Temporada de Patos

Temporada de Patos
Cuando los Patos le tiran a los Churros y las Escopetas
Por Moko y Rito

Moko: Después de haber ganado una multitud de premios en el último Festival de cine de Guadalajara, haber pasado por la semana de la Crítica en Cannes con excelentes comentarios y haber llegado al Festival Internacional de Cine de Morelia que ya les relatamos en éste sección donde estuvo todo su elenco presente para la proyección, el estreno nacional es inminente. La opera prima de Fernando Eimbcke llega a las salas de cine y consigo una oleada de aire fresco para los cinéfilos que después de todo un verano (que no le deseo ni a mi peor enemigo) lleno de explosiones y ataques intergalácticos, viene a hacernos voltear hacia nuestras pantallas nacionales. El nombre de la causante de esto: Temporada de patos.
Rito: ¿Quién diría que el domingo más monótono podría convertirse en la película más relevante y con mejor propuesta del cine mexicano? Al menos desde “Bajo California, Al Límite del Tiempo” (del Dir. Carlos Bolado) no se había realizado una entrega tan bien realizada dentro (y también fuera) de nuestras fronteras.
Moko: ¡¿Pero como es posible que con menos de 1 millón de dólares (presupuesto irrisorio para muchas de las últimas películas mexicanas léase Matando Cabos) se pueda hacer una película que además de estar bien construida, bien dirigida y extraordinariamente actuada, sea divertidísima?
Rito: Simplemente, con mucho ingenio. El guión y la estructuración de Temporada de Patos es simplemente hermosa. A través de presentar un entorno cotidiano, donde dos amigos (El Moko y el Flama) deciden entretenerse con juegos de video, pizza y televisión, todo se desentraña. Y es cuando cosas tan sencillas como el cuadro colocado sobre la sala puede significar tanto como la ruptura familiar, la libertad personal o el despertar sexual que se da durante la pubertad.
Moko: La sutil manera en que Eimbke nos va sumergiendo en el ocio como principal detonador para el viaje interno y personal es digna de admirarse. Las situaciones son tan cotidianas con si no pasara nada en la nada. De cierta manera nos recuerda a la oscareada Lost in Translation, donde la Coppola nos presenta, al igual que Eimbcke, personajes sencillos dentro de una historia sencilla y donde en apariencia no pasa nada… solo en apariencia ya que una revolución de hormonas, frustraciones y deseos incomprendidos están por salir a flote…
Rito: Por otra parte, en el desarrollo de la historia no todo corre a cargo del Flama y el Moko. Una vecina entra a dar una dinámica muy divertida, así como el repartidor de pizzas, del cual se quieren aprovechar los muchachos. Entre estos cuatro personajes, tan comunes que no es nada difícil identificarse o identificarlos. Gracias a que la luz eléctrica se va, nuestros personajes encuentran su propia identidad y es entonces cuando salen los demonios internos, aunque también el lado más puro y sencillo del alma.
Moko: Además de llevarnos a una reflexión acerca de la frustración y la soledad, en esta cinta filmada en elegante blanco y negro, hay momentos de risa desternillante al observar las situaciones más simples como el servir unas “cocas”, preparar un pastel, dispararle a los platos de cerámica de tu mamá o ver como caen las gotas de agua del grifo. Después de ver esta cinta, hornear unos brownies nunca será igual…
Rito: Sin diálogos telenovelescos, sin besos gays, sin las nalgas del Gael en pantalla completa, sin tríos y lo mas importante, sin pretensiones, es que esta película de Fernando Eimbke se convierte (sin temor a equivocarme) en la mejor película mexicana del año… y entre las mejores de la década. Sin lugar a dudas de vista obligatoria para todos aquellos que les gustan las buenas historias.
Moko: Efectivamente mi Rito, estamos ante una nueva forma de hacer cine en México, con ideas frescas, actores nuevos (adiós a los bichires, las rojo y las talancón), y sobre todo honestidad y humildad, Temporada de patos se convierte en LA PELÍCULA… así con mayúsculas.
¡Al Agua Patos!
4: Actores de Gran Talento aparecidos en Escena
1: soundtrack mexicano digno de comprarse en original (Alejandro Rosso de Plastilina Mosh y la omnipresente Natalia Lafourcade)
1°: ¡Si!, ¡Primera Película hecha por todos los participantes! Desde el director hasta el jalacables. Y conste que es mil veces mejor que Zapata, Matando Cabos y otras infamias producidas recientemente.
$200.00: Cantidad con la que los pubertos subsistirán todo un domingo de X Box, pizzas y brownies.( Ya hubiera querido yo esa clase de domingos, a lo mucho un dulce y ai ta’)
$1 000 000: Monto aproximado en dólares de lo que costo la realización de la película. Como nota anexa, es lo mismo que costo la realización de una sola escena en “Matando Cabos”
11: Cantidad de segundos que harán la diferencia… ya verán porqué…

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