Cuates de Australia




Quienes digan que el cine mexicano no ha tenido nada bueno que ofrecer en los últimos años es porque no se ha dado cuenta que hay un género cinematográfico llamado documental. Dentro del mismo hemos tenido auténticas joyas que surgen por aquí y por allá, y calladamente van acumulando premios y reconocimiento internacional. En su cuarto largometraje, Everardo González ya lleva acumulados premios desde los nacionales (como el reconocimiento como mejor documental en el pasado Festival Internacional de Cine en Guadalajara) hasta lo internacional (mismo premio en el Festival de Cine de Los Ángeles, o en Lima, así como un largo etcétera) y eso sin contar el hecho de que la cinta está encaminada a competir por el Óscar. ¿Y aun así hay gente que dicen que en México no hay cine de calidad?

Cuates de Australia es el nombre de un ejido en Coahuila. Nadie, ni los pobladores más viejos del lugar saben de dónde viene el nombre, el cual suena más a postal vacacional  de Instagram que a un lugar habitable. Curiosamente eso no está tan alejado de la realidad, ya que el lugar no es precisamente muy amigable para los pobladores debido a las inclementes sequías que ha padecido en años recientes. Precisamente en este tema y en la manera en que afecta a sus habitantes es en lo que se enfoca el documental. 




Everardo González se ha consolidado como un realizador capaz de acercarnos con una mirada muy íntima a la realidad. Trabajos anteriores como El Cielo Abierto o Los Ladrones Viejos: Las Leyendas del Artegio nos muestran a personajes que al compartirnos sus historias nos hacen sentirnos más cercanos a una realidad que nos puede ser muy ajena, sin importar si hablamos de figuras con personalidad santificable por su lucha en pro de los oprimidos o por personajes oprimidos por la realidad que al buscar sobrevivir.  En Cuates de Australia la vida es difícil pero los habitantes aman su tierra y saben que vivir no es fácil. Conocen y respetan su tierra aunque deban despedirse de ella cuando la sequía se vuelve insoportable pero saben que pueden volver cuando lleguen las primeras gotas de lluvia de la temporada.

Si bien en la ficción mexicana han existido los estereotipos de que las historias pueden contarse o en la pseudo realidad urbana o en la magia y el romanticismo del pueblo, en el documental contamos con acercamientos fuera del cliché y gracias a esto ilustran de manera más certera los entornos cotidianos.  La vida es difícil en la comunidad pero no por eso se detiene. Una mujer está embarazada y las condiciones en las que vive hacen que sea una situación de riesgo. Los cultivos sin agua no pueden ser contemplados pero la crudeza cotidiana no significa que no pueda haber momentos de despeje, ya que si las dificultades están siempre presentes, también puede haber espacio para los juegos o las actividades como las carreras de caballos.



La cámara se vuelve un habitante más y convive con los Cuates de Australia y a su vez nos deja conocer a los habitantes y su situación. No hay un enfoque en algún personaje en particular ya que es su lucha y su estilo de vida el personaje principal de este documental. Sin lugar a dudas, uno de los mejores que he visto este año y que a pesar de no contar con una exhibición comercial en forma, puede verse en festivales y giras, con lo cual ha sido más que suficiente para que reciba algo del reconocimiento que merece. Si tienen la oportunidad de verlo, no lo piensen dos veces, ya que sin lugar a dudas, vale mucho la pena.

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