Para aquellos que no dominan el japonés, el título internacional de la cinta es “Funuke: Show some love, you losers!” y esta sensacional cinta trata acerca de una familia disfuncional (¿acaso hay alguna que sea funcional en este plano?) conformada con dos hermanas que se odian a muerte (literalmente), de las cuales una vive en Tokio buscando fama como actriz (Sumika, interpretada por Eriko Sato) mientras que la otra es una talentosa pero tímida artista (Kyomi, interpretada por Aimi Satsukawa), un medio hermano (Shinji: Masatoshi Nagase)y su nueva esposa (Haromi Nagasaku). La vida de ellos se vuelve a conectar debido al fallecimiento de los padres y es entonces que Sumika debe regresar a su pueblo natal. Decepcionada de la vida porque no posee el dinero para regresar a Tokio y volver a intentar suerte, empieza a pasar el tiempo en el pueblo, donde ni siquiera tiene señal su celular y el internet es un lujo al que se puede acceder en la tienda local. Entonces, decide empezar a intercambiar cartas a un director de cine, en espera de tener la oportunidad que finalmente la haga brillar.
La cinta te atrapa desde el primer momento. Mientras que el setting establecido en donde vemos un camino en la carretera y un gato negro en medio de ella nos es arrebatado bruscamente por el sonido del rechinar de llantas y la visión de las mismas embadurnadas de sangre, nos damos cuenta que hay más que lo que se ve a simple vista, todo tremendamente bien entrelazado a nivel narrativo. No, un gato no despide tanta sangre al ser atropellado, sino que la dueña (la mama de Kyomi) trató de rescatarlo y su esposo trato de rescatarla a ella. ¿El resultado? El gato sigue vivo pero la pobre pareja fallece trágicamente.
Los personajes son bastante coloridos. Eriko Sato hace un papel excelente como la consentida niña que cree tener futuro en el medio por su linda cara, mientras escucha a RBD, digo, música pop oriental. Al mismo tiempo, es odiosa y caprichosa y obtiene su oportunidad para irse a Tokio luego de amenazar con cuchillo en mano a su padre para que “no se interpusiera con su sueño”, conflicto resuelto cuando su hermanastro trata de controlarla y es herido en el rostro.
Shinji se casa pero no ama a su esposa, ya que mantiene un tórrido romance con Sumika y le hace la promesa de no tocar a mujer alguna hasta que Sumika y el se puedan unir finalmente. Situación tremendamente triste para la pobre y linda esposa la cual se pregunta a sí misma si es normal seguir virgen a los 35 años a pesar de estar casada. Afortunadamente la pobre saca sus traumas y energías haciendo lindos monitos de estambre, cuales figuras caseras de Pokemon.
Por otra parte, Kyomi es nuestro verdadero hilo conductor. Luego del incidente entre la hermana y el padre, plasma todo en un manga el cual manda a concursar como mejor historia de horror y gana. Cosa sensacional, pero que desafortunadamente hace que todos sepan la historia de su familia y vean con malos ojos a su hermana egoísta. A pesar de eso y con el regreso de la hermana luego de la muerte de la casa paterna, retoma los lápices y las tintas y decide reencontrarse con el arte para el cual es increíblemente buena.
La historia tiene situaciones irrisorias y diálogos increíblemente bien pensados... y divertidos. Cuando la Sumika y su cuñada están viendo en la tele a un hijo putativo de Uri Geller doblando cucharas con sus supuestos poderes psíquicos, se plantea que si en realidad tiene poderes, habría cosas mejores por hacer que doblar cucharas…. Como arreglar el viejo ventilador de la casa de la familia Funuke (no confundir con la familia Peluche). Por otra parte cuando la maleducada Sumika le dice a su padre que quiere mudarse a Tokio para ser actriz, este le recrimina diciéndole: “Ni te hagas ilusiones ya que no tienes talento como actriz”, ella enojada y entre lágrimas le dice reclama: “¿por qué dices eso?” a lo cual solo puede escuchar de boca de su padre: “Porqué no tienes de quien heredarlo…” Fin de la conversación.
Con traumas, peleas, un guión divertido, una realización excelsa, acción, una edición increíblemente buena, la cual nos da por momentos la idea de que hubiera hecho Ang Lee con Hulk (si lo hubieran dejado), y muchas otras cosas más es que Funuke se me hizo una de las mejores (si no es que la mejor) cinta del festival de Morelia. Claro, no veré el significado de la vida pero tiene todos los elementos que me agradan del séptimo y noveno arte. Si les llega a cartelera, no lo duden, vayan a verla.
Conclusión: Vayan a verla, así de sencillo. Show some love (to international cinema), you losers!
Comentario al margen, es la primer cinta que me toco ver en tres idioma y con traducción simultanea. Debido a que la versión que llego no era el corte final, y los subtitulos no estaban sincronizados con esta cinta, hubo como 10 minutos en que gracias a los encargados del festival, en vez de subtitulos tuvimos la voz de alguien traduciendo los diálogos. Como dato técnico diré que la cinta estaba en japones, con subtitulos en francés, y sub-subtítulos en español, excepto en los 10 minutos mencionados. ¿Es esto globalización idiomática o qué?
2 comentarios:
Cuando leî tu respuesta de ayer, quedé intrigado preguntândome qué rayos era Funeke... Gracias por iluminarme (silenciosamente, jaja)
[sarcasmo]
"Show some love (to international cinema), you losers!" -- Qué Hollywood no es internacional?
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¡Ja, ja, ja! Me encantaron los "sarcasmo tags"
Creo que tambien los empezare a usar, je je je.
¡Saludos, Ed! Ah, y ya te respondi tambien en el post the The Village... ahi fue donde me dejaste intrigado a mi.
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