En donde se presenta la causa de que el cine
mexicano salga del hoyo y se ven sus efectos secundarios.
El cine mexicano es algo que en los últimos años daba más tristeza que gusto ir a ver. Gracias a que la gente prefiere ver una película de 20 a 25 pesos mal grabada y con pésimo audio, el cine cada vez es un negocio menos redituable. ¿Qué pasa con esta industria en un país donde durante años fue floreciente o al menos se realizaba una producción considerable, llegando a tener más de 200 estrenos al año? Obviamente le pega directamente en el bolsillo. Ahora imagínense los efectos que tendría sobre un país que no tiene industria y que con trabajo se llega a la decena de películas producidas al año. No hay apoyo de las instituciones oficiales (y en cierta manera ni deberían darlo, aunque la mayoría de las veces respaldan producciones mediocres) y a la gente no le interesa tanto ir a las salas de cine, aunque el costo del boleto pueda ser igual al de ver un debedé comprado en el tianguis. A pesar de este entorno tan desolador, llegaron a nuestra cartelera dos cintas que me dan un poco de esperanza en que a pesar de lo que se tiene en contra, se pueden sacar producciones bien hechas. Con causas muy distintas y condiciones radicalmente diferentes, están en nuestra cartelera “En el hoyo” de Juan Carlos Rulfo y Efectos Secundarios de Issa López. Las películas son dos opuestos bastante interesantes.mexicano salga del hoyo y se ven sus efectos secundarios.
En El Hoyo es un documental donde Rulfo (de quien tengo el honor de decir que fue mi maestro en un par de cursos de producción) retrata las vidas de las personas envueltas en la creación del segundo piso del periférico, allá en la capirucha. Siendo completamente honesto, cuando escuche que estaba apenas desarrollando dicho proyecto, lo primero que me vino a la mente es ”Necesita varo”. Juan es en mi opinión el mejor documentalista mexicano, ya que es uno de los pocos realizadores que pueden plasmar una identidad muy personal y al mismo tiempo capturar el alma de los participantes en su cinta. Su primer producción, “El abuelo Cheno y otras historias” así como su opera prima “Del Olvido al No me Acuerdo” son obras donde cautiva con una narrativa en espiral que te acerca de manera impresionante a la vida de México y de las personas que dan pauta a esto (tanto el abuelo como padre de Juan). En esta ocasión, en vez de hacer un viaje interiorista al pasado, Juan nos trae lo que viene siendo el retrato de un grupo de obreros envueltos en la creación de la magna obra capitalina. Es curioso como una película casi sin apoyo económico nacional (pero con apoyo extranjero) puede mostrar lo mejor y lo colorido de nuestra gente. Se dice que para que un puente se construya y sirva de vínculo entre dos zonas, el diablo reclama un alma a cambio. Lo importante no es tanto la construcción, que después se pueda utilizar como trampolín político de progreso. Lo importante es cuanto sudor, cuanto humor, cuantas vidas y toda el alma impregnada en esa obra. Entre albures, cotorreo, tomas impresionantes (por la dificultad en que consistió que el creador se trepara a capturar las imágenes) y un final que capta en todo su apogeo lo que abarca la construcción, es que Juan nos comparte un cachito del alma de nuestro país. En verdad una obra hecha con “bien harto feeling” y con harto producto de gallina, bastante recomendable.
Por otra parte, Efectos Secundarios tiene la pequeña ventaja de ser la primer coproducción mexicana donde se invierte capital por parte de una productora fuerte, en este caso Warner Enterteinment. Issa López, la guionista y directora de la cinta puede ser recordada por haber escrito antes Ladies Night, la cual confieso que no la ví (el título tiene demasiadas feromonas para mi gusto) pero debo reconocerla que sabe escribir bien, ya que en Efectos Secundarios nos trae una historia bastante redonda donde cuatro personajes se envuelven entre romances, rechazos, humor y hasta el secreto de la vida. A pesar de que se plantea que la vida empieza a los cuarentas y que los cincuentas son los nuevos cuarenta (con respecto a la edad), la crisis de los años treinta en la cual uno debe de plantearse o replantearse las metas de su vida. Este tema, en mi opinión, fue muy bien retratado en la película de Garden State, de Zach Braff (donde casi casi vi mi vida retratada) y en México se medio plasmo con Friends en Polanco, que diga, con Sexo, Pudor y Lágrimas. En esta ocasión viene a través de los ojos de Issa, en una comedia bastante disfrutable y con un guión y actuaciones bastante sólidos. A pesar que de repente tiene algunas pretensiones el desarrollo, se lleva de buena manera dándonos una buena película (y era justo, por que es la película mexicana que se ha lanzado con el mayor número de copias en nuestro país).
En conclusión, dos opciones bastante disfrutables. Sigo esperando con ansias Babel y sobretodo El Laberinto del Fauno… y ojala que Fernando Sariñana no se le ocurra hacer más películas.
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