Advertencia: el trabajo de Carlos Reygadas es del tipo que o lo amas o lo odias. Si quieres leer un review bastante bien hecho, por alguien que tiene aprecio por el buen Reygadas, te recomiendo que cheques el blog de su tocayo, mi buen cuatacho Carlos Reyes. Si quieren conocer a alguien con el punto de vista opuesto, pues aguántense y chútense mis insulsos comentarios.
Mi acercamiento para el cine de Regadas, digo, Reygadas no ha sido el más afortunado. Mientras que Japón curo mi insomnio y el ir a ver Batalla en el Cielo completita fue una verdadera proeza para mí (especialmente considerando que todos los asistentes a la sala se salieron, menos yo). Debo decir (y algunos bloggers no me dejaran mentir) que desde antes quise quitarme cualquier predisposición y tenía el inmenso deseo de que Reygadas me callara la boca demostrándome que es y ha sido un genio el cual no podía comprender con mi limitada capacidad.
Y es así como que me tuve que confrontar con Luz Silenciosa.
5 de la tarde, Cinepolis Morelia Centro. La cartelera digital me indica que me la he pellizcado en mi deseo para adquirir boletos tanto para el Pasado como para Luz Silenciosa. Sin embargo, no podía quedarme de brazos cruzados. Tomo mi celular y marco un número.
En otro lado de la ciudad, suena un celular. Una, dos, tres, cuatro y es hasta la quinta ocasión en que es contestado.
-¿Bueno?
-¿Danny? ¿Daniela?, ¿cómo estás? Te llama el buen Dan, el pseudo crítico favorito de la tierra de los panzas verdes
-¿Danny? ¡Qué onda!, ¿Cómo te ha ido? ¿vas a venir al festival este año?
-Pues de hecho acá ando, ¿tú que me cuentas? ¿Dónde andas?
-Aca con algunos invitados especiales… tú sabes cómo se pone esto cuando andamos en el festival.
-Oye, que crees… te llamo para darte lata…
-¡Ja, ja, ja! Siempre es lo mismo contigo… ¿ahora qué paso?
-Pues… que no alcance a comprar boletos para la de Luz…
-Mmmm…. ¿y por qué no los apartaste?
-Pues quise hacerlo, pero no jalaba la cosa esa del cineticket… además ya sabes que soy mas arcaico, si no veo boletos, no suelto billete.
-Mmmm…. Dejame ver qué puedo hacer.
-¡Gracias, Danny! Sos un amor… Luego me dices como te pago el favor.
-Ya, anda… nomas no le digas a Oscar, ya ves que se me enoja si te ando haciendo favores… creo que se encela.
-Va… ¿nos vemos al rato?
-Ok.
Pasan 5 minutos y se anuncia que se dará una función extra de Stellet Licht. Ahí si me compro mi boletuco, pero aunque yo quería verla en sábado 6, resulta que me salieron con domingo 7… de octubre (¡ta da dum! Que chiste más barato). La función sería a las 12:15 del domingo. Ni pex, ya no vi la de Hot fuzz… a ver si luego. Al menos al rato veré ala Jodie justiciera.
Inicia la cinta, luego de haber estado haciendo fila, la cual llego a darle la vuelta a la cuadra. Me acomodo cómodamente y esperaba que los dos cafés que ingerí vía intravenosa me mantuvieran despierto toda la función y es que empieza la cinta.
La primera escena es hermosa. El manejo de lirismo es bien llevado a cabo, aunque no muy original que digamos, pero no me sorprende ya que antes Reygadas se ha fusilado recursos característicos de directores harto reconocidos, pero se la pasó si los sabe aplicar bien. La historia trata acerca de la confrontación de Johan (Cornelio Wall) con el hecho de que ya no ama tanto a su esposa como creía… mostrándonos el gran conflicto que surge cuando uno encuentra al amor de su vida… cuando ya no se puede estar con el.
Lo que aparenta ser un acercamiento inquietante y maduro con el tema del adulterio se convierte en una historia en la que dejamos de recibir la narrativa a través de las acciones y las palabras, mostrándonos posibles simbolismos a través del uso lento de la cámara… y es en donde inician mis problemas con la cinta.
Reygadas es bastante bueno haciéndose notar. Sus anteriores cintas llegaron a la boca de muchos críticos debido al manejo poco convencional de temas y creando polémica. Las relaciones sexuales se utilizan de manera poco estética, con lo cual no tengo ningún problema, si no fuera porque en momentos llegaron a ser gratuitas (como en Batalla) teniendo nulo efecto o significado en la trama. Un momento no hace una historia, por mas pretensioso (y esa es otra de las “cualidades” del buen Carlos) que éste sea, y es que la historia se basa en momentos.
El establecimiento del conflicto personal en Johan se maneja de una excelsa manera. Pocos actores tienen esa capacidad para transmitir emociones tan intensa… aunque Johan no es interpretado por un actor… ni ninguno de los demás personajes. Desafortunadamente luego se puede notar el enfoque manipulador dentro de la narrativa, y la inclusión de elementos que hacen que algunos momentos se vean increíblemente artificiales, inclusive forzados… tal vez por querer reutilizar elementos visuales de otras obras como Ordet.
El manejo de la cámara, que tiende al preciosismo, se sobre utiliza y pierde significado dentro de la historia. Nuevamente, se clava el director en “mostrarnos momentos” en lugar de narrar de manera consistente y dejarnos descansar de los planos increíblemente largos. No tengo problemas con las narrativas lentas, casi eternas, siempre y cuando se manejen bien, igual que las tomas largas las agradezco cuando son utilizadas correctamente, no en todas las tomas. Si bien puedo ver 4 veces seguidas la trilogía Qatsi sin parpadear (y miren que Phillip Glass es un bastardo manimulador musical, ahí tienen The Hours como ejemplo) seguido de chutarme las obras completas de Jim Jarmush, y una que otra cinta de Angelopoulos, pero al menos no me siento usado al final, y eso qué me chute tomas larguisisisisisímas seguidas de historias que no narran, aparentemente, nada.
Un detalle que me decepcionó en realidad es que en entrevista el autor menciona que la historia ya la tenía elaborada y que se hizo casi de manera fortuita con los menonitas y el acercamiento que tuvieron con dicha comunidad en Chihuahua. Me decepciona por que en lugar de tener un planteamiento justificado para esto, aplicó la Gibson, la cual no es llave de lucha, es la tendencia de usar no-actores que hablan idiomas o dialectos irreconocibles por el 99.78% de la población mundial para poder ocultar las deficiencias actorales en algunos miembros del cast, así como el crear obras polémicas con una pizca de manipulación controlada (popularizada con las últimas dos cintas del buen Mel)
Desafortunadamente creo que en la cinta, el espectador va a ver lo que él quiere y no lo que en realidad se encuentra ahí (that’s the greatest con, mates!). Los que consideran una master piece la van a encontrar, y los que encontramos lo que consideramos grandes errores y tendencias manipuladoras, las vamos a encontrar.
Conclusión: Si son fans del autor, es harto recomendable y la van a disfrutar. Si no les agrado Japón ni Batalla en el Cielo, húyanle como la peste. Yo por mi parte, juro solemnemente no volver a ver nada del autor a menos que dirija documentales del Discovery Channel a cerca de la comunidad menonita.