Morelia Report 10 - Little Big Man

Entre los grandes maestros que acudieron al festival de cine de Morelia estuvo el gran Arthur Penn. Tal vez a primera instancia el nombre no nos diga tanto como el de Gael, Iñarritu, o cualquiera de los “alfombrarojizos” del festival, pero si recordamos que el buen señor es de los directores que participaron en el tributo a los hermanos luminosos en Lumière et compagnie, pues no es como cualquier monito del montón.

Entre las cintas más recordadas del Sr. Penn está uno de los westerns más peculiares. Tal vez no sea hijo directo del espagueti western o del chilli western, sino más bien sería un soda pop western gracias a la historia que narra. En ella vemos comoJack Crabb (interpretado por el desconocido Dustin Hoffman) narra su vida a un reportero, ahora que está cerca del centenario de edad. Entre las varias etapas de su vida, estuvo en la cual vivió con una tribu de nativos americanos (correctamente llamados “human beings” donde recibe el apelativo que da nombre a la cinta) , paso su etapa religiosa a cargo de un ministro (y donde se enamoro de la preciosa Louise Pendrake, interpretada por Faye Dunaway), pasando por su etapa de pistolero en la cual recibió el mote del “soda pop kid” ya que en vez de beber whiskey o cerveza, se tomaba su refresco de cola, y así sucesivamente hasta llegar a ser el responsable de cierta batalla del infame General Custer. Tal vez la recuerden… sucedió en Big Horn.

La cinta, desde el principio es increíblemente disfrutable. Con tintes humorísticos en los diálogos y situaciones irrisorias que poco a poco nos presentan personajes entrañables. Desde el nativo americano homosexual, pasando por la hermana perdida y encontrada, hasta la esposa del reverendo que termina trabajando en una casa de citas.

Sin embargo, no todo es comedia, ya que conforme avanza la historia vemos como la perspectiva y la vida del personaje principal nos refleja la situación de los estados norteamericanos. Lo que empieza con bríos y ánimos pioneros y descubridores nos lleva a través de distintas situaciones a lo que eran los distintos estilos de vida de la época. La confrontación y la crítica social están presentes y al final tenemos una cinta más obscura, igual que los tiempos que confrontaba el personaje. Es interesante ver a un autor norteamericano que realizó autocrítica sobre lo injusto y gandallezco que fue el trato que le dieron los “justos y apoyados por la todopoderosa voluntad del único dios verdadero” a los dueños legítimos del terreno de arriba de nuestras fronteras. De la misma manera, la voz de Old Lodge Skin nos da una perspectiva increíblemente profunda y analítica. Nuevamente, es aquí donde el apelativo de “human beings” a la tribu con la cual el buen Jack Crabb tendrá contacto en mas de alguna ocasión es revelador, ya que la tiranía y la ambición estadounidense se encarga de deshumanizar todo lo que toca.

A nivel de producción, es impresionante la manera en que podemos atestiguar las distintas batallas, ya sea de la caballería o de los grupos nativos. La fotografía nos muestra de manera bastante correcta dichas escenas, haciéndonos participes de los momentos conflictivos, aunque definitivamente son las actuaciones, particularmente la de Hoffman y el buen jefe Dan George las que nos meten en la cinta.

De los clásicos para conocer un poco más de los nativos, es la más recomendable. Que Danza con Lobos ni que ocho cuartos. Tal vez no haya ganado tantos oscares pero, ¿quién dice que los oscares van a las obras o actores talentosos? Si hasta Julia Roberts tiene uno…

Conclusión: Si la pueden sacar de su videoclub más cercano, háganlo. Solo eviten verla con sus novias y cuñadas… no vaya a ser que se les ocurran ideas como las de la cinta donde el buen Jack tuvo que dar abasto (sexualmente hablando) a toda la familia en la misma noche.