Más se tarda en salir una cinta que en que pululen las parodias por ahí. El día de ayer el buen Patrick Boivin hizo lo que cualquier amante de los Motion Graphics que tiene un hijo casi recien salido del horno haría: hacerle un bonito video. La diferencia es que en lugar de ver cuando el nene hace sus gracias y todos sonrien diciendo "mira, que lindo" (cosa que no celebrarán cuando crezca) veremos a su chamaca enfundada en una armadura multimillonaria. Un excelente ejemplo de como hacer buen tracking e insersión de imágenes que nos demuestra que no todo en la vida son bebes diabólicos que toman Suerox.
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