sobre dirigir y actuar en la misma película... con la diferencia de que Affleck lo sabe hacer bien. Increíble thriller que seguro se cuela a los Óscares. Al ver los primeros minutos de película uno entiende por qué los de Warner querían al buen Ben para encargarse de la Liga de la Justicia (y uno se pregunta si los del estudio vieron el resto de la cinta), pero es mejor que el realizador siga haciendo su cine, ya que tiene mucho talento para desarrollar y un récord perfecto por conservar. De lo mejor del año, sin lugar a dudas.
La casa de Emak Bakia: ¿Qué tienen en común una princesa rumana, 30 elefantes y la resurrección de un payaso muerto con Man Ray? Todos aparecen en un documental de recorridos tan bien planeados que son azarosos a todas luces. El recorrido del autor para descubrir la casa que da título a la película es fascinante por qué incluye tantos giros que no importa si logra o no encontrar un lugar, ya que es una experiencia reveladora e increíblemente divertida. El mejor documental que ha visto en el Festival y se va directo a mi lista de las mejores 10 cintas del año.
Fogo: una cinta que a pesar de apenas pasar de la hora se siente más larga. Fogo es una comunidad en Canadá que empieza a quedar despoblada debido a que es insostenible seguir ahí. Conocemos la vida de tres de sus habitantes y sus puertos así como su lucha por sobrevivir. La cinta se siente como trabajo escolar hecho al aventón y en realidad lo es. Todo pudo ser narrado en diez minutos sin tanto problema.
Post Tenebras Lux: después de Luz Silenciosa juré jamás ver algo del sobrevalorado Reygadas, pero la realidad es que lo que llama cine sirve como tema de conversación. El señor es hijo mimado de Cannes y gana un premio por mejor director cuando es incapaz de dirigir actores de verdad. No hay historia coherente y fuera de simbolismos baratos, es igual o más débil que su cortometraje parte de Revolución. Desnudos y cogidas gratuitas, un diablo animado en dos dimensiones que casi hace que me bote de la risa, flashbacks mal montados que al parecer los puede tener un personaje después de muerto. ¿Algo a su favor? Primera película del director en la que no me duermo... y hay una auto decapitación barata. Reygadas hizo carrera al revés, primero triunfa en Cannes y después se dedica a hacer vídeos familiares que trata de hacer pasar por películas.
Siete psicópatas: curiosamente, otra cinta con pase automático a mis diez preferidas del año. Un guionista es ayudado por su mejor amigo para poder escribir el guión de una película enfocada en siete psicópatas. Todo va bien, excepto por el hecho de que el amigo usa recursos poco ortodoxos para ayudarlo a encontrar la inspiración, y cuando esto choca con el hecho de su modo de vida como secuestrador de perros, es seguro que habrá varios problemas divertidos. Una historia que tiene tintes de meta ficción bien aprovechados y que es ampliamente recomendable.
Final Cut, ladies and gentlemen: así como Siete Psicópatas comenta el cine mientras lo hace, esta cinta húngara rinde tributo al cine mientras lo hace. Una historia de amor con escenas cien por ciento recicladas, ya que combina fragmentos de películas de todo tipo y nacionalidad ilustrando lo universal que es el lenguaje cinematográfico. De las pocas cintas en donde puedes sufrir como Cenicienta, esperar que Superman te salve y corras como Lola. De esos experimentos narrativos sabrosos que vale la pena ver.
Halley: probablemente la cinta más fuerte y a su vez una de las más sencillas. Si bien la mayoría de los espectadores tenemos un cansancio con todo ese cine contemplativo de moda festivalera que abunda desde hace algunos años, Halley toma esa fórmula gastada y en vez de mostrarnos amaneceres campiranos innecesariamente largos, toma al ser humano y su degradación corporal como tema central. Beto, el personaje principal, padece una enfermedad que poco a poco lo carcome desde dentro y somos testigos de ese proceso de una forma íntima y cercana, tanto a nivel visual como narrativo. Por lo pronto, mi favorita en la categoría de competencia, aunque no es una cinta que le recomendaría a todo público.
9 de noviembre de 2012
Viernes de Videos: La casa Emak Bakia
Casi termina el Festival Internacional de Cine de Morelia (pueden leer mis comentarios sobre las películas que pude ver ahí, en nuestra página de Facebook) y entre las cintas que vi, puedo decir que la que me dejó más satisfecho y con una sonrisa en la cara al finalizar la función, fue el documental de Oskar Alegría, La casa Emak Bakia.
La cinta se enfoca en hacer tributo a una filme realizado por Man Ray, uno de los exponentes más importantes del dadaísmo/surrealismo. La obra original pueden verla por acá, pero para entenderla mejor, nada como ver el documental. A continuación les comparto lo que me pareció, aunque luego tendré la reseña en forma en este mismo sitio.
"¿Qué tienen en común una princesa rumana, 30 elefantes y la resurrección de un payaso muerto con Man Ray? Todos aparecen en un documental de recorridos tan bien planeados que son azarosos a todas luces. El recorrido del autor para descubrir la casa que da título a la película es fascinante por qué incluye tantos giros que no importa si logra o no encontrar un lugar, ya que es una experiencia reveladora e increíblemente divertida. El mejor documental que ha visto en el Festival y se va directo a mi lista de las mejores 10 cintas del año."
Sin más preámbulos, el trailer de la obra, en donde podemos ver el cortejo entre un guante y una servilleta, entre otras maravillas contenidas en el filme. Si tienen oportunidad de verlo, háganlo.
La cinta se enfoca en hacer tributo a una filme realizado por Man Ray, uno de los exponentes más importantes del dadaísmo/surrealismo. La obra original pueden verla por acá, pero para entenderla mejor, nada como ver el documental. A continuación les comparto lo que me pareció, aunque luego tendré la reseña en forma en este mismo sitio.
"¿Qué tienen en común una princesa rumana, 30 elefantes y la resurrección de un payaso muerto con Man Ray? Todos aparecen en un documental de recorridos tan bien planeados que son azarosos a todas luces. El recorrido del autor para descubrir la casa que da título a la película es fascinante por qué incluye tantos giros que no importa si logra o no encontrar un lugar, ya que es una experiencia reveladora e increíblemente divertida. El mejor documental que ha visto en el Festival y se va directo a mi lista de las mejores 10 cintas del año."
Sin más preámbulos, el trailer de la obra, en donde podemos ver el cortejo entre un guante y una servilleta, entre otras maravillas contenidas en el filme. Si tienen oportunidad de verlo, háganlo.